Los triunfadores de la pandemia

No por tantas veces repetida la cantinela deja de ser menos cierta. El maldito coronavirus ha dejado temblando a la práctica totalidad de los sectores productivos de la sociedad. El cultural desde luego no ha sido una excepción y, dentro de este, el musical, si cabe, ha resultado especialmente dañado: conciertos cancelados, giras suspendidas, festivales aplazados, discos ninguneados por su ausencia de promoción, otros que estaban en la rampa de salida y han quedado a la espera de tiempos más propicios...

Sin embargo, la realidad nos dice que durante estos tiempos de confinamiento las escuchas musicales han subido de manera exponencial. Y no me refiero especialmente, o no solo, a los conciertos caseros en 'streaming' –unos más cuidados que otros– ni a las sesiones desde el balcón de ese DJ Plasta que casi todos hemos tenido de vecino. Para muestra un botón o mejor cinco, todos ellos de la Región de Murcia. Son 'los triunfadores de la pandemia'.

Alberto García es uno de los creadores más peculiares y fascinantes del universo sonoro conocido. Murciano residente en Londres, su talento resulta tan desbordante y heterodoxo que a veces llega a abrumar, sin dejar nunca de sorprender. ¿Drone electrolatino, disco surrealista, glam intergaláctico? Simplemente Alien Tango. En febrero de 2020 abrió un perfil en TikTok y sus canciones provocaron un fenómeno viral, alcanzando la cifra de más de tres millones de visualizaciones y cincuenta mil seguidores en menos de un mes. ¡Este virus sí que mola! «Mi objetivo es conseguir proyección internacional y el salvoconducto para ello es el mercado inglés. Pero todavía siento que mi proyecto está en zapatillas de andar por casa y vivir aquí me está haciendo aprender un huevo», apunta Alberto antes de disparar con ironía sobre su fenómeno en TikTok. «Nació un par de semanas antes de que empezase el confinamiento y sí, fue todo una fríamente calculada estrategia de marketing».

Genio y figura, Alien Tango acaba de lanzar un EP de cuatro canciones, 'Broken', para Ground Control. El prestigioso Joan Vich dice que es el artista más talentoso con el que ha trabajado. «Es todo un halago y la oportunidad de trabajar con él es un placer. Yo no tengo ni papa de lo que hago la mayor parte del tiempo y suele ser la luz que me guía para salir del laberinto». ¿Y después qué? «Es difícil saber cuánto va a durar esto ni cómo va a estar el panorama al salir, pero por ahora pienso seguir haciendo música a tope y quizás una gira mundial de directos de Instagram». Para morderle.

El proyecto personal de Bruno Laencina (ex The Meatpies) ha sido toda una bacanal con sus 'Versiones de cuarentena' a través de Instagram. Cada día un nuevo vídeo rebosante de chispa e imaginación ha ido alegrando a sus centenares de seguidores diarios hasta el punto de ser uno de los momentos esperados del día. «Ha sido un trabajazo pero lo he disfrutado como pocas cosas. Coordinar a tantos músicos/as, intentar ser original en cada vídeo y la libertad de ser un proyecto nuevo ha sido el motor para que pudiese hacer algo así. No siempre tenemos el privilegio de ponernos el despertador con la ilusión de hacer algo que nos encanta».

Ruto Neón, dos singles digitales de pop psicodélico publicados y un EP producido por Brian Hunt listo para su edición, se muestra muy satisfecho con sus 'Versiones de cuarentena' que, curiosamente, finalizaron con el vídeo nº 39. «No hubo un momento en que me planteara hacer un vídeo diario, aunque sí que hubo una idea de continuidad desde el principio. Tengo la suerte de que la fotógrafa Andrea Glez es mi pareja y me ha ayudado a grabar y editar cada uno de los vídeos. Sin ella hubiese sido imposible». La versatilidad ha sido una de sus virtudes más elogiadas, algo que mantendrá en sus próximos lanzamientos. «El primer EP consta de cuatro temas y en cada uno he intentado buscar un estilo diferente, alguno más electrónico, alguno más fuzz. Por eso necesitaba a alguien como Brian que pudiera darle coherencia a toda esa locura. El segundo EP, que ya está grabado, será en castellano».

Es uno de los nombres más reconocidos de la escena nacional del hip hop, sobre todo a partir de 'No encajes' (2016), pero con su flamante nuevo EP de cinco cortes, 'Broken', el MC de Cartagena se ha superado a sí mismo entregando un magnífico disco de rap profundo y emocional que ha sido premiado por el público logrando el 8 de mayo nada menos que 449.000 escuchas en Spotify en solo 24 horas, superando en casi cien mil el anterior mejor registro de un artista de la Región, en poder de Maldita Nerea. Pistas como 'El techo de mi habitación' justifican la hazaña. «Quizá he tenido a mi favor que toda la gente estaba en su casa y pasando por momentos delicados, así que puede que eso haya ayudado a tan buena acogida. Aún me sigue sorprendiendo que cuando hablo de mí mismo y de mis cosas la gente se sienta tan identificada», señala el rapero desde su confinamiento en Granada, donde reside.

Kaze, quien poco antes de la crisis estuvo girando por Argentina y Uruguay, no cree que su rap actual sea más profundo. «Mi evolución como artista ha sido la misma que mi evolución como persona, la diferencia es que ahora sé cómo decir mejor las cosas que siento. Siempre he ido haciendo lo que la situación me pedía y lo que está saliendo ahora tiene un toque más melancólico, pero son etapas, así es la vida», sentencia.

The Sand es el proyecto liderado por Miguel González en clave de rock alternativo con ese sonido un tanto 90s que ahora vuelve a causar furor sobre todo en Estados Unidos. El halo de melancolía inevitable añade valor a su muy lograda propuesta, como prueba el más de millón y medio de visionados en YouTube de su canción 'Believe' y los 380.000 de 'Artificial'. Palabras mayores. «Sabía que había un buen trabajo pero solo con nuestros medios algo así era impensable. Con 'Believe' empecé a recibir cientos de mensajes de España y de fuera, lo que me sorprendió gratamente. Realmente un millón y medio más mil suscriptores es una barbaridad y más para un grupo que aún no ha sacado ni su primer trabajo», apunta Miguel.

Con el disco –grabado por Raúl de Lara y con colaboraciones de Sergio Bernal y Jorge Guirao (Second)– prácticamente listo llegó el parón. Una faena. «Totalmente. Ya tenemos los CD físicos listos y el nuevo videoclip grabado, pero lo hemos tenido que posponer todo hasta septiembre. Aún así en las próximas semanas sacaremos un nuevo adelanto que se llama 'California'». The Sand utiliza el inglés como vehículo expresivo. Ya imagino que le habrán sugerido el cambio al castellano. «Sí, nos lo han propuesto pero no lo vamos a hacer. Los grupos internacionales llenan salas, estadios, festivales... ¿por qué no podemos hacerlo desde aquí?», concluye el excantante de Shame.

En realidad el fenómeno de Arde Bogotá, el grupo de Cartagena formado por Antonio García, J. Mercader, Daniel Sánchez y Pepe Esteban, es ligeramente anterior a la pandemia. De hecho, esta no ha hecho sino aumentar las expectativas del primer lanzamiento –el 12 de junio, vía Son Buenos / Sony Music– de una banda condenada a tener éxito. Bendita condena que comenzó tras su actuación en el BigUp! 2019 y la inmediata avalancha de ofertas posterior. Dan ganas de decir que no son para tanto, ¿verdad? Pues lo cierto es que sí lo son. Su rock melódico se adhiere como una lapa y deja huella. «Participar en el BigUp! supuso un antes y un después, fue una especie de prueba de fuego», señala J, el baterista. «Conocíamos el formato, sabíamos el nivel que hubo en ediciones anteriores y que asistían expertos del sector musical, así que comprendimos que no podíamos dejar pasar una oportunidad así. Nos preparamos concienzudamente».

Fernando Neira, compañero de 'El País', escribió que se los iban a rifar y así fue. Pero es que con una sola canción publicada en digital, ya llenaban pequeñas salas en Madrid. «Si no tuviéramos ambición no estaríamos aquí, pero te prometo que no lo esperábamos, al menos a esos niveles. 'Antiaéreo' fue la canción con la que nos conocimos, el primer single que hicimos como banda y con el que supimos que había conexión. A partir de ahí la gente se empezó a interesar, a venir a los conciertos, a ver que teníamos más repertorio, a aprenderse las canciones... Supongo que no estuvo tan mal hacer un pacto con el diablo» [risas].