Una historia entre balcones

En medio de las calles desiertas, él y su cámara eran una excepción, como la de sanitarios, repartidores y empleados de supermercado, entre otros muchos empleados esenciales que cada día cubrían ruta desde casa hasta su centro de trabajo. Durante los meses de confinamiento, pisar la acera se convirtió en un privilegio. El bullicio de las plazas había enmudecido de golpe, y la vida, sin apenas aviso, se recluyó en los hogares.

De aquel escenario fue testigo el fotógrafo de LA VERDAD Pablo Sánchez del Valle, quien durante mes y medio aprovechó las tareas profesionales que a diario le empujaban a la calle para visitar, desde la misma carretera, vacía entonces de automóviles, a amigos y familiares. Ellos le saludaban desde sus balcones y ventanas; le abrían sus casas desde la distancia, y conversaban. A aquellas charlas asistía siempre con su cámara, y, sin pretenderlo, cada encuentro finalizaba con una instantánea.

Cuando el bullicio, primero tímido y después despreocupado, volvió a las calles, en su archivo fotográfico figuraban, en total, 145 imágenes. En ellas aparecían amigos y familiares apoyados en las barandillas de sus pequeñas terrazas, en el quicio de una ventana, sentados sobre las escaleras del portal de casa o tras la verja del jardín. Todos ellos forman parte ahora de la exposición 'Sonrisas confinadas' que el fotógrafo cartagenero inauguró ayer en el Auditorio El Batel de Cartagena, acompañado por el concejal del Área de Cultura del Ayuntamiento, David Noguera; la presidenta de la Autoridad Portuaria, Yolanda Muñoz; y el presidente del Banco de Alimentos de Cartagena, Juan Gómez Ayala.

Concebida como un proyecto solidario, la muestra se complementa con un catálogo fotográfico en el que se recogen todas las imágenes que componen la exposición y cuyos beneficios están destinados a apoyar la labor del Banco de Alimentos de Cartagena, afirma Sánchez. Para él, es esta finalidad solidaria la que le ha impulsado a realizar la muestra; «de otro modo, quizá no la hubiera hecho», responde.

Parte de las imágenes, que en El Batel se disponen a modo de 'collage' en siete grandes lonas, fueron protagonistas –en mayo– de las páginas de este periódico. Arropadas por un pequeño texto escrito por el propio Sánchez y bajo el rótulo 'La sonrisa confinada de mis amigos', daban cuenta de cómo la vida, a pesar del encierro, se abría paso entre persianas y barrotes. Y siempre, recuerda el fotógrafo cartagenero, con una mueca de optimismo.

«De repente –recordaba–, todos se alegran al verte, sonríen, te mandan besos, charlan alegremente. Hay conversaciones que se alargan, con amigos de toda la vida pero a los que hacía años que no veías. Y se llega a detener el tiempo [...]. Una visita en estos tiempos es el mejor tesoro que se van a llevar, me dicen».

'Sonrisas confinadas' es un «homenaje sincero y cercano» a sus amigos, a sus familiares. En cada una de las fotografías, cuenta, «veo el cariño que me ha dado la gente», personas que, añade, «quizá hacía dos o tres años que no veía y que decidí ir a visitar para saber cómo estaban». «Para mí –confiesa– ha sido una experiencia vital, y me permitió llevar mejor el confinamiento»; «hay quienes me decían: 'Eres la primera persona que vemos en semanas», rememora.

La exposición de Pablo Sánchez, abierta al público hasta el próximo 31 de enero, es, además de un homenaje personal y fotográfico a sus seres queridos, una mano tendida al arte. Junto a sus instantáneas, la iniciativa recoge las intervenciones artísticas de 18 creadores, quienes han interpretado y dado color a tres grandes ventanales instalados en El Batel. Estos son, reconoce Sánchez, «el hilo conductor de la exposición» y reflejan un camino que parte de la «tristeza» y poco a poco se va llenando de luz, de «ilusión por el futuro».

La lista de artistas que han participado en esta acción la conforman creadores como Kraser, Poli124, Ángel García Maciá, Salvador Torres, Virginia Bernal, Puebla, PSVFoto, Belén Orta, Soze y Pablo Cros, además de Fernando Sáenz de Elorrieta, Ana Gallardo, Leo Bódalo, Cristóbal Hernández, Flori, Iván Urquizar, Calima y Karim Geo. Gloria Nicolás firma la foto de portada del catálogo. «Ellos, durante el confinamiento, también han seguido trabajando en sus casas pero no han podido mostrar sus obras. Estas ventanas son una forma de darles visibilidad y también de homenajearles», asegura el artista.

Para adquirir el catálogo de la exposición, visitable de lunes a sábado, es necesario enviar una solicitud al correo electrónico psvfoto@gmail.com. Para el ingreso de los 15 euros de coste que tiene la publicación, el Banco de Alimentos de Cartagena ha habilitado la cuenta ES6521001546200200216524. «Me gustaría que el catálogo se vendiera rápido, porque es necesario», señala Pablo Sánchez.