El Rincón de Joaquín, un oasis de frescura
El local se ha convertido en parada obligatoria en el Campo de Cartagena por su buen hacer con los vegetales y una cocina con inspiración vasca
Si conocieran en persona a Joaquín Madrid, propietario junto a su mujer Catalina de El rincón de Joaquín, en esas encuestas en las que uno elige con quién nos iríamos de cañas, ni Carlos Alcaraz, ni Penélope Cruz, ni el mismísimo emérito, le quitarían el primer puesto al hostelero afincado en San Cayetano. Tras el aspecto de un hombre rudo, ataviado siempre con unos uniformes de cocina que podrían pasar por pijamas, Joaquín es un hombre tierno, con mucho sentido del humor, de los que siempre están dispuestos. Y un profesional al que le gusta la cocina sencilla y el producto de la máxima calidad.
En la cocina es su mujer quien manda, aunque preparan y planifican juntos. El restaurante tiene una barra de bar que abre a las doce para quienes quieren comer algo más ligero. Hace años ofrecían almuerzos y desayunos contundentes, pero ahora están más centrados en el comedor. También hay una zona de terraza y un comedor más amplio en la parte inferior del edificio para eventos programados.
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Cocina
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Dirección C/ Enrique García Álvarez, 2, San Cayetano (Torre Pacheco).
Cuando llego, Joaquín lleva uno de sus atuendos más característicos y con un cuchillo va repasando una pata de jamón. «¿Has probado esto, Sergio?», me dice mientras me acerca un trozo de morcilla. «Esa salchicha es de chato murciano». «¿Quieres un poco de queso Ruperto?». Hablando de gastronomía y probando cosas nuevas de su mano estaría toda la vida, pero paso al comedor para recibir una carne frita con tomate deliciosa a modo de canapé de cortesía. Solo con esta tapa y un trozo de pan almuerzan dos militares. De sugerencias del día hay guiso de pollo, chanquete al ajillo -los últimos que quedan- manitas de cerdo a la plancha, lubina a la donostiarra y berberechos frescos. Todo un popurrí de platos que bien podrían formar parte de un menú degustación. Las manitas están tiernas y con ese punto tostado que da la plancha tan rico. Echo de menos una salsa chimichurri o un romesco al lado para compensar la gelatina. Tremenda la alcachofa rellena con una base de foie. Por cierto, en la temporada de higos debéis ir para probar los higos gratinados con foie. Una locura. También está bien avisaros de que es posible que en algún plato que salga de cocina encontréis alguna de aquellas reducciones de vinagre balsámico que tanto se usaron en la década de los dos mil y que tanto daño han hecho a la cocina, pero también os aseguro que si la reducción está en el plato, es porque le va bien al plato.
En temporada, hay que venir aquí a probar los higos gratinados con foie. Una locura
Deliciosa la tostada de mújol en salazón con un poco de tomate y cebollino por encima y revitalizante el guiso de pollo campero con una pelota y media patata que pido a modo de tapa para probar la cuchara de la casa. La carne roja del bicho y la sedosidad de la pelota muestran un poco lo que es la cocina de este oasis gastronómico, donde hay producto y sabor a la vez que delicadeza y saber hacer. Uno de los platos que más gustan en el local es el bacalao con espinacas. 'Popeye' lo llaman aquí. Una crema de espinacas con almendras y un filete de bacalao de cuatro centrímetros de grosor que separa sus lascas solo con mirarlo. Una delicia de combinación y un alarde de producto.
El Rincón de Joaquín es honestidad dentro y fuera de la cocina, por lo que, dependiendo de la temporada, podemos encontrar unos platos u otros. Riquísimos los espárragos blancos con huevo, el rape a la parrilla, los asados, los guisantes, el pulpo, los chuletones y los 'gin-tonics' que prepara con limones verdes. Larga vida.
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