Un entorno que ayuda a comenzar de nuevo
Acción Solidaria - Obra Social 'LaCaixa' ·
La Asociación Betania lleva 31 años trabajando en rehabilitar y reinsertar en la sociedad a personas con problemas de adicciones y prevenir nuevos casos. También ayuda a colectivos en situación de emergencia, riesgo o exclusión socialBEA MARTÍNEZ
Lunes, 30 de noviembre 2020, 07:50
La nueva vida de Luis (nombre ficticio) comenzó hace un año. Fue en 2019 cuando su pareja decidió contarle a sus hermanas el problema que desde hace un tiempo tenía con la cocaína. A partir de entonces, todos ellos unieron fuerzas con él para iniciar un camino que aún continúa recorriendo y que no ha estado exento de pruebas. «Primero fui al centro de salud mental y por medio del psiquiatra empecé con un tratamiento de Lorazepam para quitar un poco la ansiedad del consumo. Esto no funcionó y continué con mi adicción, por lo que mis hermanas me dijeron si quería ir a un centro, que me lo buscarían y me ayudarían», narra Luis.
Este nuevo paso en su lucha contra la adicción fue a través del que este murciano conoció la Asociación Betania, una entidad situada en Cehegín que este mismo mes ha cumplido 31 años y que centra sus esfuerzos en rehabilitar y reinsertar en la sociedad a individuos con adicciones, además de ofrecer apoyo a los colectivos más vulnerables.
Todo esto se consigue gracias a un equipo «multidisciplinar, técnico y especializado», recalca su presidente, Juan Ibernón, y también la voluntaria de la asociación María Dolores Guirado. «Pese a que cada uno de ellos tiene un perfil muy bien definido, trabajan de forma unida. La información de cada usuario la dominan todos, se implican con ellos y con sus allegados. Son como una gran familia», explica.
Uno de los programas en los que estos profesionales trabajan es el Servicio de Información en Adicciones (Sifa), que tiene como objetivo «prestar atención a personas y/o familias en situación de vulnerabilidad y prevenir que eso pueda derivar en problemas adictivos, exclusión social y/o conflictos familiares», apunta la trabajadora social de Sifa, Ana Jiménez, que acentúa el valor de la iniciativa tanto en la prevención «a través del programa Movisífate», como «cuando hay indicios de que algo está pasando y cuando ya está el problema adictivo».
A nivel de intervención, Sifa es un «servicio ambulatorio», donde se realiza una valoración inicial del caso, informando y orientando para planificar una intervención que inicialmente es semanal y en la que «se dan pautas e indicaciones para dotar a los usuarios y familias de herramientas y recursos personales para favorecer su vida diaria y la relación interpersonal entre los miembros de la familia y con el entorno. En este servicio, dependiendo del caso y de la adicción, se realiza o no control de consumo de tóxicos».
Tratamiento especializado
Aunque se usan todos los recursos disponibles, a veces este tratamiento ambulatorio no es suficiente y los adictos requieren una intervención más especializada. Para ellos, la Asociación Betania cuenta con la comunidad terapeútica, un recurso residencial, con capacidad para 23 personas (20 plazas públicas y tres privadas), donde pasan un tiempo de entre cuatro y seis meses. A él pueden llegar bien «por la propia solicitud del paciente, que se ve incapaz de mantener la abstinencia, por la propia familia, que busque este mecanismo de tratamiento, o por el profesional de salud mental que se lo recomiende», aclara el director de esta comunidad, Pablo Ventura.
Durante el tiempo que pasan en ella, los usuarios realizan clases de inserción laboral, de tratamiento de adicciones, de inclusión familiar o de manejo de ordenadores, entre otras, «en las que se les facilita el poder volver a incluirse en su entorno social. Van accediendo a todo el conocimiento teórico-práctico que necesitan para ello», apostilla Ventura, que también destaca la hora diaria de deporte. «Ellos han acostumbrado a su sistema nervioso central a recibir estimulación de forma continua. Por ello hay un estado de abstinencia y el deporte ayuda a que eso se vaya estabilizando. Es una herramienta fabulosa».
Reiniciar la partida
La aparición de nuevas tecnologías ha traído, para las personas que se dedican al tratamiento de las adicciones, un nuevo perfil de usuario que ya no ingiere sustancias, sino que las 'usa'. «Antes teníamos en nuestros recursos gente con adicciones de drogas y puntualmente de juego. Ahora, la ludopatía es el problema principal», explica la psicóloga de Betania, Ángela Melgares de Aguilar.
Para ponerle solución, Melgares de Aguilar es, además, la coordinadora de un nuevo programa que, bajo el nombre de Reinicia, intenta ponerle freno a un problema cada vez más común, porque «hay un anonimato detrás del juego. Yo puedo hacerlo perfectamente desde mi oficina o desde mi habitación. Creemos que es algo que se controla y que no pasa nada, porque no me estoy metiendo en ningún suburbio o porque no estoy yendo a casa de nadie a comprar. Es muy accesible. Llevan la máquina tragaperras en el bolsillo».
Para trabajar esta adicción, el programa realiza inicialmente una entrevista en la que se diagnostica el problema y se analiza si hay patologías asociadas. Posteriormente, el usuario pasa por tres fases: en la primera de ellas se evita cualquier tipo de acceso al juego; en la segunda «se vuelve a la vida normal, pasamos por un salón de apuestas para analizar cómo se sienten y trabajarlo; y la última es la de normalización, donde ya pueden, por ejemplo, llevar dinero», subraya. A lo largo de este tiempo, cuya duración depende de cada caso, es frecuente que los usuarios sufran recaídas, algo que esta profesional considera «parte del proceso. A veces incluso tiene que suceder para poder avanzar».
Pese a todos los recursos de los que dispone la entidad, Melgares de Aguilar también reclama «ayuda de las administraciones», tanto económica como legal, «porque hay mucha falta de legislación. La ludopatía ha cambiado mucho».
Un trabajo estable
El último paso para comenzar de nuevo es obtener un trabajo. Para que sus usuarios puedan abrir esta puerta de entrada a su nueva vida, Asociación Betania dispone de un Programa de Empleo que está cofinanciado por el Fondo Social Europeo y el IMAS y en el que también colabora económicamente la Fundacion 'la Caixa'.
Esta iniciativa se desarrolla en Moratalla, Cehegín y Caravaca y «está destinado tanto a las personas que se encuentran en la comunidad terapéutica de Betania, como a aquellas con un nivel de empleabilidad bajo o medio que se encuentran en riesgo de exclusión social», resume la orientadora laboral, Elvira Ortega.
En ella, los usuarios participan en talleres grupales y formación laboral en distintas ramas y disponen de tutorías individuales en las que se «inician con ellos itinerarios de inserción sociolaboral. Se les realiza una primera entrevista y se diagnostica su empleabilidad. Posteriormente se establecen unos objetivos conjuntos en los que vamos trabajando», presenta Ortega, que señala el empleo como algo fundamental, porque «les permite tener una ocupación y les dignifica como persona. Además, les aporta una independencia y una autonomía».
Esta autonomía es lo que busca Luis, que en su camino por recuperarse tiene como meta «conseguir poder tener una vida normal que implique no tener deudas financieras, tener una relación común con mi pareja, estar más con mi familia y poder tener un trabajo estable».