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Rincones mágicos. Vista de la fachada de la catedral de Murcia. Flor de azahar en los huertos de la torre del Fraile, en la pedanía El Puntal, en Murcia. La plaza de la Cruz, vista desde la torre de la Catedral. A su lado, viandantes sobre el puente de los Peligros, en Murcia. MARÍA JOSÉ VILLARROYA

Un aquí y ahora en tres versos

La Fea Burguesía publica 'Murcia a vista de haiku', una compilación de más de seiscientos pequeños poemas inspirados en diecisiete lugares de la capital murciana

Lunes, 14 de junio 2021, 03:05

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Son efímeros, tan breves que apenas cuesta retenerlos. Son prosa lírica, y una forma fugaz de detenerse ante la vida. «Flor delicada, / nace del limonero / aroma dulce», escribe Teresa Vicente del azahar en primavera; «se alza el gigante / ante este callejero / de cicatrices», plasma Juan de Dios García de la sombra veraniega; «la gente charla, / indiferente al paso / de la crecida», recoge Conchita García de las Bayonas tras unos días de otoño y lluvias.

Son haikus, todos ellos extraídos del libro colectivo que, coordinado por Aurora Gil Bohórquez y María José Villarroya, acaba de publicar la editorial murciana La Fea Burguesía bajo el rótulo 'Murcia a vista de haiku'. Se trata de una compilación de casi seiscientos pequeños poemas escritos por más de cuarenta autores noveles y consagrados, aficionados y expertos de las letras, que retratan el paisaje urbano de Murcia y la cotidianeidad de sus habitantes a través de diecisiete fotografías de la ciudad que acompañan e inspiran sus versos. Tomadas por María José Villarroya, las imágenes ilustran, entre otros rincones, la catedral, la estatua del cardenal Belluga, la fachada del Teatro Romea, el puente de los Peligros, el paseo de la mota del río o la antigua estación de tren de Zaraiche; y hacen referencia al azahar, a la sombra, a la lluvia, a la pascua, a la suerte, al agua o a la música.

«Escribir un haiku está al alcance de cualquiera que observe con atención lo que le rodea», afirma Aurora Gil Bohórquez

Se dividen, a su vez, en cuatro bloques que se corresponden con las estaciones del año: primavera, verano, otoño e invierno. «Murcia –describe Gil Bohórquez– queda retratada con variedad. Las imágenes reflejan un aquí y ahora que cada persona aborda de una forma distinta según su experiencia o los sentimientos que uno tiene con la ciudad». Para la coordinadora, profesora jubilada de Lengua castellana y Literatura, este es «un libro poliédrico».

41 poetas y escritores noveles firman los cerca de seiscientos haikus sobre la ciudad de Murcia incluidos en la reciente publicación de La Fea Burguesía

El proyecto surgió a partir de un taller de haikus impartido por el poeta, ya fallecido, Manuel Lara Cantizani en la Fundación Trinitario Casanova en 2019. Cantizani propuso a los asistentes escribir sus propios versos sobre diecisiete fotografías de Nueva York realizadas por el poeta manchego Hilario Barrero con el fin de recopilarlos en una publicación. El proyecto no llegó a materializarse debido a la muerte de Cantizani, pero la idea quedó pendiente. La recogieron Gil Bohórquez y Villarroya, quienes cambiaron el paisaje neoyorquino por las calles de la capital murciana.

Aurora Gil Bohórquez, coordinadora del libro, en la presentación en el Cuartel de Artillería. NACHO GARCÍA / AGM

En 'Murcia a vista de haiku' participan alumnos del taller desarrollado por la Fundación Trinitario Casanova, y otros poetas y amigos que, explica Gil Bohórquez, promovieron en redes sociales la escritura de estos pequeños poemas de origen japonés con una métrica muy concreta: tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente.

«Fuimos muy rigurosos con la disciplina silábica, intentando que el libro tuviera una unidad digna», afirma Gil Bohórquez de un trabajo, el de coordinación y corrección del material poético, «muy largo» pero, a la vez, satisfactorio.

Los versos que incluye la publicación murciana encierran «la esencia de lo que se está viviendo» en un ejercicio para el que, aconseja, «hay que mirar con los ojos de un niño». Ella lleva años componiendo haikus: «Atrapa», dice. Para confeccionarlos «no hay que ser poeta, sino querer hacerlos, porque el haiku es un poema sencillo, no tiene artificios ni figuras retóricas. Es casi un movimiento filosófico. En Japón, los niños aprenden a hacerlos desde pequeños», apunta la coordinadora, complacida por que el libro haya sido el resultado de «una redacción desarrollada por gente muy diversa que habitualmente no escribe poesía», y que logró «saltar a las redes»: «En Twitter, a veces la gente es muy malhablada y cruel, y esto da una visión diferente de esa herramienta», afirma Gil Bohórquez, quien recuerda que «en la pandemia nos unieron los ordenadores».

Un momento de la presentación del libro 'Murcia a vista de haiku', en Murcia. NACHO GARCÍA / AGM

Huerta y Mar Menor

Dice Gil Bohórquez que después de 'Murcia a vista de haiku' le gustaría dar forma, como proyecto futuro, a otra publicación similar en torno a la huerta murciana, y más adelante, también sobre el Mar Menor. Escribir haikus, defiende, «relaja, divierte, entretiene, e incluso puede ser 'terapéutico'». En el libro firma varios, como: «Lluvias de otoño / crece deprisa el río: / miedo en la huerta», acompañando una imagen del puente de los Peligros. También escriben Javier Bernal: «Banda sonora / un regalo impagable / ¡muy bienvenido!», al paso de un músico callejero; o Ángeles Carnacea: «Mujer sin rostro. / Algo se ha vuelto humo / mientras esperas.», con la mirada fija en la escultura 'La niña de las flores', de José Fuentes, en la plaza de las Flores.

Presentación al aire libre del último libro de La Fea Burguesía en Murcia. NACHO GARCÍA / AGM

«Escribir un haiku está al alcance de cualquiera que observe con atención lo que le rodea; o al revés, está al alcance de cualquiera al que le sorprenda una nube, un reflejo en el agua, una sombra, el vuelo de un pájaro, la soledad de una plaza. Lo que sucede ante nosotros», recoge en el prólogo del libro Gil Bohórquez, para quien este título es, también, un pequeño homenaje a Manuel Lara Cantizani: él «fue plantando las semillitas de este breve poema a lo largo y ancho de la geografía española».

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