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Junto al mar.David Martínez, licenciado en Historia, docente en excedencia y concejal de San Javier, en el Club Náutico de Santiago de la Ribera. ANTONIO GIL / AGM
David Martínez, la locura por las artes y la gestión cultural
La semana de

David Martínez, la locura por las artes y la gestión cultural

Sufridor, perfeccionista y apasionado, el docente, edil de Cultura y director de los festivales internacionales de Jazz y de Teatro, Música y Danza de San Javier apuesta por hacer de la localidad costera un baluarte de calidad

Domingo, 4 de mayo 2025, 08:23

Creció dándole vueltas al belén de la plaza de España de San Javier, jugó en el cole a organizar espectáculos e imaginó ya de niño, en sus visitas familiares al camposanto de la localidad, noches llenas de velas y música. A pesar de esa triple anticipación vital, David Martínez Gómez no descubrió su vocación rotunda por la gestión cultural hasta muchos años después. Licenciado en Historia por la Universidad de Murcia, aunque movido por un espíritu comerciante que le viene de herencia, llegó a ser director comercial de la empresa de un familiar.

Quizá sobrepasado por las responsabilidades, con 27 años se salió de la carretera y acabó estrellándose contra un huerto. Tras ese 17 de enero de 2007, cuenta que se replanteó su existencia, su futuro y su felicidad. Marchó a Estados Unidos a trabajar como 'au pair', y después de dos años volvió a España y reorientó su vida a la docencia, iniciando su trayectoria como profesor de Ciencias Sociales, Geografía e Historia, también de Inglés, en Secundaria y Bachillerato. Autodefinido como hombre del Romanticismo, sus constantes inquietudes y su amor por los nacimientos le llevaron a presidir la Asociación de Belenistas del municipio, desde la que se ingenió el proyecto 'Don Juan Tenorio. Sueño y Realidad' en el cementerio de San Javier; un espectáculo que se mantiene más que vivo tras once años y que le valió los apelativos de hereje y profanador por parte de un sector de la sociedad local.

Lector de novela histórica, comensal poco atrevido y anfitrión nato, asegura que su llegada a la política pasa por la confianza que depositó en él José Miguel Luengo, quien con una frase apostó por sus capacidades para que le acompañara en las listas de las municipales de 2015: «David, estoy montando un belén y necesito un pastorcillo». Defensor –como su admirado Nuccio Ordine– de que la cultura es lo más útil para el desarrollo de la humanidad, confiesa que, con el Máster en Gestión y Emprendimiento Cultural que está culminando, salda consigo mismo una cuenta pendiente. Sin embargo, su verdadero sueño es mucho más ambicioso: hacer de San Javier una suerte de Epidauro, un santuario grecolatino junto al mar donde sanar el alma a través de las artes.

Lunes

9 horas. Nuestra obsesión es convertir el escenario del Festival Internacional de Teatro, Música y Danza de San Javier en una oportunidad para acercarse a un tipo de espectáculos que difícilmente se verían en otros espacios escénicos de la Región. Al menos un 40% o los ves en San Javier o no los ves. Tenemos la obligación de salir un poco de los circuitos comerciales y abrirnos en determinadas disciplinas a lo más experimental. Un festival que está financiado con dinero público no puede ir a lo fácil. Llenar un teatro es muy sencillo. Pero nosotros, que somos gestores públicos, tenemos la obligación de educar a través de nuestra programación, y no solamente irnos al pan y el circo. Hay un sota, caballo y rey aplicable a cualquier proyecto: buscar la calidad por encima de todo. Si contratas lo mejor y lo sabes vender, al final el proyecto funciona. El festival fue revolucionario a finales de los años 60, en los últimos coletazos de la dictadura, cuando su escenario fue un grito de libertad protagonizado por las mejores compañías de teatro independiente, como La Fura dels Baus, Els Joglars, Comediants y La Cuadra de Sevilla. Es nuestra joya.

11 horas. He sido más teatrero que melómano, pero mi relación de amor con el jazz se fraguó en Estados Unidos. Los domingos por la tarde acostumbraba a tomar unos vinos en un local de Nueva York, The Garage. Ahí empecé a enamorarme del género. Hay gente en San Javier que todavía no ha ido a un concierto de jazz, y nuestro empeño es que vaya. Cuando se jubiló Alberto Nieto, el alcalde me preguntó si me atrevía a dirigirlo. Qué le iba a decir... Que sí. Y tengo a Alberto como asesor, lo que es una suerte. Si además de un trío de jazz, programas un concierto de funk, soul, blues, algo pop que flirtee con algunos de los géneros auxiliares al jazz, y ofreces los conciertos de calle, se va disipando ese miedo que tiene parte del público.

Martes

21 horas. Hay mucho intrusismo y hoy cualquiera se hace llamar gestor cultural. La gestión hay que tomársela muy en serio. Después de diez años me sé la práctica y estoy estudiando la teoría. Me costó hacerme respetar por parte del sector, que solo veía al concejal. Con el paso del tiempo me he ido ganando ese respeto.

Miércoles

10 horas. La política no es una profesión, es una experiencia y también una vocación que requiere mucha entrega pero que tiene un inicio y un fin. El que no lo vea está 'apañao'. No veo la política como carrera a largo plazo. Hay que saber aprovecharla y disfrutarla, porque no hay nada más bonito que trabajar por los demás y gestionar para tus vecinos. Yo he llegado a la política de forma accidental. Ni he estado en movimientos juveniles ni era una persona destacada de la vida local.

18 horas. Para mí los cementerios son lugares ideales para convertir la cultura en oración y respeto a nuestros antepasados. El ingenio nos llevó a desarrollar el proyecto 'Don Juan Tenorio. Sueño y Realidad'. En los sitios en los que hay belleza tiene que haber cultura. Si he acaudillado una causa que me ha hecho ir a una auténtica guerra ha sido esta. Me han llamado ególatra y hereje, literalmente, en redes sociales. Cuando estuve al frente de la Asociación de Belenistas, antes de ser concejal, en 2014, fuimos a ver al alcalde, Juan Martínez Pastor, y le expusimos el proyecto. Nos dijo que, si el párroco nos apoyaba, tendríamos apoyo del ayuntamiento. Así ocurrió, pero con medio pueblo en contra. Te duele que te llamen profanador. Las redes son un campo de minas, pero también un canal perfecto para transmitir los mensajes más positivos.

Jueves

20 horas. El Auditorio Parque Almansa es la catedral de la cultura de San Javier. El público quería programación estable durante todo el año y para poder ofrecerla hacía falta un Teatro de Invierno. Estamos dotándolo de todo el equipamiento técnico necesario y ya hemos empezado a programar para convertirlo en un referente. Como programador me preocupa la sobreoferta que hay en el mercado, especialmente en la música en verano. Y los precios desorbitados. No es justo pagar por un artista que ayer costaba 9.000 euros cuatro veces más dos años después.

Viernes

17 horas. La Región tiene un gran potencial cultural, pero no por ello tenemos que ser chovinistas. La internacionalización es fundamental. Nos falta mundo y carretera. Lo que más te abre la mente es viajar y ver mucho.

17.30 horas. Me gusta el expresionismo y apoyar el arte de la Región. Gracias a mi trabajo he podido descubrir a artistas como Nicolás de Maya, Muher, Manuel Páez, Gonzalo Sicre.... Tengo el mismo coche que tenía en 2015. Mis únicos caprichos son viajar y el arte. Cuando puedo compro una acuarela, una serigrafía, un cuadro chiquitico...

Sábado

21 horas. No soy de salir mucho, más allá de ir a cenar, con mi pareja o con amigos. Si no hay actividades en San Javier, me gusta hacer una escapada a Madrid, siempre con el pretexto de ver un espectáculo de teatro o danza contemporánea y de paso para descubrir un restaurante chulo o ver una exposición. Uno de los espectáculos que más me ha impactado en los últimos tiempos ha sido 'Incendios', de Wajdi Mouawad, protagonizado por Núria Espert. Lo vi tres veces. Una de ellas entré al camerino y le pedí de rodillas a Núria Espert que viniera a San Javier. Desafortunadamente no pudo ser porque no actuaban al aire libre.

Domingo

13 horas. He viajado muchísimo. Estar en Estados Unidos revolucionó mi vida. Aquel accidente me hizo replantearme todo. Consideré que tenía que desvincularme de cosas que me tenían de alguna manera asfixiado. No fue una huida, pero necesitaba respirar. Tenía 27 años, no era un crío. Me fui a New Jersey a casa de una familia maravillosa, con la que mantengo una relación extraordinaria. Cada dos años voy a verles o vienen ellos a verme a mí.

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