Historias tras los viñedos
La última jornada del congreso culinario se cerró con la cata 'DOP Jumilla, un viaje de norte a sur', un recorrido por los municipios que componen el sello
Son las historias detrás de un buen vino las que emocionan y consiguen atrapar a los escuchantes. Bien lo sabe la sumiller María José Ayala que ayer, en Región de Murcia Gastronómica, se estrenó impartiendo su primera cata-taller, 'DOP Jumilla, un viaje de norte a sur', en la terraza del espacio culinario. Un recorrido por los diferentes municipios que forman parte de la denominación a través de ocho vinos. Una cata con la que, como indicó la sumiller, se pretendió «dar a conocer la diversidad de esta denominación de origen». Un sello de calidad que reconoce vinos de 42 bodegas y el trabajo de 1.700 viticultores. «Aunque lleva el nombre de Jumilla, la gran mayoría de los pueblos que pertenecen a la DOP se encuentran en Albacete», explicó Ayala, sobre esta comarca que incluye los municipios manchegos de Montealegre del Castillo, Fuente-Álamo, Ontur, Hellín, Albatana y Tobarra. Un terreno en el que la monastrell es la variedad de uva autóctona por excelencia, aunque no la única.
Los participantes comenzaron este recorrido probando Garnacha Tintorera 2021, de Bodega Torrecastillo (Montealegre del Castillo) y Camaleónica 2021, de Microbodega Doble de Pérez (Albatana). Un caldo, este último, que nace de viñedos antiguos y secos, un producto de la única bodega del municipio. Lo mismo ocurre en Hellín, pues en el municipio solo hay una bodega, Ramón Izquierdo. «Fue creada por un empleado de banca que, a punto de jubilarse, quiso hacer lo que siempre le había gustado», destaca la sumiller sobre este Monastrell 2020. De su embotellado es llamativa la etiqueta «con pinturas rupestres».
Cambiando de variedad, se pudo saborear Mainetes Petit Verdot 2020, de Bodegas San Dionisio (Fuente-Álamo). «¡Ay si lo probaran en Burdeos!», exclamó la experta, haciendo referencia a una uva común de la región francesa. Un vino que recuerda «a las chuches de mora». Siguió el recorrido por Altos de la Hoya 2020, de Bodegas Olivares (Tobarra), un vino que, según destacó Ayala, suele tener hueco en los restaurantes con estrella Michelin.
Bodegas Pío del Ramo (Ontur) es la historia de otro emprendedor que quiso crear su propio vino. Alont 2018 Mgnun, que pudieron probar los asistentes, «es el mejor de su bodega». Un producto mimado, «elegante» y exclusivo del que solo se han hecho 5.000 botellas.
«Se me ponen los pelos de punta», admitió la sumiller al probar Las Puntillas de Camuñas 2016, de Bodegas Lagar de las Puntillas (Jumilla norte), el penúltimo de la cata, que terminó con Bruma del Estrecho de Marín Paraje Las Encebras Airén, de Bodegas Viña Elena (Jumilla sur). Un recorrido para disfrutar con cada copa.
De Bullas y Yecla
Los asistentes a Región de Murcia Gastronómica pudieron tomar también los caldos de la DOP de Bullas, con una cata celebrada el sábado, de la mano del sumiller José Sánchez Alcaraz. Una propuesta para emocionar en la que se pudieron saborear una selección de tintos con diferentes distinciones, algunos de ellos con la medalla de oro del sello.
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También el sábado se pudieron catar las distintas propuestas de la DOP Yecla, de la mano del sumiller Pascual Ibáñez Azorín. «Con 35.000 habitantes, el municipio tiene plantados el 9,7% del viñedo nacional de monastrell», destacó el experto durante una cata en la que también se pudieron probar vinos de garnacha tintorera.
