Pendientes de que empiece la función
El continuo cambio en los protocolos de aforo para teatros y auditorios y las restricciones de movilidad dificultan la tarea de programadores y gestores culturales
María José Llergo debía haber recogido ayer el primer Premio Paco Martín a la artista revelación de las músicas globales. Debía, además, haber actuado acompañada de la guitarra de Paco Soto y los teclados de Miguel Grimaldos. Pero, otra vez las restricciones, otra vez la pandemia, le impidieron recibir el premio. Las limitaciones de movilidad entre municipios y de entrada o salida de la Región fue el escollo definitivo que, el jueves, a dos días de su inauguración, llevó al Ayuntamiento de Cartagena a suspender el Jazz Festival.
En él, Llergo, voz emergente del nuevo flamenco, iba a recibir el galardón que, con la previsión de entregárselo en La Mar de Músicas, la ciudad le concedió en febrero. La cita se aplazó entonces a este último sábado de octubre ante la decisión de no celebrar La Mar, y ahora, con la cancelación del Jazz, la entrega ha vuelto a posponerse.
Programar grandes eventos en medio de una pandemia como la actual se ha convertido en un camino pedregoso y no falto de obstáculos. Jazz Cartagena es un ejemplo, pero hay más citas que, aunque por lo pronto se mantienen, han tenido que lidiar &ndashsiguen haciéndolo&ndash con numerosos contratiempos. Entre ellas, el Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICC) y la decimonovena edición del Festival Internacional de Títeres Titeremurcia, en la capital. Ambos, previstos para este noviembre, siguen en pie. Titeremurcia prevé arrancar el sábado 7 y el FICC lo hará a finales de mes.
Cartagena espera poder entregar el premio Paco Martín a María José Llergo en La Mar de Músicas de 2021, tras cancelar el Jazz
«Hemos de mirar hacia adelante», cree José Luis Cegarra, responsable del Cartagena Jazz. Acaba de despedir una edición, la 39.5, que ni siquiera ha podido estrenar. Cuando su equipo comenzó a trabajar en ella lo hizo ya condicionado por la presencia del virus y la previsión de que la movilidad entre países estuviese limitada; de ahí que el catálogo de conciertos que finalmente presentó estuviese compuesto en su totalidad por artistas nacionales, como Llergo &ndashla organización espera poder entregarle el galardón en 2021 en la próxima edición de La Mar&ndash, Antonio Lizana, Chano Domínguez, Martirio, Zenet y Andrea Motis, entre otros. Las negociaciones de caché, afirman, también se habían adaptado a la reducción de aforos, y en la última semana se modificó el horario de inicio de los conciertos para cumplir con el toque de queda. «Económicamente no era un proyecto rentable, pero socialmente sí porque con él dábamos un poco de oxígeno a los profesionales del sector: técnicos de luces, sonido, músicos..., mucha gente que con la suspensión se queda en la estacada», explican desde el festival.
«Este año, cualquier festival, de cualquier tipo, implica el triple de esfuerzo», afirma Esther Baeza
Ahora tienen que desarmarlo, un trabajo extra al que el contexto ha obligado, dado que «la mayor parte del público» que tenía previsto acudir al festival «era gente de fuera de Cartagena», reconoce el concejal delegado de Cultura de la ciudad portuaria, Carlos Piñana. Es en esta premisa y en el «aumento de casos» positivos en coronavirus en Cartagena, alega, lo que han llevado a la Concejalía de Cultura a cancelar el festival, y a suspender todas las actividades culturales presenciales de forma temporal, según anunció el Consistorio este viernes. «Ha sido un palo muy fuerte, como también lo fue prescindir de La Mar de Músicas, porque son motores económicos para la ciudad, atraen turismo cultural y crean trabajo», señala Piñana, quien afirma que, desde la Concejalía, seguirán programando actividades de carácter 'online' «para no parar la cultura».
«Constante incertidumbre»
No tiene tampoco intención de parar el FICC, aunque su formato podría variar. El festival, confirma Esther Baeza, directora del certamen, que este año alcanza su 49 edición, ha trabajado desde el principio en la posibilidad de adaptar su programa a una versión virtual si las circunstancias lo requieren, lo que les ha obligado a trabajar en varias vías y, por tanto, un «esfuerzo extra».
Prevista para la semana del 22 al 28 de noviembre, esta edición, afirma Baeza, se ha encontrado «con todas las dificultades», puesto que «ha ido cambiando cada día». «Los parámetros con los que estábamos acostumbrados a trabajar de repente son otros, y además, cada poco tiempo, se modifican. Eso nos ha hecho vivir en una incertidumbre constante».
«Hemos trabajado todo el año en varios escenarios distintos», y esto, añade Baeza, ha hecho que la presente edición del festival sea la que «más esfuerzo nos ha llevado, precisamente porque hemos tenido que contemplar varias posibilidades». «Eso quiere decir que hemos trabajado en varias líneas sabiendo que las circunstancias nos van a obligar a optar por una y el resto se van a quedar ahí, pero tenemos que jugar con eso. Este año cualquier festival, de cualquier tipo, implica el triple de esfuerzo».
Las frases
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Esther Baeza Directora el FICC
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- «Hemos trabajado en varias líneas sabiendo que las circunstancias nos van a obligar a optar por una»
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- «Somos una asociación pequeña de amantes del cine que nos pasamos todo el año buscando las mejores películas para traerlas a la Región. Hemos hecho un trabajo ímprobo»
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- «Si hacer un festival es ya complejo porque tienes que manejar muchos factores, cuando no pisas suelo firme y no sabes qué va a pasar es muy angustioso». Para esta edición se presentaron casi ochocientos trabajos «con un nivel extraordinario», confirma la directora del festival cuya programación se dará a conocer en los próximos días.
Cuentan, no obstante, con el respaldo de los creadores. A la edición de este año, recuerda Baeza, se han presentado «casi ochocientos cortos. La selección ha sido dificilísima porque, además, había un nivel extraordinario». Muchos de los cortometrajes que se han presentado, señala la directora, «se han rodado durante el confinamiento y han salido historias muy interesantes que reflejan la situación que hemos pasado desde puntos de vista muy distintos y algunos de ellos los veremos en el festival», adelanta.
A pesar de la «angustia» con la que viven esta situación de incertidumbre, afirma Baeza que todos los obstáculos y dificultades que han tenido que salvar y siguen salvando han mostrado que «tenemos una capacidad de adaptación mucho mayor de la que pensábamos». «Nosotros somos una asociación pequeña de amantes del cine que nos pasamos todo el año buscando las mejores películas para traerlas a la Región y viendo cortos para hacer una selección realmente exquisita. Hemos hecho un trabajo ímprobo».
«Llenar aforos»
En el caso de Titeremurcia, el principal 'enemigo' ha sido «la incertidumbre», reconoce Ángel Salcedo, presidente de Unima Región de Murcia, entidad organizadora del festival, que este año ha previsto 15 espectáculos repartidos en 19 funciones, «un poquito menos que otros años».
Tenían claro, dice, que querían «hacer algo» y la opción de suspender nunca estuvo sobre la mesa. Han tenido, eso sí, que prescindir de las actuaciones en la vía pública: «Hasta hace un mes no sabíamos si podríamos hacerlo y finalmente no nos han autorizado», debido, apunta, a la dificultad de controlar el aforo en estos espacios. Como alternativa, el Ayuntamiento de Murcia les ha ofrecido las instalaciones del Auditorio Murcia Parque, donde se representarán las propuestas 'El misterio de la piedra encantada' (domingo 8) y 'Circ Cabaret Armando Rissoto' (domingo 15): «No es una plaza, pero conserva ese punto de realizar una actuación al aire libre».
Las frases
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José Luis Cegarra Director de Jazz Cartagena
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«Incluso una vez suspendido la gente nos ha llamado animándonos a seguir y volver el próximo año con más fuerza»
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«Volveremos en 2021. Todo el equipo trabaja ya para la mejor edición del 40 aniversario y reencontrarnos con Cartagena»
Las últimas restricciones de movilidad y horario no han condicionado, señala Salcedo, la celebración del festival, que se mantendrá «mientras los teatros permanezcan abiertos», pero sí ha incrementado el trabajo de la organización desde el punto de vista de la «gestión de autorizaciones y logística». Ahora esperan que el público responda y «llene los reducidos aforos» de los teatros y auditorios que acogerán algunas de sus funciones.
«Nos alegramos mucho de haber llegado hasta aquí y de que la programación esté hecha y los carteles en la calle. Esto nos da mucho ánimo». Para la Red de Festivales de Otoño, a la que pertenecen, dice Salcedo, «somos un referente. Hay muchos festivales más pequeños que han tenido que suspender porque eran inviables». Ellos, por el momento, han logrado «cuadrar el presupuesto».
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