Formar para transformar

«En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe». (Eric Hoffer, escritor y filósofo)

Alejandro De Zunzunegui

Domingo, 19 de noviembre 2023

Siempre he defendido que para conseguir un exitoso proceso de transformación (digital, organizacional y cultural) se hace absolutamente imprescindible contar con el talento necesario para ello. Un talento que las organizaciones necesitan atraer, hacer crecer y retener. No es tarea fácil, y en muchas ocasiones advertimos poca preparación para la tarea que queremos encomendar. Falta formación específica al efecto. No somos realmente conscientes de su importancia. Parece en ocasiones como si liderar un proceso de transformación digital fuera algo muy simple para lo que no hiciera falta una formación específica. Pero en el tema que nos ocupa querer no es poder, hay que saber.

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La realidad nos enseña cada día que comenzar un proceso de transformación digital supone un enorme trabajo a mucha gente no suficientemente preparada para el mismo, lo que exige un obligatorio empuje de muchas empresas, no solo las grandes, sino también y sobretodo las pequeñas y medianas, para ser capaces de atraer (el todavía escaso) talento ágil e innovador en esta materia a la compañía, impulsar el desarrollo de programas de formación continua para todos los empleados de la misma e implementar un nuevo modelo de gestión de talento en el que las personas aportan nuevas habilidades y capacidades, para lo que deben formarse a conciencia.

Si queremos ser capaces de transformar nuestra realidad y adaptarnos a un nuevo modelo de relación con nuestros clientes y usuarios aprovechando la oportunidad que nos brinda el ecosistema digital y las nuevas tecnologías emergentes debemos invertir en formar a nuestra gente. Es del todo necesario contar con un buen plan de formación, apoyándonos en terceros especialistas para preparar de manera adecuada a las personas que queremos se desarrollen en este campo y a su vez afrontar la necesaria mente continua recualificación y reeducación de los empleados de cualquier organización y desarrollar programas de desarrollo de habilidades.

Porque transformación se escribe con 't' de talento. Por ello la formación específica en transformación digital es algo a lo que tendremos que dedicar tiempo, esfuerzo y recursos suficientes. No habrá éxito sin preparar y forma r a todos los elementos de la compañía. Y cuando digo todos quiero decir todos, sin excepción.

Formación. Formación continua. Formación conceptual técnica y experiencial. Es imprescindible preparar y afrontar el necesario desarrollo de nuevas habilidades en la organización y desarrollar programas adecuados de formación a partir del concepto «aprendemos y hacemos, y así aprendemos haciendo haciendo». Son dos de las claves en las que las compañías deberían concentrar esfuerzos. De ahí que sea importante que las organizaciones fomenten la participación de los empleados en los proyectos de transformación a través de planes de formación.

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Una formación no tan sólo académica o teórica, que es necesaria sin duda, pero no será suficiente. Será crítico incentivar a los que participen en los primeros proyectos del proceso de transformación. Hay mucha gente con ganas de aportar valor y «sin ocupación real», esto es, muchas personas que todavía no se sienten importantes en la cadena de creación de valor a los clientes y usuarios. Podemos y debemos sumarles, reubicarles, formales y darles futuro de valor en nuestras empresas.

La falta de formación provoca habitualmente una «parálisis transformacional» desgraciadamente común en muchas empresas, grandes, medianas o pequeñas. ¿Por qué es tan difícil de eliminar esa «esclerosis organizativa»? Fundamentalmente, porque hay poca formación, y prácticamente ninguna cuando nos acercamos a temas como transformación digital, organizacional y cultural. Y nos mata el miedo. Y para superar ese miedo hay paradójicamente un solo camino, que es la formación. Aunque desgraciadamente parece que en España esta formación, para la que hay cada vez mejores ofertas -algunas incluso subvencionadas en su totalidad-, no se consume por quienes deberían de verdad saber lo que implica gestionar un proyecto de Transformación Digital, tan necesario hoy para poder evolucionar la organización con ciertas garantías de éxito.

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Esta falta de formación es precisamente la que provoca la nula implicación de muchos mandos intermedios en procesos de Transformación Digital . ¿Qué sucede en ese momento? Que en la génesis de un proyecto, de cualquiera, hay que lidiar muchas veces con la rigidez e inflexibilidad de ese grupo de mandos intermedios y el elevado grado de burocracia a muchos niveles. Por esa razón es tan importante asegurar la implantación de diferentes niveles de información y formación.

La formación no puede olvidar los tres retos a alcanzar a partir de la activación de cualquier proceso de Transformación, como son la generación de la mejor experiencia de los usuarios en cada una de sus interacciones con la organización, el desarrollo exponencial de inteligencia colectiva en la compañía -para lo que será necesario desplegar programas de formación continua en agilidad y agilismo en todos los niveles de la organización- , y la consecución de un elevado nivel de acierto en la toma rápida de decisiones a partir de los datos de la empresa.

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El problema en este punto, el de los datos, es concebir que el dato suple nuestras carencias formativas, un problema enquistado en muchísimas de las grandes organizaciones del universo empresarial actual, del que vuelve a ser la formación el mejor antídoto. Porque, como dijo Albert Einstein, «la educación no es el aprendizaje de datos, sino la formación de la mente para pensar». ¿Qué sucede? Que a partir de los datos podemos «pensar mejor», aprender más, generar mayor valor y riqueza. Pero necesitamos, para ello, que los datos nos digan lo que nos tienen que decir en cada momento, con un significado claro, dentro de un contexto, y en función de la necesidad de quien es destinatario de nuestra propuesta de valor. Y para eso, como para todo lo demás, es necesario estar mínimamente preparados.

Son afortunadamente cada vez más quienes toman conciencia de la necesidad de formarse y formar convenientemente para poder transformar su realidad. No hay otro remedio. No debe haber excusas. El tiempo y el dinero invertido serán siempre rentables, y el retorno será alto. Para quienes aún lo dudan, cierro con una cita de Derek Bok, quien fuera rector de la Universidad de Harvard entre 1971 y 1991: «Si crees que la formación es cara…prueba con la ignorancia».

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Formar para Transformar. No queda otra.

Más información: www.enae.es/gdp

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