Borrar
Obra maestra. 'Episodiode la Conquista de Málaga',de Rafael Tegeo (1850).Procedente de las Coleccio-nes Reales (Patrimonio Nacional). Vicente Vicéns/ AGM

Algunas obras imprescindibles de la exposición 'El siglo de Tegeo'

Últimos días para disfrutar en la iglesia de la Compañía de Caravaca de la Cruz de la maestría del célebre pintor nacido en la ciudad santa

Daniel Genaro Pérez Tárraga

Historiador del Arte y gestor cultural

Viernes, 31 de enero 2025, 00:28

Comenta

A pocos días de que 'El Siglo de Tegeo' concluya, no parece nada osado, decir que la muestra se ha convertido en una de las grandes referencias expositivas del Región de Murcia, de los últimos años.

Dentro de nada, el martes 4 de febrero, cuando la Iglesia de la Compañía de Caravaca cierre sus puertas, la multitud de obras (pinturas, esculturas, dibujos, grabados...) tan generosamente prestadas, abandonarán la localidad caravaqueña, para retornar a sus lugares de origen: Museo de Bellas Artes de Murcia (MUBAM), Museo Nacional del Romanticismo, Museo Nacional del Prado, Patrimonio Nacional, Galería Caylus... los hogares de coleccionistas...

Si no has visitado 'El siglo de Tegeo', te recomiendo que lo hagas, lo antes posible, porque en unos días ya será tarde. Y si las has visitado, plantéate volver a verla, antes de que ya sólo sea un recuerdo. Tras muchísimos años e infructuosas tentativas, el pueblo de Caravaca de la Cruz ha logrado su sueño de albergar una exposición dedicada a su más ilustre artista, Rafael Tegeo. La segunda exposición dedicada al pintor caravaqueño –la primera fue entre noviembre de 2018 y marzo de 2019 en Madrid, en el Museo Nacional del Romanticismo–, tiene como gran particularidad el hecho de estar ubicada en la localidad natal del artista, y en un espacio a pocos metros de la casa donde vio la luz por vez primera.

'El siglo de Tegeo' exhibe buena parte de la producción del artista, y muchas de sus mejores obras. Algunas pinturas se exponen tras décadas ocultas al público, como el delicado 'Retrato de Santos Cuenca', otras no fueron expuestas en la muestra del Museo del Romanticismo como 'La curación de Tobías', obsequio a modo de exvoto del artista al Santuario de la Vera Cruz; la considerada primera versión del 'Retrato de los Duques de San Fernando de Quiroga'; un temprano 'Retrato de joven' pintado sobre cobre, 'Agar e Ismael en el desierto', copia del cuadro homónimo de Mariano Salvador Maella –de muy alta calidad–, atribuida a un jovencísimo Tegeo, actualmente conservada en colección pública murciana, ... y eso sin mencionar la obra de otros artistas coetáneos que han venido para enriquecer 'El siglo de Tegeo', entre ellos sus maestros en la Escuela de Dibujo la Real Sociedad Económica de Murcia, José Baglietto, y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, José Aparicio; artistas nacionales de su tiempo como Antonio María Esquivel, Leonardo Alenza, con su conocida 'Sátira del suicidio romántico'; Vicente López, Antonio Solá, así como de los artistas murcianos activos durante el reinado isabelino, Germán Hernández Amores, Domingo Valdivieso, Juan Martínez Pozo y José Pascual. No podemos obviar el gran interés por la experiencia contextualmente clarificadora que supone toda la documentación expuesta en la antigua sacristía, que nos ayuda a la comprensión política tan convulsa del siglo XIX español y en la que se incluyen los más diversos materiales. Todo este gran rico y complejo discurso narrativo-expositivo, lo debemos a las magníficas labores del comisario Nacho Ruiz, y de coordinación de Carolina Parra.

Tegeo es la personalidad artística murciana más importante del siglo XIX, con el permiso de Germán Hernández Amores

No puedo dejar de destacar la presencia en la exposición, del que probablemente sea, el mejor cuadro de Tegeo, el gran formato 'Ibrahim-el Djerbi, o el Moro Santo cuando en la tienda de la marquesa de Moya se intentó asesinar a los Reyes Católicos (Sitio de Málaga)', que se expone en la antigua cabecera de la iglesia, presidiéndola. Esta magnífica pintura, propiedad del Patrimonio Nacional, es la cuarta vez que se exhibe; la primera fue en París en 1855, en la Exposición Universal. A finales del siglo pasado volvió a ser expuesto en Madrid, y la tercera, nuevamente en Madrid en la exposición del Museo del Romanticismo. Solamente por contemplar esta gran pintura ya merece la pena la visita.

Vicente Vicéns / Agm
Imagen principal - Algunas obras imprescindibles de la exposición 'El siglo de Tegeo'
Imagen secundaria 1 - Algunas obras imprescindibles de la exposición 'El siglo de Tegeo'
Imagen secundaria 2 - Algunas obras imprescindibles de la exposición 'El siglo de Tegeo'

Pero la estela de 'El siglo de Tegeo' no acabará del todo cuando la exposición sea clausurada, sino que dejará un legado perdurable en el tiempo. Y no solamente a nivel intangible, en el mejor conocimiento de los caravaqueños de su paisano, sino a través de, por ejemplo, la restauración de la pintura 'Desembarco de Fernando VII en el Puerto de Santa María', de José Aparicio, cuadro cargado de sentido político, que volverá al Museo del Romanticismo, luciendo todo su esplendor. Obra que parece ser preparatoria para un cuadro de dimensiones colosales que se quemó, y del que sólo sobreviven unos pocos restos fragmentarios. Seña común de las exposiciones comisariadas por Nacho Ruiz (T20 Proyectos), es que siempre se restaura una obra de arte, ese es el singular legado de sus proyectos expositivos.

Esta exposición sólo ha sido posible, tras una ardua y extensa labor de estudio e investigación de la obra y la vida del artista. Un proyecto de esta magnitud conlleva una gran responsabilidad, y fruto de ésta es la publicación del libro-catálogo 'El siglo de Tegeo', que ha cogido el testigo del catálogo dirigido por Carlos G. Navarro, del Museo del Prado, y por Asunción Cardona Suanzes, del Museo del Romanticismo. En realidad, el catálogo caravaqueño, es complementario del madrileño, uno no sustituye al otro, y para comprender la verdadera dimensión, vital y artística, de Tegeo es necesario leer ambos. Estos dos estudios suponen la rehabilitación de la obra artística de Rafael Tegeo, para que sea reconocido y se le libere del estigma de gran cantidad de cuadros cuya autoría le había sido adjudicada, sin ninguna base ni justificación documental, técnica y/o estilística.

Mal conocido

Tegeo, la personalidad artística murciana más importante del siglo XIX, con el permiso de don Germán Hernández Amores, el único que podría disputarle tal honor, no es que fuese un artista desconocido en su región, pero sí desgraciadamente era un artista mal conocido, sobre el que pesaba la losa de una producción pictórica desigual, merced a obras de una calidad mediocre, que habían sido incluidas en su producción, ensombreciendo la excelencia de sus pinceles, sin tener en cuenta el agravio que se realizaba al creador.

El legado visual de la exposición queda recogido en el libro 'El siglo de Tegeo'. Un libro abundantemente ilustrado a todo color, con fotografías de gran calidad. En su interior podemos encontrar cuatro textos. El primero de ellos 'Rafael Tegeo, un pintor entre Murcia y la Corte', escrito por Antonio González Ariza, la biografía puesta al día del artista; el segundo, 'Romanticismo, clasicismo, liberalismo y dandismo. Rafael Tegeo y los tristes destinos', por el comisario Nacho Ruiz, es un acercamiento novedoso y contextualizador del artista dentro de las coordenadas histórico-artístico-estético-políticas de su tiempo. El tercero, 'Pintores y coleccionistas murcianos en tiempos de Rafael Tegeo', de mi autoría, donde realizo una aproximación al coleccionismo de pintura en Murcia, y a los pintores murcianos en general, en el periodo comprendido entre los reinados de Fernando VII e Isabel II, para seguidamente aportar información inédita sobre aspectos de la vida y obra de Rafael Tegeo, y del coleccionismo de su obra, procedente de fuentes hasta ahora no consultadas; y un cuarto, 'Mutaciones de obras de arte e IA generativa', a cargo del artista Daniel García Andújar, en el que aclaran cuestiones sobre este campo tan actual e interesante.

Un trágico accidente

La investigación ha sido un aspecto fundamental en 'El siglo de Tegeo', en realidad en cualquier proyecto expositivo debería serlo. Como se suele decir que para muestra un botón. Rafael Tegeo realizó un retrato de la familia Barrio, del que se conservan dos fragmentos, ambos en el Museo del Prado. Se ha pensado que ambos fragmentos formaban parte de un mismo cuadro y que éste se había expuesto en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1841. Pero hasta el momento era sólo una hipótesis, ya que no se había encontrado testimonio documental alguno. En el catálogo se da a conocer un artículo de ese mismo año que lo confirma, ya que da una descripción detallada del cuadro. Poco después de ser pintado el retrato, según las informaciones del Prado, todos los miembros de la familia a excepción del bebé habían fallecido en un trágico accidente, que conmocionó a la sociedad de su tiempo y que también se trata en el libro. Lo cierto es que el padre no falleció, sólo la mujer y la niña. El Prado titula uno de los fragmentos 'Mariano Facundo Barrio García', y el otro 'Antonia Cabo, con su hermana y su hijo Mariano Barrio'. Pues bien, a raíz de las investigaciones sabemos que la niña no es la hermana de Antonia Cabo, sino su hija, así que El Prado debe cambiar el título del segundo fragmento, para adecuarlo a la identidad de la niña. Este segundo fragmento se halla expuesto en Caravaca conservando el título anterior, esperando a que El Prado cambie su título.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Algunas obras imprescindibles de la exposición 'El siglo de Tegeo'

Algunas obras imprescindibles de la exposición 'El siglo de Tegeo'