Neaoner enseña el arte urbano a escolares: «Su huella es sagrada»

Que los niños especialmente y la ciudadanía en general se familiaricen con el arte urbano y el grafiti como forma de expresión es uno de los objetivos en los que está inmersa la artista y docente Ana Martínez Baillo (Murcia, 1992), que firma sus obras como Neaoner.

Esta profesional del espray ha llevado a cabo diferentes proyectos escolares y sociales en el municipio de Murcia. Uno de los más recientes y llamativos ha sido la dirección del mural de Carlos Alcaraz en el colegio donde el tenista estudió, el CEIP Ciudad de la Paz de El Palmar. Un mural en el que aparece el rostro del deportista de niño y que ha sido pintado por alumnado de diferentes cursos del centro educativo. «A los niños siempre les hace muchísima ilusión. Yo les pido, por ejemplo, por cuestiones de reciclaje, que traigan botellas de plástico cortadas para que sirvan como recipientes para la pintura y una semana antes ya los tienen preparados, esperando con ganas a que llegue su turno», cuenta la artista.

«Cuando trabajamos en colegios, normalmente se les pregunta a los alumnos qué quieren ver pintado en el mural. Quizá dicen un conejo que se come a un dinosaurio... disparates muy curiosos», sonríe. Destaca la importancia de «darles voz a ellos, porque, al fin y al cabo es un espacio que van a habitar ellos. El objetivo no es que venga una extraña y pinte lo que le dé la gana sino que opinen y vean sus ideas y su realidad reflejada en la pared», comenta la creadora, directora de murales que lucen en colegios como el CEIP Sagrado Corazón y el IES La Fuensanta de Murcia, que extiende esa libertad creativa a todas las fases del proceso: «A la hora de empezar, intento concienciar bien a los participantes de lo que vamos a realizar y doy unas pequeñas directrices para que intenten hacerlo lo mejor posible: que hay que tratar de que los colores no se toquen, que las líneas negras no se tapan, les enseño a escurrir el pincel –los pequeños pintan con pincel aunque la maestra siempre elige el espray para sus creaciones–... pero me gusta mucho respetar su huella. No me gusta pintar encima, el mural para mí tiene una estética que es suya y lo que han hecho es sagrado», aclara.

Sobre otras de las iniciativas de carácter público en las que ha participado, recuerda Neaoner que en 2018, «tuve la suerte de empezar un proyecto en las pedanías de la zona Sur de Murcia con acciones colaborativas en Zeneta, Corvera, Lobosillo, Los Martínez del Puerto, Alquerías, Patiño... aunque lamentablemente no todas las acciones se pudieron llevar a cabo pues el proyecto se paralizó a raíz de la pandemia». Neaoner adelanta a LA VERDAD uno de los próximos proyectos que sí se realizarán pronto en esta zona: «El 10 de mayo pintaremos el campo del fútbol de Patiño, una actividad en la que contaremos con institutos y además estará abierta a todo aquel que pase por la calle y quiera participar. ¡Que se quiten el antojo!», pregona la grafitera, que recuerda otras acciones similares con éxito de asistencia: «En el barrio de Los Almendros [La Alberca, Murcia] se juntaron más de 200 personas pintando a la vez. Fue todo muy libre y muy mágico».

Estudió Bellas Artes, se ha formado en fotografía y ha cursado el máster de profesorado: «Lo mío son los grandes formatos y la rapidez y maestría que te exige el espray. Es algo que te demanda practicar mucho y ese empeño y compromiso que tomas contigo mismo me parece un reto digno de acometer». La escritora –«nos llamamos así porque el término grafitero en algunos ámbitos a veces está mal visto» – define como 'wild style' su forma de pintar y destaca que donde más aprende sobre este arte es en la calle, con compañeros, aunque suele practicar en los muros de su casa, en la huerta de Murcia.

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