¡Qué escándalo de verdejo!

«Ponte un verdejito», se escucha de vez en cuando en las terrazas de bares y restaurantes de nuestra Región (y de gran parte de España). El consumidor que todavía no se ha interesado demasiado en conocer qué hay detrás de cada variedad de uva, su origen, sus cualidades y su potencial, todavía busca en determinadas variedades de uva la simplicidad pura y dura. Y esto le pasa a la verdejo, tan vulgarizada por algunos para elaborar vinos sencillos que llenen copas para refrescar gargantas en el cálido clima español. Por contra, y gracias a todos los santos y deidades existentes, también hay elaboradores-bodegas que han sabido ver y aprovechar las cualidades de esta variedad de uva para crear vinos más… inteligentes.

Podría enumerar unos cuantos verdejos de libro, pero hoy me quedo con Los Perdederos, que elabora Pepe Rodríguez de Vera (agosto del 87 y residente en Murcia) en Aldeanueva del Codonal (Segovia) con su proyecto Viñadores de Castilla. Ha creado aquí un verdejo de finca muy orientado a la guarda, con tan solo 850 botellas y cuya nueva añada prácticamente acaba de salir al mercado.

En Los Perdederos hay carácter, hay personalidad, hay una mano detrás que sabe lo que hace para elaborar un blanco de guarda y para poner en valor a la variedad. Procedente de una parcela de una hectárea con viñedos de verdejo de cien años en pie franco, a una altitud de unos 800 metros, con conducción en vaso (una joya que bien podría ser Patrimonio de la Humanidad).

Tras una minuciosa selección en viñedo, las uvas fermentan con levaduras autóctonas para posteriormente realizar una crianza sobre lías en barricas de roble francés y acacia. El resultado es hoy un vino con una interesante complejidad, donde en nariz los aromas a albaricoque, piña y limón se entrelazan con tostados, bollería y especiados. Un vino que creo irá ganando en botella matices muy interesantes con el paso de los años (pero claro, lo de siempre: a ver quién es el/la valiente que lo tiene guardado en casa sin abrirlo más de cinco años).

Por cierto, su precio es de 35 euros, pero mantengo mi apuesta de recomendar vinos que no superen los 30 euros ya que este en la web del elaborador se puede conseguir con un 20% de descuento al dejar un email para suscribirte a su 'newsletter'. Todo en orden por aquí.

Los vinos de Juan Antonio Ponce son uno de los descubrimientos no de la semana, sino del año. Todas sus elaboraciones merecen mucho la pena.

Uno de sus vinos es La Estrecha, un bobal procedente de viñedos de unos 75 años plantados a 870 metros sobre el nivel del mar. Técnicamente no se puede decir que sea monovarietal ya que en la parcela, las viñas de bobal conviven con otras variedades como la tinta moravia y la blanca marisancho. Se trata de una producción de unas 3.000 botellas que ya ha llamado la atención de críticos como Robert Parker (calificó la añada 2020 con 95 puntos).

Crianza en barricas de roble francés de 600 litros durante unos 11 meses. Posterior embotellado sin clarificar ni filtrar previamente. Mucha elegancia y finura en los vinos que elabora Ponce. Proyectazo a tener muy en cuenta.

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