Los 'murciamigos'
Altorreal celebró la primera final del Murciamiga Golf Challenge 2008, que ha contado a lo largo del año con una excelente acogida
MARÍA JESUS PEÑAS
Viernes, 26 de septiembre 2008, 02:58
Dicen que los japoneses no cierran un negocio sin haber jugado con su futuro socio al golf. ¿Y eso?, porque este deporte demuestra todo lo honesto, todo lo 'true' (verdadero) que uno pueda llegar a ser.
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Los 813 golfistas que han jugado el Murciamiga Golf Challenge 2008, desde que inició su andadura en el mes de marzo, han podido apreciar de qué pasta está hecho su organizador, Juan Cánovas. Un hombre que ha sabido comprometer sponsors, vincular campos e ilusionar a los jugadores de este deporte a lo largo de todo un año con una sencilla apuesta: jugar al golf y cuidar al golfista. El respaldo de copatrocinadores como Hero, Pedro Luis Olivares, Callaway, Odyssey, Ben Hogan, Thalasia, Marqués de Arienzo, Amando y hasta once marcas más, y el apoyo de un sponsor oficial como Ford Arcomovil han hecho factible la idea que desde hace más de un año Cánovas venía madurando: hacer de una jornada de golf una gran fiesta de golf.
Y lo fue. El sábado día 20 el campo de Altorreal se inundó de juego. A las 9,08 de la mañana los participantes más madrugadores -110 invitados de la revista Murciamiga que da nombre al circuito- tomaron el campo a lo largo de cinco horas, durante una mañana que proporcionó alivio a los golfistas gracias a las continuas nubes que bloquearon la acción del sol. Y sólo durante la última hora el calor comenzó a hacerse notar. Justo el que ya no se separaría de los jugadores que habiéndose clasificado en las pruebas anteriores, optaban a hacerse con el premio final. Y en ello se aplicaron los 108 clasificados que uniformados por la organización, salpicaron el campo con unos polos que, aún suponiéndoles algo de calor extra, les conferían un aire muy profesional. Dropajes varios, exclamaciones de todo tipo, más de un grito de ¿baaaaaaaall! en la calle contigua y alguna que otra reclamación. Todo lo que se puede esperar en 18 hoyos para concluir en una entrega de premios nocturna en la que pocos se fueron con las manos vacías.
La fiesta del golf no perdonó la posterior 'resaca' y Cánovas, 48 horas después, seguía «medio muerto, pero contento». Las horas de trabajo, la preocupación, los imprevistos... todo termina haciendo mella. Y entonces -le preguntó- ¿volverás a repetir en el 2009? No vacila. «Si; seguro. Es más, será mucho mejor». Palabra de Juan Cánovas.
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