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Retrato de la escritora y poeta cartagenera depositado en el Patronato Carmen Conde-Antonio Oliver. GREGORIO PRIETO

Cartas a las poetas amigas

La editorial Torremozas prepara la publicación de cerca de media docena de volúmenes sobre la escritora cartagenera, entre los que figuran varios epistolarios que verán la luz coincidiendo con el 25 aniversario de su muerte

Domingo, 7 de febrero 2021, 07:48

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Ellas no formaron una «generación propia» pero tejieron una red de gran valor y alcance que las mantuvo en contacto. A través de ese canal compartieron inquietudes, opiniones y textos; desarrollaron una actividad literaria que enriqueció sus obras y forjaron una amistad que fue más allá del diálogo intelectual. Y en el centro de esa red, defiende el doctor en Estudios Hispánicos por la Universidad de Valencia e investigador Fran Garcerá, estuvo Carmen Conde (Cartagena, 1907-Madrid, 1996).

Garcerá es el responsable junto a Cari Fernández, técnico del Patronato Carmen Conde-Antonio Oliver, encargado de custodiar el legado de la escritora, del primer volumen de la llamada trilogía documental 'Poemas a Amanda' que, sobre Carmen Conde y Amanda Junquera (1898-1987), acaba de publicar la editorial Torremozas.

La obra, en las librerías junto a una antología de la académica cartagenera editada por Renacimiento y bajo la coordinación también de Garcerá ('En pie la llama'), es uno de los títulos que, coincidiendo con el 25 aniversario de la muerte de Conde, verán la luz –este ya lo ha hecho– a lo largo del presente y próximo año.

Tal previsión responde a un ambicioso proyecto editorial impulsado por Fernández y Garcerá que cuenta con el respaldo de Torremozas y que, además de cerrar la trilogía documental con los dos volúmenes que restan, dará cuenta de al menos tres epistolarios más, ejemplo de esa red que Conde entabló con otras escritoras.

El primero en aparecer –lo hará previsiblemente en marzo– será el referente a las cartas –casi cuatrocientas– que durante años se intercambiaron Conde y Junquera. Comprenderá el segundo volumen de la trilogía y reproducirá tanto las misivas dirigidas a la cartagenera, depositadas en el archivo que de su legado custodia el Patronato, como aquellas que escribió Conde a Junquera, recuperadas por Garcerá y Fernández; aunque, reconoce esta última, no estarán todas, ya que «hay cartas que no se han conservado» y otras «que no se han podido recuperar».

Aparecerán misivas de Amanda Junquera, Pino Ojeda, Lydia Cabrera y Clemencia Miró

Pese a ello, el del Conde y Junquera es uno de los epistolarios que aglutina mayor interés. Da cuenta, apunta Fernández, de «cómo la figura de Amanda fue determinante en la vida de Carmen», así como «en su producción literaria», algo que ya se aprecia, dice la experta, en el libro 'Poemas a Amanda', que recoge las versiones manuscritas de los versos que Conde dedicó a la escritora, y «en estas cartas».

El epistolario dará paso, ya más adelante, al tercer volumen de la trilogía, que reproducirá «dos obras de teatro que ambas escribieron cuando vivían en Valencia», señala la responsable del archivo.

Correspondencia

No serán las cartas entre Conde y Junquera las únicas que verán la luz este año. La previsión que manejan Fernández y Garcerá es que en los meses venideros puedan salir de imprenta al menos tres epistolarios más con las voces escritas de otras autoras, como las de la escritora y pintora canaria Pino Ojeda, la narradora cubana Lydia Cabrera y la poeta Clemencia Miró, hija de Gabriel Miró, con las que Conde se carteó.

La edición estará a cargo de los investigadores Fran Garcerá y Cari Fernández, responsables del primer título de una trilogía documental sobre la poeta

«Llevamos mucho tiempo trabajando en la catalogación de las cartas, en su digitalización, en la transcripción, y en la redacción de notas y aclaraciones», apunta Fernández en relación a un proyecto de ardua labor documental que les ha empujado a realizar, igualmente, una compleja tarea de investigación para localizar las misivas que Conde envió y de las que, «en muy pocas ocasiones» guardó copia. También para lograr los permisos de publicación por parte de sus herederos: «Aunque tengamos la propiedad física de esas cartas, los derechos de autor pertenecen a quienes las escribieron y a sus descendientes», explican a LA VERDAD.

En el archivo personal de Carmen Conde figuran en torno a 36.000 cartas, 34.000 de ellas ya catalogadas. La publicación de estos epistolarios –una pequeña parte de todo su legado documental– da a conocer con mayor profundidad la figura de una mujer «con una personalidad muy complicada» y a la vez «muy fuerte», describe Garcerá, para quien esta fortaleza fue, precisamente, la que le permitió «sobrepasar todos los muros que tradicionalmente se les imponía a las mujeres y con los que se encontró ella misma al quedarse en España durante la posguerra y vivir un exilio interior».

Carmen Conde, recuerda Garcerá, «se sobrepuso al franquismo y logró ser la primera mujer en ingresar en la Real Academia Española de la Lengua (RAE) –lo hizo en 1978, ocupando el sillón K–. En las cartas se muestra su entrega y su total apoyo al resto de escritoras; cómo les anima a que escriban y les pide que le envíen sus textos, y cómo ella hace lo mismo».

Entre los títulos publicados por Carmen Conde a lo largo de su trayectoria literaria –recibió los Premios Nacionales de Poesía y Literatura Infantil y Juvenil en 1967 y 1987, respectivamente– destacan Fernández y Garcerá la antología 'Poesía femenina española viviente', editado en 1954. «Siempre –apuntan– intentó ayudar a otras autoras dándolas a conocer y visibilizando sus obras». En esa tarea fue clave la correspondencia.

El primer epistolario sobre Carmen Conde se publicó, señala Fernández, en 2007. Editado por Castalia y bajo la coordinación de Rosa Fernández Urtasun, recogía las cartas que entre 1927 y 1995 se remitieron Ernestina de Champourcín y la escritora cartagenera. Hace poco más de dos años salía a luz otro catálogo de misivas, este último entre Conde y la poeta unionense María Cegarra, con edición de Garcerá y el sello de Torremozas: «A la hora de abordar nuevos epistolarios hemos seguido un orden más o menos lógico. Carmen sentía la necesidad de encontrar a esa interlocutora perfecta que estuviese a la altura de sus ideales intelectuales y literarios. Y es cuando decae la correspondencia con Ernestina, cuando incrementa el número de cartas que intercambia con María Cegarra. Después, en los años 30 conoce a Amanda y encuentra a su gran interlocutora, que será también su compañera de vida», subraya el investigador, interesado en Conde tras la realización de su tesis doctoral sobre las poetas españolas de 'La edad de plata' (1901-1936).

Las cartas

  • Murcia, 7/6/1936: Fragmento de una carta de Amanda Junquera a Carmen Conde, en la que le agradece un artículo inspirado en un retrato suyo. «Lo he leído, releído, ¿se tratará de mí? Tu gran espíritu lo pone todo... Gracias otra vez, y a Murcia, pródiga esta temporada conmigo; sus espíritus más escogidos me han dado plenas vibraciones para siempre. Y gratos sabores sus frutos, los mejores del mundo. Esas naranjas jugosas encerradas en su piel, que hay que deshacer para encontrar y saborear. El azahar, perfume, es promesa de fruto, y este espléndido de color, no es más que forma prometedora de lo mejor, sabor. ¿Qué importa la forma, o la molestia? ¿Existe? Lo bueno del fruto es lo que encierra jugo, y ninguno como el de la naranja de la que Murcia se siente pródiga. ¿Angustia de fruto? Nunca.»

  • Lo Pagán, 5/9/1959: Fragmento de una carta de Carmen Conde a Amanda Junquera, en la que describe un Mar Menor «incomparable». «Hay tiendas magníficas, carnicerías, panaderías limpísimas todas. El pueblo crece y crece con ritmo limpio; alguna vez sobrepasará a muchos de la Costa Brava ya supercivilizados. Este Mar Menor es incomparable. Lujoso mar de caricia densa y de paz no exenta de peligros, pero duradera.»

La correspondencia con Pino Ojeda vendrá después de la guerra del 36. Los textos con Lydia Cabrera, sin embargo, llegarán más tarde, en la década de los 60-70, y finalizarían en los 80. Su importancia radica en que son ejemplo de un vínculo que traspasó fronteras; y en este sentido alude Garcerá a «la temprana internacionalización de Carmen Conde de la que ya habló Francisco Javier Díez de Revenga», catedrático de Literatura Española de la Universidad de Murcia y autor de 'Carmen Conde desde su Edén', título recientemente publicado por la Real Academia Alfonso X El Sabio de Murcia, en el que aporta textos inéditos y poco conocidos de la autora cartagenera.

A las de Cabrera seguirán las cartas con Clemencia Miró, llenas de «referencias literarias y de arte», y tras ellas llegarán «más», porque este es un proyecto que tiene «continuidad». Pura Vázquez y Dulce María Loynaz, Premio Cervantes en 1992, son los nombres de otras autoras vinculadas a Conde en cuya correspondencia trabajan actualmente Fernández y Garcerá con el fin de «llenar huecos de nuestra historia literaria» y mostrar esas «redes de amistad y colaboración que formaron estas autoras para salir del espacio privado del hogar donde se quería que estuviera la mujer»; «esto de la sororidad que ahora se dice tanto es algo que ya Carmen había inventado con esa red que estableció con autoras de todas las edades», dice Fernández.

Conmemoración

La publicación de todos estos volúmenes coincide con el 25 aniversario del fallecimiento de la autora cartagenera, que inevitablemente estará condicionado por la situación sanitaria. Por lo pronto, Garcerá trabaja en la organización de un congreso 'online' sobre la figura de la escritora que prevé contar con la participación de diversos expertos, pero todavía no existe un programa concreto de actividades conmemorativas. De hecho, el Patronato está a la espera de cubrir su plaza de director tras la jubilación de su anterior responsable.

Lo que sí está proyectado es un programa de visitas guiadas organizado por la Universidad Popular de Cartagena al museo de Carmen Conde, ubicado en el Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy de Cartagena. La actividad se desarrollará coincidiendo, también, con el 40 aniversario de la refundación de esta institución, puesta en marcha en 1931 por Carmen Conde y el poeta cartagenero Antonio Oliver, quienes ese mismo año contrajeron matrimonio.

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