A esta edad mía de ahora se vive entre desapariciones. Es el tiempo en el que mueren las personas a las que quieres; con ellas se van también las cosas que viviste y los hábitos y oficios de tu vida, basada en el mundo que soñaste.
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Ahora va y se nos muere Diego Pedro López Acosta, a los 88 años. Él junto a Luis Fernández y Gregorio Martínez, formaban el Estado Mayor, el núcleo duro de la mítica Radio Juventud de Murcia, aquella emisora de grandes hazañas, durante toda la edad de oro de la radio española.
Diego Pedro fue el Jefe de Programas; Luis, el de Emisiones; y Gregorio, el de Administración y logística. Esos fueron los artífices de aquellas gestas, de aquellos grandes éxitos que tuvieron repercusión en medio mundo.
En la película de mi vida, Diego Pedro ocupa un lugar destacado, sobre todo durante nuestra común aventura radiofónica. El 23F coprotagonizó un acto de especial relevancia. A las 18.22 minutos del 23 de febrero, detectó la toma del Congreso de los Diputados por el Teniente Coronel Tejero. Me lo comunicó inmediatamente. Después, la autoridad militar, casi al mismo tiempo, nos ordenó la suspensión de nuestra programación ordinaria y la emisora quedó desalojada, conectada a Radio Nacional. Sólo quedamos allí, desde aquel momento, Diego Pedro, el sincronizador de continuidad y yo que daba el grito «viva la Constitución».
En estos momentos del adiós a Diego Pedro, con todo lo que está cayendo, traigo este recuerdo en su honor para enaltecer su figura profesional, cívica y humana. También para recordar con admiración y cariño a Loli Nicolás, esposa y madre modélica que viven estos momentos tan dolorosos y a sus hijos Diego Pedro, Alejandro y Carlos Alberto, que tuvieron un padre tan íntegro, tan humano y tan buen profesional de la radio.
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