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Luzme Queipo, durante sus vacaciones en Cartagena, en el parque de la rambla de Benipila. ANTONIO GIL / AGM
Fútbol | Liga Reto Iberdrola

El 'avión' de El Bohío vuela alto en el Castellón

Luz Mery Suárez Queipo empezó a jugar al fútbol hace apenas siete años, ascendió con el Dolorense, jugó en el Alhama de Randri y ahora es indiscutible en el Castellón femenino que acaba de subir a la Liga Reto Iberdrola

Domingo, 16 de agosto 2020, 07:46

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Está de vacaciones pero las dos horas en el gimnasio no se las quita nadie. Entrena en el barrio de la Concepción y aparece por el parque Vallejo Alberola pasado el mediodía, con el cabello húmedo [«Llevo unos pelos de la ducha...»] y el chándal de su club: el Juventud Almazora, el equipo femenino del Castellón que acaba de subir a la Liga Reto Iberdrola, equivalente a la Segunda División masculina. Lo han logrado gracias a la ayuda de Luz Mery Suárez Queipo (Cartagena, 25 años), la defensa de la barriada San Cristóbal que ha crecido a pasos de gigante en los siete años que practica fútbol seriamente: primero formó parte de aquel Cartagena Féminas, el Dolorense, que tocó el cielo en 2014; luego jugó en el Lorca Deportiva, en el Alhama de Randri y se la jugó al cambiar de aires en el Castellón. Allí es indiscutible y vuela en el lateral diestro.

Dicen que nunca es tarde si la dicha es buena. Con ese principio por bandera, sin prisa pero sin pausa, Luzme vuela alto en el fútbol femenino. Empezó a practicarlo seriamente nada más cumplir la mayoría de edad. «Lo mío era el baloncesto. Empecé a jugar con 8 años en el CB Cartagena. Antes de cumplir los 18, me apunté al fútbol sala, en Torre Pacheco. Allí conocí a unas compañeras. Me hablaron de un equipo de fútbol once en La Unión, y me decidí a dar el paso. Luego hicieron unas pruebas en el Cartagena Féminas, entonces referente en la ciudad. Hicimos una gran temporada en Autonómica, renové y, al curso siguiente, logramos subir. Desafortunadamente, aquello duró muy poco y descendimos esa misma temporada».

Su rendimiento llamó la atención de Randri García, que entonces soñaba con armar un proyecto ganador en el Alhama. La reclutó durante dos temporadas, hicieron una gran amistad pero Luzme, inquieta por naturaleza, decidió de forma voluntaria hacer un paréntesis en el verde, regresar al parqué y enrolarse en el fútbol sala de Alcantarilla, que actualmente tiene a su primer equipo en Segunda. El amor por la pista le viene de familia. Su hermana es Vivian Sánchez Queipo, pívot que vio truncada su prometedora carrera por una lesión.

Para tenerlo claro

  • Nombre Luz Mery Suárez Queipo (Cartagena, 25 años). Vive en la barriada San Cristóbal, El Bohío.

  • Inicios Empezó a jugar al baloncesto a los 8 años, en el CB Cartagena, hasta adolescente. Luego se apuntó al fútbol sala en Torre Pacheco y, al fútbol, en La Unión.

  • Logros Ascendió a Segunda con el Cartagena Féminas, el Dolorense. Jugó en el Alhama de Randri y ayudó a crecer a los proyectos del Lorca y del fútbol sala en Alcantarilla.

  • Futuro En julio subió a Segunda con el Castellón, siendo indiscutible en el lateral derecho. Continuará allí.

«Tal y como están las cosas ahora, el fútbol sala no da para mucho. Tampoco el baloncesto, aunque estaba muy a gusto. Entendí que lo mejor era decantarse ya por algo. Con Randri empecé a ver las cosas de otra manera: me habían puesto de mediocentro, de mediapunta y en el Alhama ya no me moví de central. Ya no me moví de esa posición. Quería ganarme la vida trabajando, a la misma vez, y en Alhama me dieron la oportunidad de hacerlo».

Una trabajadora

Con los estudios cursados hasta Bachiller, Luzme tuvo que hacer las maletas y emprender otro viaje, esta vez para jugar en el Lorca Féminas, otro club puntero de Segunda B que tuvo un paso brillante por la Liga Reto Iberdrola. «Me he hinchado a trabajar, en una fábrica de calzado, en almacenes, en Alhama, en Lorca y en Castellón, para poder vivir y compaginarlo con el fútbol, que no te da. Esta pasada temporada pude tomarme un respiro, que me ha venido bien. He madurado bastante viviendo independizada. Antes era todo el rato diversión. Ahora he aprendido a realizarme como persona, a ser muy estricta en los entrenamientos y a no faltar al gimnasio, cosa que pasaba por alto». En este sentido, su hermano Juan ha sido vital: «Me introdujo en el mundo del deporte, me asesoró y me apoyó siempre».

Se inició en el baloncesto a los 8 años, en el CB Cartagena; también probó en el fútbol sala de Torre Pacheco y Alcantarilla

Inquieta por naturaleza, hace ahora un año que Luzme hizo las maletas, de El Bohío hasta Almazora, para enrolarse en las filas del equipo femenino del Castellón. «Soy consciente de que he empezado tarde en el mundo del fútbol. No tengo prisa en llegar lejos y lo único que quiero es que mantengamos la categoría en la Reto Iberdrola. Quiero sacarme el carné de entrenadora y empezar a ayudar en las bases. Voy un poco tarde para la élite, pero es un sueño que está ahí y al que no quiero renunciar».

Titular indiscutible

En el campo de fútbol Las Boqueras ha sido titular en todos los partidos, como lateral diestra. Le marcó al filial del Levante y, después del parón, jugaron la fase de ascenso como las mejores segundas clasificadas, hasta vencer al Betis B y subir a Segunda. A la espera de novedades por la situación sanitaria, la idea es empezar la pretemporada el lunes 24. Antes deberá estar los últimos cinco días en cuarentena. «Ojalá podamos entrar a los campos y visitar Castalia. Tengo sentimientos encontrados, pero ese día me tirarán las raíces e iré con el Efesé».

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