El padre que subía montes para bajar el colesterol
Carretillero en Sabic, el algareño de 40 años corre desde 2014 y la de este sábado será su cuarta Ruta de las Fortalezas
Era 2014 cuando el médico le recomendó andar una hora diaria para bajar el colesterol. Carlos Olmos (El Algar, 40 años) se lo tomó en serio y fue mucho más allá: descubrió el monte, se enamoró del ultrafondo hasta límites insospechados y este sábado correrá su cuarta edición de la Ruta de las Fortalezas con el objetivo de quedar entre los diez primeros clasificados.
Poca broma lo que ha conseguido Carlos Olmos en estos años. Es padre de tres hijos (la menor de once meses) y sacar tiempo para entrenar es realmente difícil en el día a día. Este algareño afincado en Torre Pacheco trabaja como carretillero logístico en la fábrica de Sabic, en la diputación cartagenera de La Aljorra. Sacar tiempo libre, por lo tanto, es complicado para este padre de familia.
«Este año me cuesta un poco sacar tiempo. Pero hago lo que puedo y saco tiempo algunas tardes». Olmos tiene las piernas más que acostumbradas al monte. No en vano, ha participado en carreras de alta exigencia en varias partes de España y también en la Falco Trail de Cehegín, de 71 kilómetros, una de las más prestigiosas de la Región de Murcia. Por eso ahora lleva «tres semanas» centrado en el asfalto, una parte muy exigente de la Ruta de las Fortalezas.
Lateral y extremo
«No soy de asfalto, solo hago montaña. Pero la Ruta es constancia, correr. Llevo unas semanas en asfalto, sin mucho desnivel. Llevo cuatro carreras este año y eso me da un poco más de chispa», cuenta Olmos, que hasta los 18 años fue jugador de fútbol en el Algar. Era lateral y extremo diestro y pasó por el equipo Preferente del Torre Pacheco hasta que las lesiones le castigaron y afectaron en su trabajo. Alguna vez mata el gusanillo en pachangas, con los amigos.
El año pasado terminó noveno en la general en 4 horas y 7 minutos, pese a sufrir calambres en la bajada de la Atalaya
En una época ya más adulta, en 2014, el colesterol se le disparó «por las nubes». En ese momento empezó a correr por su cuenta, «a seis minutos el kilómetro» y con pequeñas distancias, sin pensar que acabaría federado y metido de lleno en el ultrafondo. «Me hubiera gustado participar en todas las ediciones de la Ruta de las Fortalezas. Debuté en 2016, en 2017 la corrí por equipos y el año pasado quedé noveno en la general con un tiempo de cuatro horas y siete minutos».
El reto de este carretillero de Sabic es clavar un tiempo de cuatro horas este sábado. «La Ruta es una carrera que te deja correr, es mucho asfalto y tiene tres o cuatro subidas exigentes. Si te pasas corriendo, mueres cuando llegas a esos tramos. Hay que tener cabeza, llevar tu ritmo y sin picarte con nadie. El que no lleva su ritmo al final suele abandonar. En Sierra Gorda va mucha gente fresca, te pasan como aviones, y luego ya no pueden seguir».
Jugó al fútbol en El Algar y en Torre Pacheco, pero cesó su actividad física por las lesiones, hasta retomarla en 2014
La experiencia le dice a Olmos que es preferible ser conservador en la Atalaya, el último tramo exigente antes de llegar la meta, ubicada en Escuela de Infantería de Marina General Albacete y Fuster (EIMGAF), en Tentegorra. «La Atalaya se le atraganta a todo el mundo. Llegados a ese punto ya llevas muchos kilómetros a cuestas. El año pasado me dio un calambre y tuve que bajarla andando. Ahí perdí mucho tiempo. Mi idea esta vez es bajar de las cuatro horas».
Olmos, centrado estos días en la subida a Tentegorra, va a participar en su cuarta Ruta de las Fotalezas al coger uno de los dorsales que quedaron libres tras el sorteo. Este martes, técnicos del Ayuntamiento de Cartagena y personal de la EIMGAF harán un ensayo general sobre el recorrido de 50 kilómetros. El despliegue para este sábado es de 550 militares y más de 300 civiles, entre personal sanitario y voluntarios.
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