Antonio Puerta, un torero hecho a fuego lento

Su brillante alternativa despertó una enorme ilusión entre los aficionados, cuando irrumpió por sorpresa en el escalafón de matadores de toros el 14 de septiembre de 2015. Aquella tarde le hubiera pesado como una losa a más de un novillero. Ángel Bernal le dio la oportunidad horas antes de la corrida y Antonio Puerta no dudó en aceptar el reto para medirse en Murcia con dos figuras de la talla de El Juli y Miguel Ángel Perera.

Puerta cortó tres orejas y fue protagonista en todos los medios de comunicación especializados, con un toreo clásico, personal y de mucha conexión con la grada. No se le esperaba en la Feria de Murcia, entró por la vía de la sustitución y salió como gran triunfador del abono. Como anécdota, cabe contar que tenía encargado un terno en blanco y oro para la alternativa que, al llegarle de improviso, no pudo estrenar, al no tenerlo el sastre terminado.

Antes de llegar al doctorado, el diestro de Cehegín avalaba una brillante trayectoria como novillero, en la que firmó 73 novilladas con picadores. Con los del castoreño debutó en Murcia, el 11 de septiembre de 2010. Se proclamó novillero triunfador de la Feria tres años seguidos, ese de 2010, 2011 y 2012, convirtiéndose en uno de los jóvenes valores de la tauromaquia de Murcia.

En esa etapa lo apoderaba Antonio González Barnés en tándem con Alfonso Romero. En 2011 y 2012 pasó por las principales ferias de novilladas y pisó plazas de primera como Valencia, donde cortó una oreja, y en 2013 debutó en Madrid. Para entonces lo apoderaban Pepe Sánchez y Antonio Guerrero.

Volviendo a su etapa de matador de toros, tras la triunfal alternativa, 2015 la terminó con tres corridas, al coger otra sustitución en Murcia el 19 de septiembre, volviendo a abrir la puerta grande, y otra en Abarán, el 27 de septiembre, donde paseó cuatro orejas y un rabo en una tarde redonda.

La temporada de 2016 toreó en nueve festejos, con triunfos en su Cehegín, Murcia, donde volvía a alzarse con el trofeo al triunfador de la Feria, y un fin de temporada apoteósico en Abarán, el 27 de septiembre, con cuatro orejas y un rabo y el indulto del último toro de la corrida.

Su carrera parecía encarrilada, pero, sin apoderado, se paró en seco. Sin embargo, este torero de Cehegín, nacido a dos calles de la plaza de toros, el 16 de noviembre de 1991, no renuncia a su sueño de niño de ser figura del toreo. Aquel sueño que le llevó a apuntarse a la Escuela Taurina con 14 años, a la que iba todas las tardes en autobús desde Cehegín a Murcia, saliendo a las tres volviendo a casa a las diez de la noche. Se está haciendo torero a fuego lento y espera paciente a que vuelva a pasar el tren por su estación.

Este 2023 ya lleva hechos dos importantes paseíllos. Uno, en su plaza de toros, donde este año volvía a triunfar frente a las figuras, con Manzanares y Roca Rey el 25 de marzo. El otro, más íntimo, fue camino del altar para contraer matrimonio con su novia de toda la vida, Alicia Ponce, en el convento de los Franciscanos, ante su querida Virgen de las Maravillas. Y es que Antonio es un hombre de tradiciones, apegado a su pueblo, donde sigue residiendo, y fiel a su gente. A su lado, junto al apoyo de su familia y, en lo taurino, del empresario Pepe Muñoz de Maya, llevan años su mozo de espadas, Cándido Martínez, y su banderillero de confianza, Antonio Cama, y sigue contando con el calor de las gentes de Cehegín. Allí tendrá la sede la nueva Escuela de Toreros de la Región, un proyecto que le acaba de confiar la Comunidad.

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