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Miembros del XV Rugby Murcia forcejean en una melé durante un partido del curso pasado en Monte Romero. XV RM

El regreso de un XV Rugby que quiere soñar

El equipo murciano vuelve a Primera Territorial, el lugar donde pertenece, con un proyecto renovado dentro y fuera del verde, bajo la ambición de erigirse como el club de la ciudad

Antonio Zomeño

Domingo, 28 de septiembre 2025, 07:52

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La melé murciana regresa con más empuje que nunca. Esta mañana (11.30 horas) el XV Rugby Murcia escribe el inicio de un nuevo capítulo en Elche, con su vuelta a la Primera Territorial Valenciana a través de un proyecto renovado dentro y fuera del campo. Tras dos cursos en la 2ª Territorial, el primer equipo masculino ha recuperado el sitio que le pertenece en la máxima categoría autonómica, donde aspira a enganchar a una masa social que ha despertado del letargo, alineada con una estructura deportiva que ambiciona erigirse como el equipo de todos los murcianos.

Tras una 2023-24 en la que el XV rozó el descalabro con un grosero penúltimo puesto, el club murciano mira a su debut con la seguridad de quien ha hecho los deberes en verano tras el título liguero del curso pasado. «Este año la Primera Valenciana es muy dura porque, de diez equipos, tres son recién descendidos de Nacional. Aún así, el objetivo es llegar a las semifinales, estando arriba, porque nos hemos reforzado mucho y tenemos un equipo muy competitivo», explica Álvaro Casado, miembro fundador y jugador hasta los 55 años, quien asumió la presidencia del XV Rugby Murcia en octubre del año pasado. Ahora, el proyecto se suma al CRU Cartagena y el CUR Murcia para devolver dos derbis de alto voltaje a la Región.

La receta del éxito

Casado ha pasado a los despachos con la misma determinación con la que placaba hace tan solo dos años. Su relevo al frente de la junta directiva ha coincidido con un aumento exponencial en el tejido que rodea al club, con unas labores de captación que rozan el proselitismo: «En un año, hemos pasado de tener solo dos socios a un centenar, con una masa social que oscila en las 400 personas», asegura este comercial de profesión que ha logrado reunir a 22 patrocinadores en torno a un club que el curso pasado tan solo contaba con el apoyo de tres empresas. El 'cómo' se explica a través de su profesión: «Llamando uno a uno, buscando a gente y explicándole los valores del rugby», reconoce Casado, sumergido de lleno en la realidad extradeportiva del juego de la H: la conquista de unos retos que, en muchos otros deportes, se dan por sentados.

La entidad debuta en la máxima categoría autonómica esta mañana a las 11.30 horas fuera de casa contra el Elche

La receta para el éxito del último año pasó por la profesionalización de la estructura deportiva del club pero, sobre todo, por dos nombres propios: Diego Vicino y Cristian Sáez, los técnicos argentinos que el curso pasado llegaron a un equipo que coqueteaba con el descenso y lo hicieron campeón. Además, el XV ha sumado preparación física específica con aplicación tecnológica, respaldada por «la creación de una comisión de rugby» que pretende marcar un estilo común desde la cantera del XV al sénior. Estos pasos dibujan el camino hacia el club ambicioso que la actual junta directiva proyecta, pero no todo es viento de cola. El principal cuello de botella pasa por unas instalaciones deficientes que limitan el desarrollo mismo del deporte en la ciudad.

Los retos

«El Campo de Fútbol de Espinardo no es adecuado para el rugby. Nuestro deporte es de contacto, de ir al suelo, y el césped sintético espanta a los nuevos», explica Casado sobre su principal campo de entrenamiento, una lija verde que llena a los jugadores de heridas. El XV disputa sus partidos oficiales en las instalaciones de Monte Romero, de hierba natural, pero apenas disfrutan de ellas un par de horas por semana, y estas se encuentran «llenas de agujeros por los lanzadores de jabalina y de peso» con los que el equipo sénior comparte el campo. La receta pasa por un verde propio que permita al rugby brotar con vigor en Murcia, como sucede en muchas otras ciudades españolas, pero el ingrediente principal reside en una comunión público-privada que aún se atisba demasiado lejana.

El primer equipo del XV Rugby Murcia que logró el ascenso el curso pasado posa en el campo de Monte Romero. XV RM

Pese a la carencia de infraestructuras que pongan en valor el deporte del tercer tiempo, el salto a categorías nacionales, esa División de Honor B de la que el XV Rugby Murcia salió apeado de forma abrupta hace cinco temporadas, es una meta en el horizonte: «Si se gana, habrá que decidir si estructuralmente estamos perparados para dar ese paso. En categoría nacional, el presupuesto se duplica», resume Casado, que pisa sobre tierra firme y ubica el futuro más próximo en sostener una base, ordenar ese modelo de juego unificado y, desde ahí, crecer.

Pero el regreso a Primera Territorial no es un punto final. Supone, más bien, el pórtico de una etapa en la que el XV quiere consolidar lo que ya ha cambiado -socios, patrocinadores, metodología- y abrir la puerta a lo que todavía falta: un campo específico para el deporte y ese respaldo institucional que los diversos equipos del municipio demandan. «Igual que hay equipos de baloncesto o fútbol que llevan el nombre de Murcia por toda España, nuestra ambición es convetertirnos en el club que represente el balón ovalado en la ciudad», asegura Álvaro Casado, bajo el lema de «cuanto más alto, mejor», pero sin atajos: buen juego, salud en las bases y un club que, esta vez sí, camine al ritmo de su gran ambición.

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