«Antes se compra comida para los hijos»
Organizaciones como Jesús Abandonado y Cepaim lamentan que no reciban suficientes mascarillas para distribuir entre los más vulnerables
«Las personas con las que nosotros trabajamos no pueden pagarse una mascarilla. Y, evidentemente, entre los alimentos y las mascarilla, antes se compra comida para los hijos. Lo haría yo, lo haría usted y lo haría cualquiera». Así resume la situación de cientos de familias de la Región de Murcia el director general de la Fundación Cepaim, Juan Antonio Segura. Esta organización, que atiende a más de mil personas en situación de extrema vulnerabilidad solo en la Región de Murcia, ha empezado a recibir «ahora» los equipos de protección que llevan «semanas» solicitando. «Hemos empezado a recibir mascarillas para nuestros trabajadores y para una parte de los beneficiarios de nuestros servicios estos últimos días, pero desde luego no en cantidad suficiente para atender la demanda de esta población vulnerable», explica Segura. Y mucho menos ahora que las mascarillas se han vuelto obligatorias. Y ya se sabe que toda obligación lleva aparejada sus sanciones en el caso de incumplimiento. Aunque si no hay dinero para mascarillas ni para alimentos, mucho menos lo va a haber para pagar multas.
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«Vamos a intentar garantizar distribuir mascarillas de forma gratuita entre todas las personas que atendemos. Estas familias no están en condiciones ahora de comprar este material. Estamos exigiendo que esa distribución se haga de forma gratuita, que se utilice a las organizaciones sociales para realizar esa distribución porque somos las que estamos en contacto directo con las personas. Familias que, si ya estaban desprotegidas antes del coronavirus, ahora también son las más desprotegidas ante la pandemia», recuerda el director general de Cepaim. Segura añade que las mascarillas que se reparten son quirúrgicas «y tienen una validez de cuatro horas», por lo que sería «inviable» llegar a todos los beneficiarios de los programas. «Estamos dando indicaciones sobre la reutilización y desinfección», explica.
Por su parte, el director de la Fundación Jesús Abandonado, Daniel López, lamenta que las únicas mascarillas que ha podido repartir en los últimos turnos del comedor, donde se provee a los más necesitados de este material junto a los alimentos de cada día, las ha donado «la comunidad china cristiana de la Región». Ambas instituciones reclaman más protección bucal a las administraciones públicas.
Carta de Franco a Illa
En este sentido, la vicepresidenta y consejera de Política Social, Isabel Franco, pidió ayer por carta al ministro de Sanidad, Salvador Illa, que envíe mascarillas para cubrir las necesidades de las personas sin recursos. «A quienes hoy no tienen para comer, no podemos exigirles que compren mascarillas en las farmacias. No podemos olvidarnos de las personas sin recursos», argumenta. Fuentes de la Consejería de Salud explicaron ayer que, además de las 500.000 unidades que se envían por correo a personas de entre 40 y 59 años, «otras 100.000 se distribuirán a través de asociaciones a colectivos desfavorecidos». Pese a todo, no añadieron más detalles.
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