Carlota Ciganda, una inspiración para el golf femenino
El público no dejó de corear su nombre en cada hoyo, en cada 'green' y en cada oportunidad,durante los tres días de épica competición
María Jesús Peñas
Viernes, 29 de septiembre 2023, 01:32
Todas ellas lo tenían meridianamente claro. Tanto Ana y Carín del cercano Real Guadalhorce Club como Lydia y Cristina (jugadoras del Real Club La Moraleja, en Madrid)... o las aficionadas murcianas Isabel, Esperanza, Marta, Cati, Fuensanta, Cari, Eva, Carmen y Lola, todas ellas jugadoras y alumnas de la 'pro' de la tierra Maribel Romero. Ninguna de estas golfistas 'amateurs' quería perderse «una ocasión única, como es tener una Solheim Cup en casa». Así calificó este evento deportivo, Romero, la maestra y organizadora del viaje grupal de sus preseverantes chicas. Y así lo han vivido ellas. «Un lujo de experiencia», aseguraron a la vuelta. Un evento único. Porque en esta edición se vivió lo que hace de una competición un acontecimiento épico y un legado.
La semana pasada (del 22 al 24), Finca Cortesín (Casares - Málaga), era la sede de la Solheim Cup 2023. Por primera vez en este país se vivía una competición de tan alto nivel –si hablamos de golf femenino–, solo comparable a la Ryder Cup de 1997 en Valderrama (Cádiz) –en clave masculina– y, de eso... ya ha llovido mucho.
Todo un desafío organizativo y económico (unos 24 millones de euros) donde brillaron –más allá de algunas sombras– la excelente disposición de los voluntarios y las embajadoras, que se comportaron como el alma de la Solheim española. Entre los primeros y dándolo todo, hasta brillantes campeonas de España, caso de María Castillo, recientemente campeona 'amateur' del Europeo Sénior por Equipos; y entre las segundas, la murciana Natalia Ruiz, que fue la responsable de traer la copa original de la Solheim hasta la Región, durante 2022, y acercarla así a la sociedad murciana, en una maratoniana visita.
El ángel de la competición
La recompensa ha sido mayúscula. Europa conseguía en tierras andaluzas la tercera victoria consecutiva (el empate a 14 puntos que se produjo in extremis en la última jornada permitía al equipo defensor –las europeas– mantener la copa); contabilizar cinco éxitos en las siete últimas ediciones, y de que de las seis participaciones de la navarra Carlota Ciganda –carne de Solheim desde 2013–, tuviera en esta última participación a su país como principal espectador, cerrando el resultado final a favor de la escuadra europea con su 'putt' en el hoyo 17.
A quien ha sido la garra de esta edición se la debe 4 puntos (los de sus cuatro encuentros disputados), ser el pegamento del equipo y la mejor animadora. No paró de jalear al público del evento en cada 'green' y en cada 'tee' para que los cánticos de apoyo no bajaran de intensidad. Hasta se arrancó con la coreografía de la Macarena en la salida del 1, ante una colorista grada de alrededor de 1.400 comprometidos espectadores, que cada día era más ruidosa y colorista. El público la correspondió coreando su nombre completo en cada 'tee', en cada 'green' o a su paso por las calles, lo que emocionó a los padres de la navarra, Chusa y Jesús, que la seguían a cierta distancia.
Según avanzó la competición: desde un asustado viernes donde los partidos de la mañana dibujaron un 4-0 en contra que presagió lo peor para Europa, a un sábado esperanzador donde se afianzó la remontada que derivó a un domingo donde hasta el final de la contienda se mantuvo el pulso entre ambos equipos (hasta llegar al empate 14-14). Ciganda no flaqueó, y cuando la capitana Pettersen la mencionó «que todo está en tus manos en el hoyo 16», la española sacó lo mejor de si misma, tras haber sentido la zarpa de la americana Korda. Esta había reducido drásticamente la ventaja, de tres arriba, conseguida por la pamplonica en los primeros ocho hoyos. Ya iguales, Ciganda cerró el 16 con 'birdie' y el 17 de igual manera. Incontestable. Puro temple. Si la Ryder de Medinah tuvo de 'levmotiv' a Seve Ballesteros desde las alturas, la Solheim de Finca Cortesín tuvo su propio ángel. Este terrenal. Uno que atiende al nombre de Carlota y que significa: fuerte en la guerra. Y eso que no veía de un buen año. Lo que no la supuso ningún problema a la hora de afirmar que «ha sido la mejor semana de mi vida». Y mostrar al mundo que no hay que rendirse. La deportista ha hecho historia y se ha convertido, más si cabe, en un referente para las niñas del golf de dentro y fuera de nuestro país.
Los invisibles
Y mientras la gloria se vivía en el campo, detrás de él, bombeando información, el equipo humano de prensa –con Borja M. Labanderia a la cabeza– atendiendo a más de 160 periodistas acreditados y hasta 500 personas, contando a los miembros de la televisión oficial que emitió el acontecimiento. Hasta 12 horas diarias de la mano, también, de la periodista todoterreno Elena Jiménez (presente en l aprueba), para TeleDeporte y RtvePlay, que obtuvieron su recompensa; una audiencia media de 102.000 espectadores (177.000 en el minuto de oro, a las 17.22). Lástima que en los informativos de mediodía del lunes siguiente, ni la pública ni las generalistas dieran cuenta de la hazaña, a excepción de Antena 3. Bueno, y los 10 segundos que Pedrerol otorgó a la Solheim. Los mismos que le dedicó a un cortacésped en el partido del Cádiz-Betis. Igualito.
Otro de esos equipos humanos menos visibles, el abanderado por Ignacio Soto, el máximo responsable del mantenimiento del recorrido malagueño. Belén Mosquera, la responsable en esa misma parcela de los campos murcianos de GNK, no dudó en viajar el sábado para ver in situ el trabajo de su compañero. «El estado de un campo así no se improvisa, son labores todo el año de alto nivel. Y este está espectacular, no te puedo decir otra cosa», declararía a LA VERDAD la 'heand greenkeeper' murciana sobre Finca Cortesín. Destino, campo y resultado están ya en la historia del golf femenino mundial, como en la retina de millones de aficionados. Ahora solo falta que se sacudan prejuicios sobre esta disciplina deportiva (incluidos los mediáticos) para que todo el mundo disfrute sus grandes éxitos sin complejos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión