Los padres de Pozo Estrecho le quitan faena a Educación
Vecinos del pueblo construyen y pagan un comedor en el CEIP San Fulgencio por las reticencias de la Comunidad
Juana Martínez
Martes, 7 de noviembre 2023, 00:28
El empeño y el esfuerzo de los padres del CEIP San Fulgencio en Pozo Estrecho para conseguir un servicio de comedor da sus frutos este curso escolar. Tras años de peticiones a la administración y miles de euros invertidos de su propio bolsillo desde el pasado mes de septiembre los escolares pueden quedarse a comer en el propio centro educativo.
Todo comenzó hace dos cursos. «En 2021, desde la Consejería de Educación nos avisaron de que nos aprobaban el comedor pero que nos teníamos que hacer cargo nosotros de habilitarlo. Costaba 50.000 euros y no podíamos pagarlo», explica la presidenta del Ampa del San Fulgencio, María Isabel Carrión.
Para recaudar fondos realizaron todo tipo de eventos, como representaciones teatrales y rifas. Todo el pueblo se involucró en el proyecto. Para adecuar el espacio, en el que antes se reunía el comité de padres, participaron muchos vecinos del pueblo y familias del colegio. Así lo recogen en una placa conmemorativa a la entrada de la sala, ahí incluyen los nombres de algunos profesionales que han colaborado desinteresadamente, como Juan Sáez o Pedro Simarro.
Donaciones de material
«Nos donaron material y un vecino que es albañil vino gratis a trabajar hasta sábados y domingos». Recalca que, «como eso no era suficiente, las propias madres nos pusimos a picar las paredes y a unir las juntas para ayudarlo».
A pesar de estas colaboraciones «altruistas, porque hay gente que echó una mano que ni siquiera tiene ya a sus hijos en el colegio», necesitaron financiar ellos mismos algunas cosas de gran valor.
El Ayuntamiento les aportó la adecuación de la red eléctrica para poder soportar el voltaje de los nuevos electrodomésticos, entre otros elementos.
Los propios padres también decoraron y pintaron el lugar para hacerlo lo más acogedor y divertido posible para los críos. Ahora destaca en ese espacio un gran mural con el lema 'En este comedor pasan cosas mágicas'.
Además, Carrión alega que el comedor «era una necesidad desde hacía mucho tiempo, que varios presidentes del Ampa anteriores ya habían reclamado». Dice que «en un pueblo como este es muy necesario porque no hay otro colegio cerca al que puedan acudir y para los padres era muy difícil poder conciliar».
Según los datos del Ampa, la carencia de comedor estaba dejando al colegio sin muchos alumnos del pueblo. Padres trabajadores buscaban alternativas en centros escolares de la vecina Torre Pacheco que sí disponen de ese servicio.
La Comunidad les instaló los electrodomésticos necesarios para comenzar a funcionar, pero aunque se comprometieron a ceder sillas y mesas todavía no han llegado. Desde que empezaron a servir comidas están utilizando unas propiedad de la comisión de fiestas y del colegio.
Los menús que cada día toman los escolares sí son financiados por la Consejería de Educación al tratarse de un centro público, según indica la presidenta.
50 alumnos ya lo utilizan
El colegio, que se sitúa en el centro del pueblo junto al centro cívico y la parroquia del mismo nombre, tiene clases desde los tres años hasta sexto de primaria. A sus aulas acuden cada día más de quinientos alumnos a recibir clase. Y ya son medio centenar de estudiantes los que utilizan este nuevo servicio.
«Los niños que más se están apuntando son los de las clases de infantil, porque los mayores ya estaban más o menos organizados para la hora de la comida; sus padres tiran de los abuelos o se coordinan como pueden», especifica Carrión, que espera que siga aumentando el número de usuarios.
No es el primer colegio del municipio que utiliza sus propios fondos para crear el comedor escolar. Pero sí el que pone la mano de obra necesaria. Hace dos años los socios del Ampa del colegio San Cristóbal en El Bohío fueron precursores. Esta asociación y el propio centro invirtieron ahorros propios para crear un servicio que les permite conciliar la vida familiar y la laboral. Desde que se puso en funcionamiento el comedor de El Bohío ellos mismos sufragan los menús.
En este colegio el Ayuntamiento se encargó de la instalación eléctrica y la fontanería. «Llevábamos casi una década pidiéndoselo a la Consejería y siempre nos lo denegaba. Fue el pasado año cuando le propusimos montarlo nosotros y sufragarlo con nuestro dinero, por necesidad. Fue entonces cuando accedió», detalla la presidenta del Ampa del San Cristóbal, Maite Martínez.
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