Mitología y leyenda para relanzar la imagen turística de Cabo de Palos
Una propuesta ciudadana pide ubicar la estatua de este animal como reclamo de visitantes siguiendo el ejemplo de Sanxenxo y Lanzarote
Cabo de Palos podría sumar en un futuro cercano un nuevo reclamo turístico a su paisaje marítimo: una estatua del Salabrio. Esta criatura mitológica, según la tradición oral, habitaba en las aguas del Mar Menor y recibía ofrendas de frutas de las mujeres de la zona para curar dolencias como las lumbalgias. La propuesta parte de Diego de Haro, vecino del pueblo y expresidente de la Asociación de Empresarios de La Manga, quien defiende que la figura podría convertirse en un icono cultural y un motor de promoción turística.
«Este proyecto parte de un libro infantil que escribió mi mujer –explica De Haro–, pero hay algo que va más allá del libro y es la justificación de promoción del pueblo de Cabo de Palos». El cuento, inspirado en una publicación académica de un doctor en Historia Antigua de la Universidad de Murcia, rescata al Salabrio como «guardián del Mar Menor y amigo de los niños».
La historia del Salabrio, según De Haro, no es un invento reciente. «Ese animal vivía, y así me lo contó un viejo de San Ginés, que incluso conservaba documentos donde se narraba que las mujeres le llevaban ofrendas de frutas», recuerda.
La leyenda describe a la criatura como un ser benévolo, capaz de curar enfermedades a cambio de regalos, y que formó parte de las creencias populares hasta hace dos siglos.
En la tradición recogida por diversas fuentes, algunos pescadores afirmaban haberlo visto desplazándose desde San Pedro del Pinatar hasta Cabo de Palos, pasando por las golas de La Manga, y situaban su refugio en la isla del Barón.
El personaje ha sido recuperado este año como protagonista de la novela juvenil 'Salabrio y la pandilla del Cabo', de la autora estadounidense afincada en Cabo de Palos María Pilar Conn, presentada en el Museo del Teatro Romano de Cartagena en un acto que contó con la presencia de las ediles de Igualdad y Turismo, Cristina Mora y Beatriz Sánchez. La obra combina las aventuras de un grupo de jóvenes con la leyenda ancestral del Salabrio, al que describe como una criatura de cuerpo largo y cola semejante a la de un caballito de mar, capaz de conceder favores pero con un lado oscuro y consecuencias temibles.
Conn, también poeta, afincada en la Región de Murcia, explicó que descubrió al personaje en un libro del investigador Juan Francisco Jordán y decidió integrarlo en una historia que también trata sobre la amistad, la lealtad y los lazos familiares.
De Haro quiere ahora dar un paso más: instalar una escultura en la bocana de Cabo de Palos, junto a la obra recientemente finalizada por el Ayuntamiento de Cartagena. «Todos los lugares tienen estatuas. En Cabo de Palos no hay nada, está vacío y sin personalidad», sostiene.
Con base real
El promotor ya ha elaborado una recreación de la futura estatua mediante inteligencia artificial, imaginando al Salabrio como un atractivo fotográfico similar a la Sirena de Copenhague, el Diablo de Timanfaya (Lanzarote) o la Madama de Sanxenxo. «Estos ejemplos son inventados, mientras que el Salabrio está basado en una creencia popular real y local».
Para De Haro, la iniciativa no solo es estética, sino estratégica. «Cabo de Palos se nos ha llenado de botellón barato 24 horas cuando esto podría ser el Puerto Banús de la Región. El Salabrio podría ayudar a darle otra imagen al pueblo».
El expresidente de la asociación empresarial cree que una campaña de promoción vinculada a esta figura mítica podría atraer a un turismo más familiar y cultural, y recuperar un elemento casi olvidado de la identidad local. «Ya nadie se acordaba del Salabrio desde hace 200 años. Hay que aprovecharlo y promocionar el pueblo».
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