Pedro Acosta, el pasado domingo tras proclamarse campeón del Mundo de Moto 2 en el circuito de Sepang (Malasia). Red Bull KTM AJO
Campeón del Mundo de Moto2 y Moto3

Pedro Acosta: «Sigo cambiando las ruedas de mi moto a 40 grados en Fortuna»

«Yo no puedo tirar perdigones al aire y decir que voy a luchar por el Mundial el año que viene. Aún no me he subido a la moto»

Martes, 14 de noviembre 2023, 20:04

Pedro Acosta (Puerto de Mazarrón, 19 años) está a más de 7.000 kilómetros de Cartagena, pero por el teléfono se cuela un sonido inconfundible ... para él: el del ruido de las motos de gran cilindrada que aprovechan la espectacular mañana del martes para rodar y rodar y rodar por el Circuito de Velocidad de Cartagena, el sitio en el que, con solo 6 años, empezó todo para el flamante campeón del Mundo de Moto2 y Moto3. Acosta está ya instalado en Losail, muy cerca de Doha, donde este fin de semana participará en el GP de Catar con los deberes hechos.

Publicidad

-¿Lo oye? Estoy en El Bohío, con las ventanas abiertas, y es como si las motos del circuito estuvieran pasando por la puerta de casa.

-¡Qué bueno! Sí que se oyen las motos por allí cerca del circuito, sí. Eso es buena señal.

-Han pasado 48 horas desde que se proclamó campeón en Sepang (Malasia). ¿Lo ha asimilado ya?

-No me ha costado asimilarlo tanto, porque hace dos años ya supe lo que es esta sensación. Ahora sí que lo estoy disfrutando más, porque entonces era muy niño y no era demasiado consciente de lo que estaba logrando. En Moto3 fue llegar y que me saliera bien todo. No sabía lo que era un Mundial malo. Lo normal es llegar y pagar la novatada el primer año, sufrir mucho en el segundo e igual en el tercero ya puedes luchar por el título. Pero yo llegué con 16 años y todo me vino rodado desde la primera carrera. El año pasado sí que descubrí lo que era sufrir y, por eso, este título lo estoy saboreando más que el que conseguí en Moto3 hace dos años.

-Su regularidad este curso ha sido la clave de su éxito. Desde que adelantó en la clasificación del campeonato a Tony Arbolino en Silverstone, en el mes de agosto, no ha tenido rival.

y me caí dos veces y una vez me quedé fuera del Top 10. El resto de veces terminé entre los siete primeros. Este año he mejorado aún más en eso, porque solo me quedé sin puntuar en Le Mans. Es evidente que a la larga es mejor ser segundo en todas las carreras y acabar ganando el Mundial. Por eso he usado más la cabeza y he evitado las caídas.

-¿Se metió demasiada presión el año pasado y acabó frustrándose por caerse tantas veces?

Publicidad

-No me frustré. Yo lo que quería era ganar y lo que me importaba era estar en lo más alto del podio. Yo iba con esa mentalidad y no me salían las cosas y eso me molestó. Pero me lo tuve que tragar y darle la vuelta. He mejorado en eso y el resultado es que este año he sido campeón.

-Dijo el otro día en la tele que con un podio se daría por satisfecho en el año de su debut en MotoGP.

-Bueno, nunca dije que estuviera satisfecho con eso. Dije que me veía haciendo un podio, pero eso es distinto a estar satisfecho. Lo que pasa es que hay que ser realistas y saber a lo que nos enfrentamos a partir de ahora. El nivel de MotoGP ha crecido mucho y hay que tener calma. Todavía no me he subido en la moto y no he entrado aún en el equipo. Yo no puedo tirar perdigones al aire y decir que el año que viene voy a luchar por el Mundial. Creo que hay que ir a Valencia [el 27 de este mes] a probar la moto y luego venir a Malasia en febrero a seguir mejorando. No podemos marcarnos un objetivo sin tener ni idea de dónde nos encontramos.

Publicidad

-Suele recordar que unos meses antes de dar el salto al Mundial usted se quedó sin equipo. Su contrato con el Prüstel GP le duró una semana y fueron semanas de muchas dudas.

-Ha cambiado mucho el cuento. Y para bien. Yo había ganado de manera consecutiva las seis últimas carreras de la Red Bull Rookies Cup de 2020 y sinceramente me veía preparado para subir al Mundial de Moto3. En septiembre encontré equipo, pero aquello se cayó. Y en cuestión de siete días me vi sin contrato, en la calle y sin ninguna otra opción para correr el Mundial. Eso se había acabado. Me vi apurado y haber vivido ese momento creo que me hizo crecer. De la noche a la mañana me vino una oferta de un filial de KTM [el Red Bull KTM Ajo], que era un equipo grande y que era más presión para un chaval de 16 años. Tenía que hacerlo bien y pelear por ganar. Y esa era mi única opción. Todo ha salido muy bien, pero también podía haber salido muy mal. Las cosas como son.

-Este lunes me decía Adrián Cases, su amigo y entrenador, que no ha conocido a ningún piloto más trabajador que usted.

y esto es algo que a veces a la gente se le olvida. Hay pilotos que acaban tomándose esto como un trabajo. Yo sé que si no trabajara cada día como lo hago las cosas no me saldrían como yo quiero durante los grandes premios. Hay días mejores y peores. Hay días que no puedes salir de la cama, pero se me olvida todo cuando me subo en la moto. Hay entrenos que no salen y no entiendes el motivo, pero sigues para adelante. Voy a entrenar porque disfruto. He aprendido a automatizar mis movimientos encima de una moto y eso solo se consigue echándole muchas horas.

-Hace dos años en Austin salió volando seis metros por encima de su moto y se pudo hacer mucho daño en ese accidente. Sin embargo, entró al box sonriendo y gastando bromas. ¿Es así? ¿Le sale natural?

Publicidad

-No todas las cosas se ven bien. Hay días que estoy con más bromas y otros días estoy con menos bromas. Pero es verdad que si puedo estar con buen humor, lo voy a hacer. Lo más fácil en la vida es divertirse y reírse. No me cuesta nada gastar bromas, empezando por reírme de mí mismo, que es algo que hago mucho. Me tomo la vida a broma. Vivo cada día con total normalidad. Unos días antes de venirme para Malasia a ser campeón del mundo, cogí mi furgoneta y me fui solo a Barcelona, que tenía que resolver unos asuntos personales. A mitad del camino me tuve que parar, porque llovía tanto que los limpiaparabrisas no me limpiaban el cristal. Me lo tomé con humor y esperé a que pasara la tormenta.

-El pasado domingo en Malasia volvimos a vivir una fiesta del motociclismo regional. Usted, campeón del mundo. Y Fermín Aldeguer ganó la carrera. En un deporte siempre dominado por valencianos, catalanes y baleares, dos pilotos murcianos han llegado para hacer historia. ¿Qué ha pasado aquí?

Publicidad

un sueño con todas tus fuerzas. Hablo de lo que sé de mí y de lo que yo me he comido para llegar hasta aquí. No hablo de nadie más. Creo que para los niños de la Región de Murcia que quieren ser pilotos es algo muy bueno. Siempre íbamos a Valencia a ver a Márquez y a Lorenzo. Y ahora estos niños tienen todas las mañanas a un tío en [el circuito de] Fortuna que se llama Pedro Acosta y que está entrenando con ellos. Hace poco estuve en el campus de Adrián [Cases] y muchos padres y muchos niños no se imaginaban que iban a ver a Pedro Acosta cambiando las ruedas de su moto a 40 grados, a pleno sol. Ellos no se lo imaginaban, porque en la tele ven gente vistiendo ropa cara y yendo en coches caros. Pero la vida no es así y mi realidad no es esa. Yo sigo cambiando las ruedas de mi moto a 40 grados en un entrenamiento en Fortuna y es bueno que los niños me vean.

-Ha decidido que se queda a vivir en Mazarrón y descarta mudarse a Andorra, como hacen la mayoría de los pilotos.

-Sí. Me quedo aquí. Prefiero pagar mis impuestos aquí y moverme con libertad. Yo cojo mi furgoneta, lleno el depósito de gasolina y voy al sitio que me apetezca, sin tener que dar explicaciones a nadie de dónde estoy. La gente que crea que es una ventaja irse a Andorra pues que se vaya, pero yo aquí tengo a mi gente, soy feliz y no me merece la pena irme.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis

Publicidad