Muy verde para ganar

Las sensaciones mejoraron. El Efesé dio un salto en cuanto a rendimiento con respecto a su estreno liguero en Oviedo. Curiosamente en el Nuevo Tartiere puntuó y ayer, en el Cartagonova, no lo hizo. Allí fue de menos (de la nada, prácticamente) a más. Y ayer, al revés. Empezó bien y acabó mal. Ese sabor de boca, unido al de la primera derrota en la recién iniciada temporada del coronavirus, habrá que mascarlo pronto y digerirlo en unas pocas horas. Aquí, en esta Liga SmartBank de cuchillos afilados, no hay tiempo para lamentarse. Un monstruo espera en Leganés.

Pudo el Cartagena evitar el traspiés en su estreno en casa en Segunda, ya que firmó un primer tiempo decente y disfrutó de un par de llegadas interesantes antes del descanso. De la Bella, tras una sideral asistencia de Carrasquilla y Simón Moreno, incapaz de aprovechar un regalo enorme de Babin, se acercaron al gol. No fue peor que el Sporting durante una larga hora de partido, pero se deshizo tras el 0-1, que llegó de la peor forma. Error doble. Dos fallos de principiante. A la lona. Y ya no supo levantarse.

Berto Cayarga, tremendamente desafortunado, le dio una patada a Djuka sin ningún tipo de sentido, ya que el ariete serbio del Sporting estaba solo, a 40 metros de la portería y rodeado de seis rivales. No tenía salida, camino del córner. Un saque de banda podía sacar. Como mucho. Pero Cayarga lo derribó. En la falta, muy bien puesta por Pedro Díaz, Gragera le ganó la espalda a un blandito Delmás y cabeceó de forma inapelable.

El 0-1 hundió al Cartagena, que entonces desfalleció y se convirtió en un pelele en manos del Sporting. Los rojiblancos, con problemas para generar peligro ante Marc Martínez hasta el tramo final, perdonaron entonces varias oportunidades claras. La mejor la tuvo Aitor, que se plantó solo ante el meta local y estampó la pelota en la cara del portero albinegro. Pareció fuera de juego, pero al asistente no levantó el banderín. Antes había fallado una todavía más clara Djuka, quien corrió más que Álex Martín pero definió de pena al meterse en el área.

En esos veinte últimos minutos afloraron las carencias de un Efesé por construir, al que no van a servirle la mayoría de las cosas que sí le valían el curso pasado. Jugadores que en Segunda B marcaban la diferencia, como Andújar, Elady, Simón Moreno, William o el propio Cayarga, aquí sufren de lo lindo. Donde antes estaban el Don Benito, el Sanluqueño y el Villarrobledo ahora tenemos al Oviedo, al Sporting y al Leganés.

Con todo, esta primera derrota en Segunda (debió ser la segunda, ya que el Efesé se salvó de milagro en Oviedo la semana pasada) hay que leerla de un modo mucho más amplio, sin particularizar demasiado ni cargar las tintas de manera individual. El resultado es lógico, ya que entre Sporting y Cartagena ahora mismo hay un abismo. La plantilla albinegra necesita de media docena de refuerzos. Y además ocurre que todos los que deben llegar todavía deberán ser titulares (o casi) y darle al colectivo un plus de calidad, empaque y competitividad. Con lo que tiene ahora, el Cartagena no salvará la categoría. Es imposible. No hay que alarmarse. Quedan 40 jornadas. Y Belmonte, Breis y Borja saben lo que hay.

Es cierto que en el primer tiempo hubo detalles esperanzadores. De la Bella, titular a la primera por delante de Forniés, dio sensación de calma a una zaga que apenas sufrió hasta el 0-1. Pero hubo problemas importantes a la espalda de Delmás, quien no termina de compenetrarse demasiado con Andújar. El lateral maño, muy débil, tira hacia arriba e incluso buscó el gol con un trallazo centrado. Pero atrás no ofrece garantías. Menos mal que ayer ni Aitor ni Djuka terminaron nada de lo que empezaron.

Mordió el Cartagena, capaz de someter con la pelota en muchos momentos a su atildado rival. Pero apenas sufrió Mariño. Cayarga, Simón Moreno y Nacho Gil lo intentaron. Le pusieron empeño, aunque la sensación es que podrían haber estado jugando hasta las tres de la madrugada y ninguno hubiera hecho un gol. Es un tridente manifiestamente mejorable. Los tres de arriba del Sporting, sin ir más lejos, hicieron más con mucho menos en el segundo tiempo.

La entrada de Carlos Carmona, quien presuntamente tenía un pie y medio fuera del Sporting, mejoró el funcionamiento del conjunto gijonés, plagado de canteranos con buen pie y con gente como Javi Fuego que ha estado en mil batallas a lo largo de su carrera.

Debutó Rubén Castro, aunque no pudo hacer nada. Cuando salió acababa de marcar el Sporting y se vio impotente. Apenas le llegaron balones. William y Elady, que habían entrado un poco antes, tampoco acertaron en las pocas escaramuzas que el Sporting permitió en los últimos compases. Se fue a la calle Andújar en el último minuto, en una acción que debió evitar.

Será baja en Butarque el próximo domingo, donde el Cartagena lo echará en falta. Allí volverá a sufrir, contra un Leganés llamado a pelear por el ascenso y que en su casa no dejará escapar demasiados puntos. Los tres primeros volaron este domingo del Cartagonova. Y serán muchos más si no llegan pronto los fichajes que el equipo necesita para poder competir, con ciertas garantías, en una Segunda División que no espera a nadie. El que se duerme está muerto. Y cuando despierta, está de nuevo en el pozo de la Segunda B. Del sueño a la pesadilla hay un solo paso. Muy corto a veces. El Cartagena lo sabe.