Borja Jiménez, a 90 minutos de un doble hito

Borja Jiménez es un entrenador atípico. Dejó el fútbol en su primer año de juvenil. Jugaba de mediocentro, pero siendo un crío entendió que lo suyo era estar fuera y no dentro del terreno de juego. A los 18 años ya estaba entrenando a un equipo alevín. Es maestro de Educación Física y, además de los tres niveles de entrenador nacional, sacó el curso de director deportivo en 2013. Habla mejor el portugués que el inglés, dedica todas las horas del día a un trabajo que le apasiona, vive solo con su gato y es una persona tan exigente como metódica. «No creo mucho en los sistemas de juego. Soy más de un modelo, de saber cómo queremos hacer las cosas para conseguir un objetivo y, a través de ese modelo de juego, ir modificando posiciones de jugadores», ha dicho en varias ocasiones.

Para el Efesé todo cambiará si el próximo 18 de julio supera la eliminatoria de campeones a partido único que presumiblemente se jugará en el estadio malagueño de La Rosaleda, sin público. De la terna que forman Atlético Baleares, Logroñés y Castellón saldrá el rival de los albinegros. Pero es que, a nivel individual, para Borja Jiménez un ascenso con el Cartagena supondría conquistar un doble hito que pasaría a la historia del balompié local. Sería el entrenador que sube con el Cartagena con menos edad y, además, se convertiría en el único técnico español que encadena dos ascensos a Segunda en la última década.

Tiene Borja Jiménez 35 años, los mismos que tenía el argentino Felipe Mesones cuando se quedó acariciando el ascenso a Segunda con el Efesé en 1971. Se lo arrebató el Logroñés, uno de los equipos que precisamente podría cruzarse ahora con el Cartagena. Mesones, que luego volvería en dos ocasiones a Cartagena y completó una brillante carrera de 30 años en banquillos de Primera y Segunda de Murcia, Tenerife, Elche, Hércules, Salamanca, Granada, Betis y Valladolid, también se quedó con la miel en los labios una temporada más tarde, cuando tenía 36 años, por culpa de aquel demencial arbitraje de Herencia Jurado en el partido decisivo contra el Hércules.

Aunque Mesones sí fue jugador profesional y destacó en clubes de Segunda como el Murcia, el Levante y el Hospitalet, su caso se asemeja al de Borja Jiménez, salvando el medio siglo de distancia entre uno y otro. Porque Mesones también empezó muy joven su carrera en los banquillos y porque fue un técnico moderno y revolucionario en aquella década de los 70. El Efesé fue su trampolín hacia la élite.

Lo que no consiguió Mesones sí lo había logrado en 1961 el madrileño Ventura Martínez, en aquella promoción contra el Sestao con partido de vuelta y fiesta albinegra en San Mamés. Ventura ya tenía 46 años cuando ascendió al Cartagena y un estimable bagaje como preparador. Había dirigido al Xerez y al Murcia en Segunda.

Precisamente, Ventura se marchó al conjunto jerezano nada más subir con el Efesé y su relevo lo tomó un entonces jovencísimo Luis Cid Carriega, uno de los jugadores albinegros protagonistas sobre el césped en aquel ascenso y que colgó las botas en el verano del 61 tras cuatro campañas en el Efesé. El gallego, que después entrenaría a Sporting, Zaragoza, Sevilla, Betis y Atlético de Madrid en Primera, llegó al banquillo del Almarjal con solo 32 años. Pasó de un día para otro de ser jugador a ejercer como entrenador albinegro, como después haría el recordado Luis Aragonés en el Atlético de Madrid. Pero lo cierto es que Carriega no fue el técnico del ascenso del 61.

En 1982, cuando el Cartagena ascendió en Torrejón de Ardoz con un golazo de falta del canario José Luis y aquella inesperada carambola en la última jornada en la que el Lorca empató en Algeciras y el Granada perdió en Antequera, el técnico era el argentino Gustavo Silva. Y estaba a punto de cumplir 42 años. Había sido un futbolista del montón que en los años 60 jugó en Rosario Central y Gimnasia y Esgrima.

El rosarino pronto se quedó sin sitio en su país y comenzó un largo periplo por el fútbol estadounidense. Pasó por Norringtown, New York Helenic y Philadelphia. Se casó con una norteamericana y en el año 75 vino a España. Antes de aterrizar en Cartagena, entrenó dos años en Estados Unidos, una campaña al Marbella (en Tercera) y dos temporadas al Académico Visseu, de la Primera portuguesa.

Volvió dos veces al Cartagena, en la campaña 88-89 con Pepe Egea como presidente y en la segunda vuelta del ejercicio 92-93, con José Luis Belda a los mandos. Tras irse del Efesé bajó con los cuatro equipos que entrenó (Elche, Marbella, Cacereño y San Fernando). En 2002, tras el descenso del San Fernando a Tercera, dejó los banquillos.

El entrenador del tercer ascenso fue el actual técnico del Rayo Vallecano, un Paco Jémez que cuando Juan Pablo marcó el gol del ascenso en Alcoy acababa de soplar 39 velas. Ya había dirigido al Alcalá, en Segunda B, y al Córdoba, en Segunda. Eso fue el año anterior a su llegada a Cartagena. A Paco Jémez le avalaba su trayectoria como futbolista internacional y su paso como defensa central de primer nivel en Deportivo y Zaragoza, pero desde luego que su éxito en El Collao supuso el espaldarazo definitivo para una carrera como entrenador que luego le ha llevado a Las Palmas, Córdoba, Rayo, Granada y Cruz Azul mexicano.

Jémez suele comentar que el ascenso más complicado para un entrenador es el de Segunda B a Segunda. Y esa afirmación no se la hemos escuchado solo al canario. Asier Garitano, Luis Tevenet, Pacheta o Vicente Moreno, que saben lo que cuesta llegar al fútbol profesional, están completamente de acuerdo con el técnico que llevó a los Carmona, Mariano Sánchez, Tato, Viyuela, Rubén, Miki Roqué, Txiki, Falcón, Cabrejo y compañía a la gloria hace once años.

Al récord de precocidad que Borja Jiménez tiene al alcance de la mano, a solo 90 minutos, se le suma una segunda marca. El abulense, si obtiene el salto de categoría con el Efesé, sería el primero que encadena dos ascensos en la última década en el fútbol español, primero con el Mirandés y luego con el Cartagena. El último que lo hizo fue el gallego Fabri González, quien lo consiguió con el mismo equipo, el Granada, en 2010 y 2011. En su caso, primero a Segunda y después a Primera. Además, el Cartagena que él dirigió hasta febrero de 2009 fue el que subió en Alcoy.

Hay técnicos que tienen dos ascensos a Segunda, como Iñaki Alonso, Claudio Barragán, Carlos Terrazas, Vicente Moreno o Anquela. Álvaro Cervera tiene tres. Pero ninguno los consiguió seguidos. El mejor ejemplo de la enorme dificultad que supone subir a la división de plata es que grandísimos entrenadores de la categoría como Tevenet, Aira, Mandiola o Pouso solo han conseguido un ascenso.