La Salud Archena vive en una nube
Tiempo de 'playoff'. Los del Valle de Ricote reciben a un favorito Melilla en la ida de los cuartos de final de Segunda FEB, a mitad del sueño de otro ascenso
Los ecos del vetusto pabellón Joaquín López Fontes aún evocan a la época dorada del baloncesto archenero, aquella de los años en LEB Bronce en que incluso los del valle de Ricote conquistaron la Copa de la competición en 2008 en un tiempo de vacas gordas para el baloncesto nacional. Al fin y al cabo, el baloncesto es tesoro municipal en una Archena que es una plaza clásica de la pelota naranja en nuestra Región, que tuvo en el extinto CB Archena a uno de los clubes fundadores de la liga EBA en 1994 cuando esta era solo la segunda competición nacional y que hoy vuelve a sonreír de oreja a oreja con los éxitos del primer equipo del nuevo UB Archena, conocido comercialmente como La Salud, y que nació en 2013 de la fusión del antiguo club, el Estudiantes y el Eutyches.
Lejos del dispendio que reinaba en el país en los tiempos de aquella Copa de LEB Bronce que Antonio Verdú (Archena, 38 años) recuerda como si fuera ayer, el director deportivo de La Salud ha logrado que su club cree la tormenta perfecta «desde un crecimiento exponencial» para una nueva época dorada. «La ilusión ha vuelto a Archena con más fuerza que nunca», se atreve a valorar un hombre que no quiere «que esto sea algo efímero», en retrospectiva a la anterior, y para lo que se prepara «para hacer que el proyecto sea sostenible».
Tarde para la gloria
La de su club es una de las historias de las categorías nacionales de esta temporada. Recién ascendido desde EBA, en su estreno en Segunda FEB es equipo de 'playoff' y hoy acoge ni más ni menos que los cuartos de final de una competición en la que partieron 28 equipos divididos en dos grupos de 14, el Este y el Oeste, con tan mala suerte que alguien le dio la vuelta al mapa de España en el reparto y a los archeneros les ha tocado recorrerse la parte occidental de la Península. Palos con gusto no duelen. «Lo que más se palpa es la ilusión», insiste Verdú.
Y es que, por las calles, comercios y cualquier punto de encuentro que se tercie, en Archena esta semana solo se hablaba del partido de hoy a las 19.30, el de la ida de los cuartos de final ante el Melilla. No son los suyos los favoritos, pero en La Salud «no nos ponemos techo», como no podía ser de otra manera cuando esta serie enfrenta a un recién ascendido de EBA con un descendido de LEB Oro, competición que la ciudad autónoma abandonó el año pasado después de 28 temporadas seguidas en las que fue tres veces campeón de la Copa Príncipe y que incluso logró el ascenso a la Liga Endesa en 2016, uno no materializado en los despachos. «Su resumen es una muestra de cómo apuestan por el baloncesto en Melilla», contextualiza Verdú, que, aunque reconoce «el valor histórico y económico» de su rival, sabe que «lo que manda es la pista».
Unos no tienen nada que perder. Otros sí. Y no son estos últimos los de Archena. Nadie dijo miedo y menos cuando esta temporada, «aprovechando nuestro fortín», apunta orgulloso el máximo responsable de la parcela deportiva de La Salud, «ganamos por 24 puntos de diferencia». Eso sí, «en Melilla fue mucho más complicado y perdimos por 37».
Vivir el presente
El ascenso a Primera FEB no está ni mucho menos a tiro de piedra. Los dos acompañantes del Palmer mallorquín, ya ascendido en la final entre campeones de grupos ante el Cáceres, lo serán los ganadores de las semifinales siguientes a estos cuartos. Vamos, que el ascenso está a cuatro partidos de lo más complicados de distancia. Uno que su rival de cuartos ya sabe que a veces no basta con meter más canastas que el otro equipo para realmente subir de categoría. Cábalas de las que Verdú no quiere oír ni hablar. «Mejor nos centramos en el partido de hoy, lo otro ya se irá viendo», valora, al tiempo que reconoce que «meternos en 'playoff' ya es un premio», uno que no esconde que «es algo que aumenta los gastos y supone un mayor esfuerzo en economía y recursos humanos».
Por lo pronto, al equipo que dirige Pedro Hermógenes le toca disfrutar de la experiencia de hoy. El suyo es un grupo de fuerte apuesta por lo local, pues hasta siete jugadores son nacidos o formados baloncestísticamente en la Región, hombres que «siempre hemos sabido lo que nos podían, tanto a nivel personal como baloncestístico». Para Verdú, «jugadores a los que se les da confianza pueden darnos más que otros que estén más consolidados en la categoría, pero por otras cuestiones no alcanzan el nivel».
Los secretos del éxito
Archena es una ciudad que ama el baloncesto y este ha crecido en la misma cuidando y dando valor a lo propio. Pero, dentro de la cancha, lo importante para Verdú es «encontrar roles que casen». Y pone ejemplos hablando de «perfiles defensivos como puede ser el de Alejandro Tendero», o de la necesidad de otros «de corte revulsivo, como Carlos Hurtado». Chicos de 23 y 22 años, respectivamente, que «están arropados por jugadores que ya conocen la categoría, como Albert Lafuente, Sergio Mendiola o Carlos Toledo», este último de vuelta en la Región por primera vez desde la temporada 2013-14, en la que debutó en la Liga Endesa junto a su hermano Juan con un UCAM en el que jugaba en su filial de EBA, años después de haber comenzado en el Marme, de donde también salió Tendero.
La pólvora, en manos de extranjeros como Yeikson Montero y Matteo Strikker, que juntan más de 25 puntos por partido para una Archena que hoy vuelve a vivir uno de sus grandes días de gloria, esta vez con la experiencia del pasado, los pies en el presente y sin miedo al futuro.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión