¿Qué ven los enfermos de alzhéimer?
El pintor Antonio Tapia muestra por vez primera en la galería ACAS de Elche el resultado de su investigación de varios años sobre paisajes neuronales
El pintor murciano Antonio Tapia ha tardado tres años en volver a exponer. Y lo ha hecho en la galería ACAS de Elche (Alicante), donde exhibe 'Paisajes neuronales: luz en las tinieblas', que no tiene que ver con el realismo que hace habitualmente. Treinta y cinco obras, donde predominan el negro, el azul y el ocre, que son «una evolución» de 'Emociones cautivas' (2019). Fue su exposición anterior, en el Museo Regional de Arte Moderno de Cartagena, dedicada a su madre, Carmen Tapia, ya fallecida; y con la colaboración de Juan García Sandoval, director del Mubam, y Carmen Antúnez, especialista en Neurología y directora de la Unidad de Demencias del Hospital Virgen de la Arrixaca. En esta ocasión se pregunta si es posible interpretar artísticamente los procesos de degeneración cerebral: «Quería plasmar metafóricamente ese deterioro en una serie de paisajes abstractos que, en cierto modo, podrían representar esa demencia senil progresiva y crónica que es el azlhéimer o cualquier otra enfermedad neurodegenerativa».
Emociones amables
En estos pacientes, cuenta el artista, el propio cerebro para protegerse genera un mundo virtual placentero que evita el sufrimiento: «Cuando observas un rato las manchas acabas viendo paisajes porque la parte más emocional entra en funcionamiento y empieza a interpretar esas manchas y a darles un sentido. De la degradación surge un estado amable, que representa el estado interior del enfermo a lo largo de su enfermedad. Porque está estudiado que las emociones que cobran más fuerza son las que producen sensaciones agradables, como la alegría o una simple sonrisa. El miedo o la ira se atenúan y estos enfermos conectan mejor con las emociones amables».
Espera poder traer a Murcia pronto estos 'Paisajes neuronales', pero ha sido Ángel Castaño, farmacéutico y doctor en Bellas Artes, quien primero ha querido exhibir este trabajo en su espacio, la galería ACAS de Elche. Ya en una exposición previa, 'El viaje de Deméter', que pudo verse en las Casas Consistoriales de Mazarrón, el artista murciano abordaba la figura de la mujer como guardiana del inconsciente colectivo. «En el caso de mi madre», cuenta Tapia, con estudio en Algezares (Murcia), «se me quedaron mil cosas por las que preguntar, y pensé en hacer una investigación indirecta sobre sus emociones, preguntando a una serie de mujeres por sus sueños de niñas y de adultas, y puse todo eso en común, y siendo de la misma zona y de la misma edad, yo planteaba en esa ocasión la recuperación de una memoria perdida para reconstruir todo lo que no me podía decir ya por su enfermedad neurodegenerativa». A partir de ahí planteó otras exposiciones, en las que se enmarca este proyecto de 'Paisajes neuronales'.
«La pandemia ha sido un punto de inflexión para reposicionarte entero»
«La pandemia ha sido un punto de inflexión respecto a la vida anterior para parar y reposicionarte entero», afirma el artista Antonio Tapia, que aprovechó este tiempo de confusión para proyectarse a nivel internacional y formarse. «Quiero explorar todas las posibilidades del Arduino, que son placas programables que permiten tener sensores de entrada y hacer cosas con ellas en instalaciones. Esto permite, por ejemplo, que una instalación se encienda sola al detectar un movimiento, una presencia humana o un sonido». El futuro pasa por estar a la última en nuevas tecnologías, y veremos en los próximos años de qué es capaz.
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