«Ambiciosa de poesía»

Cuando el 29 de abril de 2010 Josefina Soria («ambiciosa de sol, de poesía») escapa de este mundo de los vivos, las loas a su «verso encendido en la línea de la más pura belleza» (Antonio Marín Albalate) se sucedieron en Cartagena, Murcia, Albacete... tantos lugares tocados por su «antigua sabiduría». «Fue mucho mejor poeta de lo que ella misma sospechaba» (José Belmonte Serrano), «tan humilde siempre siempre, tan fieramente humana, tan sencilla. No era, sin embargo, una escritora de futuro, sino de destino, que diría Miguel Espinosa».

Belmonte y Albalate fueron precisamente los encargados de seleccionar, comentar y editar la antología 'Memoria y voz', de la Colección Textos Plenos de la Editora Regional de Murcia, donde, en palabras de Belmonte, «en cada uno de sus poemas se detecta la inequívoca huella de sí misma, incapaz de fingir, incapaz de eludir la inquisitiva y tenaz mirada que te devuelve el espejo».

En el número de Ababol del 19 de junio de 1998, con motivo de la publicación de su libro 'Memoria de amor', poemas dedicados a la ciudad de Cartagena, donde nacieron muchos de esos versos, contó Josefina Soria a Juan Luis López Precioso que se afirmó a la pluma ya rayando la treintena y que Carmen Conde le pidió que escribiera «como una mujer».

Nacida en Albacete, siempre estuvo en deuda con Carmen Conde, a la que en cierto modo hizo caso al crear una tertulia de animación a la lectura para mujeres de Cartagena. Con ellas se ocupó al igual que había hecho Conde con la Universidad Popular. Publicó poesía –dedicó a Conde 'El alba oscurecida'– y cuentos infantiles, como su hija Marisa López Soria. Raspabook publicó no hace tanto 'La rosa en la nieve'.