Preparada para el siguiente paso

Han pasado siete intensos años desde que Luna Isabella Valencia Mejía (Murcia, 15.06.2010) ganara su primera copa. Fue durante el Absoluto Juvenil de 2016 y los nueve primeros hoyos que la jovencísima jugadora disputaba en competición oficial. Detrás de aquella primera copa conseguida en el campo de Saurines, han venido muchas más. Tantas, que están guardadas en una armario y solo aquellas que tienen para la joven golfista más valor sentimental –ya sea la de campeona de España Alevín 2022 como la que ganó en el recorrido de Roda tras marcarse un -6 en el campo sanjaviereño–, la contemplan desde el otro lado de su cama.

Pocos días después de recibir en su buzón personal, fue el pasado 2 de noviembre, un correo electrónico del Comité Técnico Juvenil de la Real Federación Española de Golf (RFEG) informándola de que había sido seleccionada para formar parte «del grupo de Trabajo Femenino de cara a la temporada 2024», la murciana –de padres colombianos, afincados en la Región desde 2006– se sentó con LA VERDAD a hablar de este nuevo paso en su trayectoria deportiva.

Y lo hace con la madurez que da, a pesar de sus 13 años, el involucrarse desde los cuatro añitos en una disciplina deportiva (como es el golf) tan individual; tan sacrificada en cuanto a técnica y entrenamiento, y tan absorbente en cuanto a competetición se refiere –muchos viajes fuera– que suponen aplicarse más duro, si cabe, para compaginarlos con sus obligaciones académicas. «E l trimestre pasado fui solo un 60% a clase», nos cuenta de manera serena, aunque muy consciente de que esta circunstancia le hace buscar horas de estudio incluso «a las diez de la noche cuando los domingos regreso de los torneos». Y eso contando con la complicidad de la directora de secundaria del King's College Murcia; «Sophie Gardiner comprende lo que suponen las concentraciones o las competiciones a las que me convocan porque es profesora de Educación Física, pero a veces algunos profesores les cuesta decirme que si...» –nos confiesa–, cuando se les plantea la ausencia a su clase.

Las horas de estudio las encuentra en tiempos muertos, en los propios viajes o tras ellos. Un 'sacrificio' (le gusta lo que hace) al que dice estar acostumbrada y que gestiona siendo disciplinada y metódica. «Aunque en mi vida personal, en mi cuarto, soy un poco desordenada», nos menciona con una suave sonrisa. Su percepción del sistema educativo español le ha hecho plantearse estudiar –aún no sabe el qué– «en los Estados Unidos, donde son más abiertos en cuanto a compaginar estudio y deporte».

«Luna es una niña educadísima con un gran saber estar dentro y fuera del campo. Ojalá otros niños de su edad fueran así. (...) En el golf tiene una capacidad de concentración innata, además de saber jugar en el presente, superando lo malo muy rápido», asegura de ella su profesor Javier de Lope. «Desde siempre he dado clases con él. Me conoce perfectamente y nos entendemos», asegura la alumna de su maestro. Y a sus cualidades personales se suma una mentalidad ganadora. «Soy consciente que hay que disfrutar del juego, pero también salgo al campo con la ambición de ganarlo. A veces me han dicho que si estoy enfadada al verme jugar, pero el gesto de mi cara es solo pura concentración. Me centro en lo que hago».

Hay que remontarse a los años 2014 o 2016 para que de aquella hornada de destacadas jóvenes golfistas murcianas qu edio la Región, algunas fueran reclamadas por este mismo comité nacional; caso de Patricia Garre o Dimana Viudes, mientras que Raquel Olmos lo fue más recientemente para el programa deportivo de élite de la Solheim. A ese momento no se llega por casualidad. Luna, cuyo nombre corresponde al cuerpo celeste que órbita la Tierra y que en latín significa 'la que brilla', lo lleva haciendo desde pequeña. Tuvo su juego de palos de plástico desde que tenía un año, pero eran los de su padre, los de verdad, los que a ella la llamaban la atención y con los que se entretenía en la cancha de prácticas de La Torre Golf, donde sus progenitores entonces vivían. «O rompiendo algún que otro jarrón por casa con el 'putter'», recuerda su madre. Con el traslado definitivo al residencial de El Valle éste se convirtió en el lugar habitual de su entreno y juego, aunque desde aquel -6 siente debilidad «por Roda», como campo.

Valencia Mejía pronto comenzó a destacar y a día de hoy es una de las alumnas de la Escuela de Élite de la Territorial murciana, (es hándicap plus 1,7) y aunque muy severa a veces con su progresión, «este 2023 no está siendo mi mejor año (está en pleno proceso de cambio de 'swing')» –nos dice–, los resultados obtenidos en 2022 han hecho que la Nacional se fijara en la murciana. «Había pensando en ello, en que me llamaran, pero hasta que no sucede no te haces a la idea». Está feliz. «Y no me asusta la carga de trabajo que pueda suponer», asegura. Pertenecer al equipo nacional con otras 13 elegidas, «va a suponer mejorar y recibir muchos consejos y seguir entrenando un montón». Más si cabe. Aunque la agenda ya es apretada. A las clases de 2º de la ESO, de 9 a 4.30 de la tarde, toda la semana les suma después los lunes clase con De Lope y clases de matemáticas y/o inglés; los martes, Escuela de Élite; los miércoles entreno con su padre (salida al campo); y los jueves y viernes preparación física porque los fines de semana están ocupados con las competiciones. Poco tiempo le resta para el banyo o los pinceles de pintura.

La primera convocatoria del comité es este próximo 25 y 26 de noviembre y luego vendrán tres más. Allí todo está preparado. El equipo humano y el director deportivo, Juan José Grañeda que destaca a este medio que este paso «es la continuidad a un trabajo bien hecho en el que participan los padres –la base de la pirámide–, cada una de las federaciones autonómicas y, ahora nosotros». En el horizonte lo que hace muy poco recordaba el campeón del Mundo, Manolo Piñero: «Si no sueñas no llegas». Y nuestra Luna sueña todas las noches en su firmamento personal.

• Temas
• Golf