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'Rebelión en la granja' vuelve a sacudir conciencias en Murcia
Una treintena de artistas de varios países reflexionan en la galería murciana Two Art Gallery sobre la voluble condición humana en un homenaje coral a la inspiradora historia de George Orwell de 1945
«La granja del señor Jones está revolucionada, dicen que el cerdo Viejo Mayor tiene algo que contar a todos los animales, ha tenido un ... sueño que quiere compartir con el resto... 'Veamos camaradas: ¿Cuál es la realidad de esta vida nuestra? No hay animal libre en Inglaterra. La vida de un animal es la miseria y la esclavitud; esa es la pura verdad. El Hombre es el único enemigo real que tenemos. Quitad al Hombre de la escena y el motivo originario de nuestro hambre y exceso de trabajo será abolido para siempre». Este es el párrafo de 'Rebelión en la granja' (1945), originalmente titulada en inglés 'Animal farm', la novela de George Orwell, que durante mucho tiempo resonó, una y otra vez, en la cabeza de Eva Hernández, directora de Two Art Gallery, la galería de la calle Acisclo Díaz de Murcia, que hasta el 4 de diciembre ofrece una originalísima exposición en torno a este libro, uno de los más celebres de la narrativa del siglo XX.
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«Y recordad también que en la lucha contra el Hombre», escribió Orwell, «no debemos llegar a parecernos a él. Aun cuando lo hayáis vencido, no adoptéis sus vicios. Ningún animal debe vivir en una casa, dormir en una cama, vestir ropas, beber alcohol, fumar tabaco, recibir dinero ni ocuparse del comercio. Todas las costumbres del Hombre son malas».
Cuenta Eva Hernández que esta novela aparece publicada justo en el año en que acaba la Segunda Guerra Mundial y la trama tiene muchas lecturas. «Para mí la crítica fundamental está dirigida a la Revolución Rusa, y en la base de todas las interpretaciones está lo voluble de la condición humana, especialmente cuando entra en contacto con el poder», afirma la galerista, que guía a LA VERDAD por esta muestra, en la que podemos ver más de 40 obras de artistas internacionales.
«La historia y el libro de Orwell en sí nos pedían hacer algo brutal», admite la historiadora del arte, que ha dedicado un año y medio a hacer realidad este proyecto expositivo. «Siempre tenemos que planificar con mucho tiempo porque contamos con artistas de fuera de España y todo tiene que estar coordinado. No es fácil improvisar más de 40 obras de la noche a la mañana», confirma Hernández, muy satisfecha con el resultado.
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«La historia y el libro de Orwell en sí nos pedían hacer algo brutal», admite la historiadora del arte Eva Hernández, que ha dedicado año y medio a hacer realidad este proyecto expositivo
El detonante de la muestra no fue una sola pieza, «sino más bien el libro de Orwell en sí, que está siempre de actualidad, no pasa de moda. La idea estaba ahí, pero necesitábamos ese tiempo para organizarla, y eso fue lo que hicimos durante la pandemia». En 'Animal farm' encontramos artistas de Turquía, Nueva Zelanda, Escocia, Irlanda, Estados Unidos, Canadá... y, por supuesto, de España. «Para esta exposición queríamos contar con pintores y escultores que se dedicaran al género animalista, especializados en hacer animales. Todos han tenido absoluta libertad, y, o bien hacen alusión a fragmentos del libro, o a sus historias, o a algún personaje. La mayoría han escogido a los cerdos, que son los protagonistas principales». 'Rebelión en la granja', de Orwell, sirve de excusa para arremeter contra el poder, porque, incide Hernández, «el poder o ciertas situaciones son capaces de transformar la voluntad del hombre».
En el libro, Mayor pide silencio y toma la palabra para decir: «Camaradas, ¿los animales salvajes como los ratones y los conejos son nuestros amigos o nuestros enemigos? Pongámoslo a votación. Finalmente resolvieron que todo lo que camine sobre dos pies es un enemigo y a cuatro patas amigo». Unas noches después, el Viejo Mayor muere (ya tenía doce años), «pero sus últimas palabras animando a la rebelión», escribe Orwell, «quedaron en la memoria de los habitantes de la granja, sobre todo de los cerdos: 'Ningún animal debe matar a otro animal. Todos los animales son iguales'».
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«Muy divertida»
En la exposición hay, como en la misma naturaleza, una diversidad de lenguajes: hay pintura realista, expresionista, arte pop, surrealismo... «Eso es lo bueno de las exposiciones colectivas», celebra Hernández. Una especie de Arca de Noé en la calle Acisclo Díaz de Murcia que resulta «muy divertida» a ojos de la galerista, pero también de los lectores de Orwell y, por supuesto, de los aficionados al arte. «La puede disfrutar tanto la persona que ha leído el libro, como quien disfruta del arte y de su diversidad de lenguajes. Tenemos también mucho interés por parte de los amantes de los animales». Es un buen momento para recorrer la muestra con cualquier versión del libro, y, de hecho, el catálogo editado con los artistas y las obras reúne fragmentos del inmortal texto de Orwell.
Cuando Viejo Mayor muere (ya tenía doce años), «sus últimas palabras animando a la rebelión», escribe Orwell, «quedaron en la memoria de los habitantes de la granja, sobre todo de los cerdos: 'Ningún animal debe matar a otro animal. Todos los animales son iguales'»
En esta propuesta encontramos obras de Paco Ñíguez, Gerald Van Scyoc, Kevin Horan, Patricia Mateo, Joanna Braithwaite, Jon Landa, Teresa Guerrero, Joan Priego, Giuseppe Rumerio, Lesley D Mackenzie, Felipe Alonso, Juan Piza, Miguel Piñeiro, Guillermo Masedo, Ángel Luis Iglesias, Iván Prieto, Conor Walton, Alberto Fernández Hurtado, José Luis Ceña, Carlos Fernández, Jaime Sancorlo, Leo Ferdinando Demetz, Mark Gleason, Martín Mugnolo, Jorge Pérez Parada, Peter Zelet, Juan Chica, Sami Gedik, Víktor Safonkin, González de la Calle y Diego Aznar.
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Paco Ñíguez (Cartagena, 1959), entre lo surrealista y fantástico, abre la exposición y el catálogo con la pieza 'El espíritu de la granja' (2021), «una obra en la que por primera vez incorpora animales, y aquí nos da una visión general de la granja del libro, con la casa del granjero y una escopeta que nos anticipa lo que pasará después». Eva Hernández fue una de aquellas estudiantes que en el instituto tenían 'Rebelión en la granja' como lectura obligatoria. Muchos años después se hizo animalista. De hecho, la galería tiene en su imagen gráfica dos gatos, y en el local hay una hucha en la que el visitante puede hacer aportaciones para protectoras de animales.
«Uno de los cuadros que más impresiona», descubre, «es de un artista norteamericano, Gerald Van Scyoc. Es la obra 'Christmas ham', que a muchos horroriza [es la escena del sacrificio de un cerdo por una niña durante una boda], incluso más que el recuerdo de haber asistido físicamente a nuestras matanzas tradicionales en la huerta».
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Los retratos de cerdos (Hamilton, Alice, Lucy...) de Kevin Horan (1953), reconocido fotoperiodista norteamericano, dejan estupefacto porque esos animales, recuerda Hernández, parece que están queriéndonos decir, con la verdad en los ojos, que ellos son tan dignos como los humanos.
Peter Zelei (1970, Hungría), otro de los artistas elegidos, estudió Farmacia y estuvo haciendo prácticas en una morgue. «Él no quería estudiar Farmacia, pero toda esa experiencia tétrica, esa parte oscura y misteriosa, está en su obra, utiliza la máscara como objeto para hacer una crítica social y camuflar la verdadera esencia de sus portadores».
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Juan Chica, valenciano, que trabaja en exclusiva para Two Art Gallery, «hace pintura digital, él dibuja digitalmente cada escena y luego se imprime en aluminio, tiene ese ambiente de Miércoles Addams, no deja de ser algo mágico que te engancha».
Esta exposición es, confirma Hernández, una evolución de la propia galería, siempre dentro de la figuración, pero «ahora me apetece más color, más impacto, más simbolismo, más realismo. No vamos a abandonar el hiperrealismo, pero es que hay mucha gente haciendo cosas muy buenas, y queremos que la galería sea el reflejo de esa evolución».
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«No vamos a abandonar el hiperrealismo, pero es que hay mucha gente haciendo cosas muy buenas, y queremos que la galería sea el reflejo de esa evolución»
Eva Hernández / Two Art Gallery
El ruso Victor Safonkin (Saransk, 1967) expone por primera vez en una galería de arte española, y lo hace en Murcia. «Hace un mes estuvo en el Museo Ruso de Málaga, y quizás estas obras que trae a Murcia son de las menos surrealistas, pero es increíble. Una de las obras hace alusión al momento más dramático del libro, cuando se llevan al caballo, a Boxer, que es fiel trabajador, que siempre está ahí, que apoya a los líderes y cree en todo lo que le dicen, pero Boxer enferma, y los líderes, los cerdos, dicen que le van a llevar a un hospital veterinario, y lo encierran en un camión y cuando se va, uno de los animales que sabe leer, distingue con horror el cartel escrito en un lado del vehículo: 'Alfredo Simmonds, matarife de caballos y fabricante de cola'».
Los cerdos acaban caminando a dos patas, como los humanos, erguidos, arrogantes... «Desde ese momento», escribe Orwell, «a nadie extrañó que todos los cerdos llevaran látigo. No les pareció raro enterarse que se habían comprado una radio, instalado un teléfono y hasta suscrito al periódico 'Daily Mirror'. Napoleón fumaba en pipa e iba vestido con la chaqueta negra del señor Jones, pantalones y polainas de cuero, mientras que su cerda favorita lucía el vestido de seda que la señora Jones solía llevar los domingos». ¿Todos seremos iguales? Sin duda, una exposición que hace reflexionar. En 'Rebelión en la granja' están todas las claves.
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