Imágenes de un cuerpo en crisis

Un 'cuerpo en crisis' y diecinueve artistas invitados. La propuesta del creador multidisciplinar Abraham Hurtado para la edición 2020 de Rendibú fue un viaje visual y emocional que acompañó la entrega de premios del Festival de Artes de LA VERDAD. Un trayecto que Hurtado, fundador y director artístico del colectivo AADK, con sede en el Centro Negra de Blanca, inició en 2018 con el objeto de indagar en su propio trabajo; con la idea de echar la vista hacia atrás toda una década, pero hacerlo desde ojos ajenos.

A lo largo de estos dos últimos años, un grupo de artistas de distintas disciplinas, entre los que figuran Andrés Agudelo, Alberto Alonso, Elena Azzedín, Selu Herraiz, Francesca Carbone, Juan Conesa, Pedro Lobo y Úrsula Bravo -la lista alcanza los 19-, han elaborado diversos trabajos audiovisuales, todos anclados en Blanca, cuyo fin ha sido el análisis de la práctica artística desarrollada por Hurtado en los últimos diez años, centrada en dar respuesta a la emoción ante un estado de crisis y cómo el ser humano responde a «aquello que nos sucede», según el propio creador. Y fue parte de ese material artístico y de búsqueda creativa lo que el público de Rendibú pudo abrazar con la mirada desde cada uno de sus asientos durante la gala del viernes.

A través de media docena de visuales, seleccionados entre todo el material desarrollado por el grupo de investigación 'Cuerpo en crisis' -del que también forman parte Pia Achternkamp, Derek V. Bulcke, François Benner, Giuliana Grippo, Rubén Martínez, Diego Lobenal, Josman P#, Nicola Mascia, Dani Hernández, Nico Dardano y Aurora Rodríguez- Hurtado hizo partícipes a los asistentes de una especie de ritual y encuentro con el paisaje interrumpido solo por la emoción de los premios entregados.

Sobre el escenario, la idea del «después», de lo que tiene lugar tras una catástrofe, una crisis o una pandemia... «cómo superar la herida como grupo, como ecosistema o tribu», según Hurtado.

Proyectados en bloques de unos pocos minutos de duración -el total del metraje ocupó unos cuarenta-, los visuales incidieron en la idea del rito y la costumbre, apoyada por una puesta en escena titulada 'La distopía del arte' y confeccionada ex profeso para este acontecimiento por el propio Hurtado y varios de los artistas involucrados en el proyecto 'Cuerpo en crisis'.

Con instalaciones de Elena Azzedín, Giuliana Grippo y Juan Conesa; vestuario de Pedro Lobo y Diego Lobenal; y música compuesta por Josman P# y AL de La Algaida ('alter ego' de Abraham Hurtado en el plano musical), la propuesta, concebida bajo el concepto 'live cinema' (una nueva narración audiovisual entendida como cine en vivo o en directo) dio a los premios un aura ritual convirtiendo los galardones en «ofrendas» en las que la materialidad adquirió protagonismo a partir de objetos-símbolos de «lo que uno va encontrando en su camino».

El trabajo de Hurtado está basado -precisa el propio artista- en simbolismos fácilmente reconocibles con los que intenta encontrar un significado al modo de actuar del ser humano. Con su propuesta visual, cuyo diseño corrió a cargo de Nico Dardano, trató de generar metáforas destinadas a «reflexionar» sobre lo «todo lo que producimos a la hora de vivir», un amplio listado de desechos físicos, como botellas de plástico, que utilizó para crear «una obra de arte», y al mismo tiempo, para «abrazar lo que somos, con todas nuestras perfecciones e imperfecciones».

Con ese objetivo, 'La distopía del arte' se convirtió en «un viaje de iniciación y encuentro» cuyos protagonistas adoptaron la piel de «pastores que ya no tienen ovejas que cuidar pero sí un medio ambiente del que van recogiendo latas, aparatos tecnológicos, basura...». Para Hurtado la propuesta visual incluyó un peregrinaje con la materialidad como ofrenda.

El viaje discurrió también por la era de la hipercomunicación y la importancia de una información veraz en un contexto de abundancia informativa en el que «la 'data' es casi más preciada que el petróleo», defiende Hurtado. Sumergido en este contexto, el artista eligió la entrega del premio de Relato Corto para presentar lo que llamó nuevos «tótems de información», en cuya construcción empleó bobinas de papel de la rotativa de LA VERDAD.

'La distopía del arte' se convirtió el viernes en el primer ejercicio curatorial de un proyecto de dos años de trabajo compuesto por un «vasto material» que en los próximos meses, adelanta Hurtado, tendrá nuevos escaparates expositivos. Uno de ellos, asegura el artista, será el Palacio Almudí de Murcia, donde para la primavera del año que ya se asoma -en concreto para el mes de abril- está previsto que se exhiban, dentro del programa 'Reactivos culturales' impulsado por el Ayuntamiento, cuatro piezas. A este proyecto se sumarán, dice Hurtado, otras exposiciones que el equipo de artistas 'Cuerpo en crisis' se encuentra actualmente diseñando.