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Los años 60, un 'boom' musical en la Región de Murcia
José Antonio Marín Mateos, cronista oficial de Ceutí, traza un recorrido por la oleada de grupos que nacieron durante esa década, así como las numerosas salas con actuaciones en directo
Si ahora mismo nos preguntamos por el mejor grupo de rock de Cartagena, la respuesta no puede ser otra: Arde Bogotá. Seguramente entre los referentes de Antonio García, vocalista de la exitosa banda, no haya demasiados grupos de su tierra pero quizá, si charlase con José Antonio Marín Mateos, cronista de Ceutí y autor del libro 'Orquestas y conjuntos músico-vocales en la Región de Murcia en la década de 1960' (Asociación de Amigos X La Música de Murcia) le hablaría de los cartageneros Los Junior's, «que eran punteros en el naciente rock murciano de la época. Tenían un cantante [Juan] maravilloso».
El autor pone el foco en este libro en la efervescencia musical de la Región en los 60, especialmente en los últimos años de esta década, trazando un recorrido pormenorizado no solo por los cientos de grupos –imposible contar con un número siquiera aproximado de todos ellos aunque el autor menciona a 243 en su texto– de jóvenes que aspiraban, como mínimo, a sacarse un dinerillo gracias a la música y soñaban con lograr el éxito de aquellos grupos tan admirados como bailados: Los Pekenikes, Los Mustang, Los Sirex, Los Brincos o Los Bravos.
Es este título una enumeración de aquellas salas de fiestas, clubes, casinos y hoteles que fueron los escenarios esenciales para dar cabida a esta proliferación de música en directo, con bandas que daban a conocer sus temas propios, así como aquellos grupos que versionaban a artistas internacionales como Elvis Presley, The Beatles, The Rolling Stones y Led Zeppelin. Unos escenarios, eso sí, dominados por los hombres, pues la presencia de mujeres en estas formaciones era prácticamente nula.
«Yo tengo 73 años. Yo viví esa movida musical y resulta que no hay nada o prácticamente nada escrito sobre ello en Murcia», explica Marín sobre la intención de culminar este libro sobre esta explosión sonora. Recuerda espacios como el Club Remo de Murcia, que nació en 1958 a orillas del Segura y se convirtió en un referente de la vida social de la época: «Era para la gente que tenía un poquito de dinero, es decir, para clase media-alta». Otro de los lugares donde los conjuntos empezaron a tocar fue el Nairobi, una sala de fiestas ubicada en el Malecón.
La creación de este libro ha sido una tarea muy laboriosa para su autor, quien ha tenido que bucear en diferentes hemerotecas. El cronista recuerda también la importancia de los festivales y certámenes para potenciar a estos grupos.
Muchos de estos concursos estaban promovidos por la radio, especialmente Radio Juventud de Murcia, y le dedica dos capítulos a 'Los Superpop' de 1969 y 1970, donde participaban también grupos «muy buenos» de Alicante y Almería. «Hay que pensar que, a finales de los 50, la radio era prácticamente la única manera de escuchar música, a no ser que tus padres tuvieran dinero y te compraran un 'picú', es decir, un tocadiscos». No obstante, «a partir de los 60, en España va a haber un cambio muy grande, ya que empieza a llegar el turismo. A eso se suman los inmigrantes que trabajaban en Francia y en Alemania, que van a conocer otra música. Es, además, la década de las series de televisión y de los festivales de San Remo, Benidorm y Eurovisión y la época de los cantantes italianos, franceses y los anglosajones», resume Marín.
La juventud absorbe estos cambios y «poco a poco adopta estas costumbres de dejarse el pelo largo, las camisas de flores, los pantalones acampanados y la minifalda en las chicas», asegura.
Una oleada de grupos irrumpió en escena, aunque no habilidosos por igual: «No todo el mundo sabía tocar la guitarra, otros sí sabían música y muchos de ellos provenían del conservatorio o de tocar en peñas huertanas». Desde luego, «tocaban por placer». Pues, salvo excepciones, cobraban entre 3.000 y 5.000 pesetas por bolo, según indica Marín: «Si tienes que pagar los instrumentos, que valían un pastón, los desplazamientos y repartir la cantidad que quedara entre cuatro, cinco o seis componentes... imagínate».
Grandes voces
Entre las formaciones destacadas de la época, Los Ases, ganadores del concurso 'Los Superpops' en 1969, que participaron en el Festival de la Canción de Benidorm. También Los Sixfer's, de Ceutí, que quedaron segundos en ese certamen, y que cantaron, durante estos años «en casi todos los pueblos de Murcia», como cuenta Marín. En el citado concurso también participaron Los Grillos, de la pedanía murciana La Raya, que interpretaban canciones vitalistas de grupos como Los Ángeles, Fórmula V y Ohio Express.
«Los Roller era para mí uno de los mejores grupos que ha habido en la Región de Murcia», destaca el cronista sobre una jovencísima formación que comenzó cuando la edad media de sus miembros todavía no llegaba a la mayoría de edad. También hijos de 'Los Superpops', grabaron un EP. Los mencionados Junior's «que actuaban sobre todo en Islas Menores», también destacaron. Ganadores de 'Los Superpops' en 1970, «grabaron un disco y tuvieron que cambiarse el nombre por Parábola y, a partir de ahí, se frenó su trayectoria».
«Principalmente por la voz de su cantante, Enrique [Tébar]» destaca el cronista al grupo Siglo XX. Además de contar «con una gran cantidad de éxitos», participaron en el Festival de Benidorm con una canción escrita por el compositor, Tony Capel. Y así podría continuar horas este cronista repasando aquellas formaciones que hicieron más divertidas las fiestas de la Región. Incluso, Marín admite que, tras publicar este libro, le han hablado de otros grupos que bien merecerían una ampliación de esta completa guía.
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