Diez sorpresas gastronómicas veraniegas en la Región de Murcia: restaurantes, chiringuitos, 'beach clubs' y 'rooftops'
La selección de GARUM recorre varios establecimientos en busca de una oferta culinaria y de ocio diferente en municipios del interior y de la costa
El verano es un tiempo en el que se disparan los contactos personales, lo que suele llamarse 'socialización': un conjunto de actividades que los españoles y, singularmente los murcianos, ejercemos en los bares. Y quien dice bares dice chiringuitos, restaurantes, terrazas, tabernas de puerto, espacios gastronómicos... Solo nos hace falta una barra y una cocina. La propuesta de GARUM para este verano recorre diez establecimientos -no todos de costa, que también existe el verano en el interior de la Región- en busca de lo singular, de la sorpresa, de una oferta gastronómica y de ocio diferente. Podrían haber sido otros muchos, pero esta es nuestra humilde selección.
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OjósOxos 131

Un paradisíaco entorno natural rebosante de aromas cítricos atravesado por un refrescante río Segura rodea este peculiar restaurante cuyo chef, el venezolano Freddy Salmerón, elabora una cocina que fusiona sabores y aromas de América y de Murcia. Una cocina colorista, divertida, para todos los gustos, plena de imaginación y, sobre todo, de aromas y sabores que ha sabido recoger el legado andalusí tan presente en el valle de Ricote. Todo esto en un espacio al aire libre en forma de hemiciclo a la sombra y los aromas de árboles cítricos y rodeados de espectaculares farallones. Y con un servicio rápido y eficaz. Ademas, en verano abren también por las noches de miércoles a domingo.
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BullasEl Borrego

A la orilla de un frondoso tramo de otro río, en este caso el río Mula, se alza Casa Borrego, el único hotel gastronómico de la Región. Todo un oasis de paz y atenciones hasta el mínimo detalle en un edificio construido en torno a un molino de 1600, junto a un edificio de dos plantas dedicado antiguamente a cuadra y almacén que ha servido de base para crear este complejo hostelero con un encanto irresistible. Tras una magnífica labor de restauración se han creado unos espacios interiores y exteriores que son como el bálsamo de Fierabrás: lo curan todo. Y, al frente de los fogones, Salvador Fernández ofrece una propuesta innovadora ejercida sobre el rico producto local.
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ÁguilasLos Cocedores

A caballo entre Murcia y Almería, la playa de los Cocedores -en referencia a los cocederos de esparto que existieron antaño en esta cerrada cala- es una espectacular bahía de apenas 200 metros de lado a lado flanqueada por acantilados sobre la que se acuestan unas mansas y cristalinas aguas. Dominando este recoleto paisaje el chiringuito del mismo nombre ofrece, además de una impactante vista sobre la playa, una gastronomía tradicional y marinera a precios muy razonables. Rape, paella de marisco, sardinas o mejillones, corvinas y lubinas a la brasa, rodaballos, calamares y arroces -como el de bogavante, muy solicitado- son solo una pequeña parte de su oferta gastronómica. Una carta enorme para un establecimiento de este tipo no se olvida de las carnes, las ensaladas y los aperitivos.
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Playa del Lastre, PortmánEl cubano

Bajando del Monte de las Cenizas se muestra en todo su esplendor -a pesar de las salvajadas que ha sufrido- la bahía de Portmán. En su flanco izquierdo hay una recoleta cala entre rocas con una espectacular arena negra -no te preocupes- y uno de los mejores baños que te puedes dar en nuestras costas. Aquí te encontrarás con el chiringuito El Cubano, con pescado fresquísimo a la plancha. No busques aquí animales terrestres que llevar a la boca: esto es el reinado de Neptuno sin ambages. Como entrantes puedes optar por calamares a la romana (¡verás qué pintaza!), pulpo a la plancha, cazón rebozado o gambas al ajiillo. En pescados, pregunta qué hay del día fuera de la carta, que te puedes llevar sorpresas. Pero vamos: dentón, lubina, dorada, lecha, corvina, gallo Pedro, mero, rodaballo, calamar de potera. Y los arroces. Un chiringuito, además, bien cuidado y con un atractivo toque 'vintage'.
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Cabo de PalosAmura

El novísimo hotel Cetina, en Cabo de Palos, tiene un restaurante -Amura- donde oficia el chef Juan Balsalobre. Cocina de base tradicional con un aporte de creatividad e innovación muy interesante. Aromas y sabores mediterráneos que se manifiestan en propuestas como una sardina ahumada en pan brioche, una pata de pulpo crujiente sobre parmentier de sobrasada o unos chanquetes al ajillo con huevos poché y trufa rallada, arroces como el de caldero con mújol y alioli casero o el de abanico ibérico o algo tan especial como costillas de cordero lechal de Calblanque. Ah, y tienes la opción de disfrutar de un sofisticado 'brunch' o una velada mágica en su 'rooftop', que en castellano significa una terraza 'en tó lo arto' con unas espectaculares vistas sobre el puerto y el Mediterráneo, que en las noches de verano va a ser un enclave muy concurrido.
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La MangaLa Cornamusa

En plena plaza Bohemia se abre un espacio singular: un restaurante íntegramente en el exterior -en realidad su sala es la gran terraza en forma de 'ele' que bordea una gran barra donde hay dos mesas altas-. Es aquí donde el chef Juan Pablo Ortiz vuelca toda su creatividad, ofreciendo una cocina fusión, viajera, cosmopolita y muy medida para distribuir picos de sabor y suculencia a lo largo de una carta que aspira a contentar a un amplio sector de público. La carta digamos que tiene tres partes: snacks, aperitivos y platos al centro; un capítulo de arroces -profundo e intenso el de corvina- y una sección de cocina japonesa. Croqueta de gamba, salmorejo con torreznos de chato murciano, un excelente tartar de quisquilla, unas inolvidables gyozas de papada ibérica de finísima masa que se funden en la boca, unas vieiras con salsa kimchi flambeada... Una oferta que eleva la propuesta general de La Manga. Alta cocina en la costa. Ah, y esa tarta de queso única que acompaña a Juan Pablo desde hace años. Un bocado dulce para no perdérselo.
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7
Puerto Tomás MaestreEl Mirador

Estamos en un lugar diferente. Un lugar con un cierto aire de clandestinidad. O exclusividad, según se mire. Porque una verja metálica con un cartel que indica que solo puede atravesarla el personal autorizado detiene al visitante. En el cartel hay un teléfono (633 71 54 65) al que hay que llamar para que te abran la verja y así poder entrar en los dominios privados del Puerto Tomás Maestre. El chiringuito El Mirador está dentro de esos límites. Justo al borde del canal de entrada desde La Manga, frente al Pulpito. Imprescindibles las tortillas de camarones: sabrosas, nada aceitosas y crujientes; una señora ensalada de tomate y bonito -y qué ¡bonito!-; unas quisquillas rebozadas y fritas de las que te comerías un capazo, porque son como pipas; o unos chipirones a la plancha sucios, frescos y perfectos en su cocción que salen con un color que dicen 'cómeme'. Y para los carnívoros, hamburguesa de buey y entrecots y chuletones de vaca vieja con patatas y pimientos de Padrón.
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8
Los AlcázaresArmonía

El espectacular edificio que es sede del Club Náutico del Mar Menor, proyectado hace 67 años y remodelado hasta su configuración actual en 2003, alberga el restaurante Armonía. Una estructura lacustre que acoge un impresionante espacio interior de gran altura que ha sido remodelado por el arquitecto Antonio Rabadán. Y aquí, literalmente encima de las aguas de la laguna salada, Armonía Beach Club ofrece todos los sabores del mar y de nuestra huerta: unas huevas fritas, un pulpo al horno, unos huevos rotos con carabineros, un gallo Pedro o unas popietas de Lubina. También hay sitio para los carnívoros, con entrocots, chuletones y solomillos y una paletilla de cordero segureño local que enamora para el que se atreva con ella en plena canícula. Y, como un beach club que se precie, un sofisticado 'brunch' y una carta de cócteles para las noches de verano en el Mar Menor.
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9
Santiago de la Ribera, San JavierCarmen Playa

En Santiago de la Ribera, a dos pasos de la explanada de Barnuevo, se ubica el restaurante Carmen Playa. Su chef, Javier Zapata desarrolla una cocina de vanguardia muy personal y fundamentada en aplicar su creatividad a los productos de cercanía, con una fusión de referencias clásicas internacionales con la tradición gastronómica murciana. Por ejemplo, una piparras que cultivan ellos mismos, fritas, para abrir el apetito. O unos buñuelos de bacalao con una salsa elaborada con sus huevas; unas espectaculares patatas bravas con bonito; un atún rojo con granizado de anacardos o un adictivo pepito de ternera suprema, membrillo, foie, anchoas del cantábrico y mahonesa de soja, que son ejemplo claro de todo lo que se puede disfrutar aquí. Eso sí, la carta cambia con frecuencia.
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10
Bodegas Barahonda, YeclaLa Terrasse

Cuando llega el verano, las cocinas del restaurante Barahonda, ubicado en las Bodegas Señorío de Barahonda, se bajan a la entrada del espectacular edificio frente a los viñedos para montar La Terrasse, un delicioso espacio donde se ofrece una gastronomía más ligera, más casual, adecuada a los rigores de la canícula pero con el mismo nivel técnico y creativo que siempre exhibe su chef, Alejandro Ibáñez. Tortitas de camarones, tartar de tomate, panipuri de salmorejo y sardina, o un curioso donut de costilla de vaca son algunos de los entrantes. Aquí funciona la parrilla, por ejemplo, con una hamburguesa de chato murciano o un secreto de angus madurado. Y un clásico que no pueden eliminar de la carta: un bocata de calamares rebozados con salsa kimchi y alioli casero. Un lugar muy especial para vivir las noches del verano sin el bullicio de la costa.
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