Cinco jardines, una senda verde y un área peatonal realzarán la Rueda de la Ñora

Es Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1982 y emblema de la Huerta de Murcia. La Rueda de la Ñora, orgullo de los 5.000 vecinos de la pedanía, en especial, y de los murcianos, en general, está a punto de iniciar una nueva etapa en la que ganará visibilidad y se verá realzada por un entorno de 4.500 metros cuadrados de zonas verdes y peatonales. Para ello, el Ayuntamiento ha conseguido que la Comunidad Autónoma le ceda un kilómetro de carretera entre el Molino de Los Casianos y la pedanía de La Ñora, con el fin de crear un área prácticamente peatonal por la que solo puedan transitar los vecinos.

El alcalde, José Ballesta, destacó este jueves, durante la presentación, que «este es uno de los proyectos más importantes, ambiciosos y emblemáticos del Plan de Acción de la Huerta que empezamos hace cuatro años». El primer edil añadió que «vamos a poner en valor un monumento, que se remonta al siglo XV y, desde entonces, los huertanos y la pedanía de La Ñora lo han venido cuidando para siguientes generaciones de murcianos». Avanzó que las actuaciones urbanísticas incluyen una gran plaza, que permitirá ver mejor el monumento «y aparecerá todo el acueducto que ahora mismo no se puede contemplar en toda su amplitud; todo ello con criterios de mínima invasión».

Jesús Aliaga, pedáneo popular de la pedanía desde hace 27 años, admite que «llevamos mucho tiempo detrás de conseguir esto, porque ya que tenemos un monumento tan bonito, había que adecentar el entorno y eliminar el tráfico por esta carretera».

El concejal de Desarrollo Sostenible y Huerta, Antonio Navarro, resalta que el gran protagonista va a ser el espacio público: «Todas las actuaciones a realizar van destinadas a proteger no solo la rueda sino también el acueducto, para lo que expropiamos en su momento el suelo y vamos a demoler las construcciones que impiden visibilizar este patrimonio». En este entorno, discurren dos acequias a partir de la acequia mayor Aljufía -las de Churra La Vieja y Alfatego-, que van a ser descimbradas e integradas en sendas verdes, para que los visitantes puedan disfrutar del entorno. Además, se colocarán dos monolitos de mármol en homenaje a cada una de las acequias.

Se han previsto cinco nuevas zonas verdes, con vegetación autóctona, y una gran plaza central, donde se plantarán almeces de gran porte y se habilitará una grada escalonada, que servirá a su vez de mirador. Uno de los jardines será etnobotánico y de forma triangular y estará ubicado entre la margen derecha de la acequia destapada de Alfatego y la acera de la calle Rueda, convirtiéndose en una nueva área de descanso. Sobre un tramo en el que se va a mantener entubada la acequia de Churra la Vieja, se realizarán tareas de jardinería, acondicionando el nuevo sendero con vegetación autóctona de ribera.

Está prevista la creación de una nueva área arqueológica, que será posible gracias a la ampliación del jardín paralelo al acueducto, y que permitirá realizar excavaciones para conocer la parte de la rueda que se encuentra enterrada.

El expediente está en trámites de contratación, el plazo de ejecución es de 8 meses y durante 2021 deben estar concluidas las obras. El presupuesto es de 400.000 euros. El arquitecto Antonio Abellán Alarcón, natural de La Ñora, es el redactor del proyecto, en el que se combina la innovación y la tradición. El concejal Antonio Navarro lo define como «un amante de la huerta. Es uno de los arquitectos fundadores de Huerta Bizarra, una asociación que, a través de la innovación, persigue poner en valor nuestro patrimonio».

El edil se refirió a las dificultades que ha habido que superar durante varios años para coordinar a los regantes, a través de la Junta de Hacendados -su presidente, Diego Frutos, asistió al acto- y recoger el sentir de la junta municipal y de los vecinos que viven por la zona, ya que se eliminan plazas de aparcamiento y se desvía el tráfico.

Ballesta destaca la labor del equipo de la Concejalía, que «ha llevado a cabo un trabajo callado, cuidado y meticuloso, porque ha habido que conseguir terrenos, hacer excavaciones arqueológicas y estudios profundos hasta llegar a este momento».

Jesús López, subdirector del área de Urbanismo, encargado de todo el Plan de Acción de la Huerta -que ha supuesto la recuperación de los molinos del Amor, del Batán y de la Pólvora-, destacó la importancia de esta actuación en torno a la rueda de La Ñora, «que carecía de un entorno adecuado a la importancia del monumento, que incluye también todo el acueducto que llega hasta la población de La Ñora».

López explica que, con tal finalidad, «se hace peatonal el vial, con acceso exclusivo a residentes, tras haber conseguido la cesión de la B-1 por parte de la Dirección General de Carreteras, y se genera un espacio que permita la futura excavación y la puesta al descubierto de los arcos del acueducto».

Luis García y Consuelo Martínez, de la empresa Arqueotec, han realizado los trabajos arqueológicos previos, que han consistido en la catalogación de todos los elementos que forman parte del conjunto. García indica que, «entre los elementos que se conservan en la margen izquierda de la acequia, hay lo que podría ser otra noria que hubo en esta zona. También hemos catalogados las acequias menores y un puente al lado del Molino de Los Casianos, del siglo XVIII, que se conserva debajo del forjado, además de un pequeño puente con dos ojos, y otros elementos de tipo etnográfico, como un molino del siglo XVI, que forman el conjunto la rueda de la Ñora».