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Pasolini: controvertido, contradictorio e inspirador
La exposición 'Pasolini 22-22' homenajea en el Puertas de Castilla al cineasta italiano, cuando se cumple el centenario de su nacimiento, con obras de artistas napolitanos y de la Región de Murcia
El universo de Pier Paolo Pasolini es inagotable como fuente de inspiración. Así lo cree Carlos Salas, doctor en Historia del Arte, profesor de la UMU y comisario de la muestra colectiva 'Pasolini 22-22', que se puede visitar en el Centro Cultural Puertas de Castilla hasta el 30 de junio –y que más adelante viajará a Italia–. En ella ha participado «un grupo de artistas de la Región de Murcia y Alicante que acostumbran, desde hace años, a realizar trabajos junto a otro grupito de creadores italianos, de la zona de Nápoles y alrededores».
Son Enzo Trepiccione, Salvador Torres, Cesare Serafino, Lucio Afeltra, Virginia Bernal, Carlo de Lucia, Vittorio Vanacore, Kraser, Claudia Buttignol, Alejandro Torres, Simon Ostan Simone y Deborah Napolitano. A ellos se suman en esta ocasión, Luz Bañón y Manuel Pérez. «Hay una gran relación entre ambos territorios y que en pleno siglo XXI sigan surgiendo estas colaboraciones es todo un lujo». Juntos han hecho posible este proyecto expositivo itinerante patrocinado por el Giffoni Film Festival de Italia, la Fundación Meeting del Mare de Camerota en Italia y la Fundación Paurides de Elda (Alicante).
Este homenaje al intelectual italiano se ha hecho coincidir en el tiempo con el centenario del nacimiento del artista boloñés. «Pasolini da mucho juego porque además de cineasta era escritor y cuenta con una obra inmensa», incide el comisario de la muestra, con obras realizadas 'ex profeso' para este proyecto desde diferentes disciplinas, inspiradas tanto en su obra como en su figura.
Carlos Salas, comisario de la muestra: «Que en pleno siglo XXI surjan estas colaboraciones es todo un lujo»
Salas define al italiano como «uno de los artistas más complejos y controvertidos del siglo XX. Un ser contradictorio, incómodo, mediterráneo, transgresor, trágico, genial». De su obra, «muy significativa, homogénea y particular», destaca «'El evangelio según San Mateo' (1964), realizada por un ateo, que es quizá la más original que se ha rodado sobre la figura de Jesucristo». Hace tan solo un par de meses que el comisario vio su última película de Pasolini: «Fue 'Pocilga' (1969) y se proyectó en la Filmoteca Regional Francisco Rabal en recuerdo de la actriz lorquina Margarita Lozano, recientemente fallecida, una película muy metafórica y simbólica». No obstante, «más que obras concretas, me interesa su iconografía y cómo bebe del arte», explica Salas.
Nada más entrar en la sala de exposiciones, el público se encuentra de frente la «espectacular» obra de Alejandro Torres (Elda), 'Pasolini', «un retrato del autor que incorpora al personaje de la escena final de la película 'Saló o los 220 días de Sodoma' (1976), a punto de ser fusilado y con el puño levantado». De fondo, una recreación del logo de 'Gucci'. Con más de dos metros cuadrados, es la obra más grande de la exposición y uno de los dos retratos de la muestra junto al realizado por el muralista cartagenero Kraser. Antes de llegar a ver de cerca la obra de Alejandro Torres, el visitante pasa por la única pieza pintada sobre cerámica de la muestra, de Enzo Trepiccione, italiano y residente en Elda, e inspirada en el libro 'L'odore dell'India'. «Es supervitalista y me recuerda al pintor Pepe Lucas».
En primer plano
Luz Bañón se desmarca de la pintura con la videoinstalación '¿A dónde va la humanidad?'. La artista murciana parte de la película 'Pajaricos y pajarracos' (1966) y combina imágenes de la cinta con otras extraídas de informativos actuales así como grabaciones realizadas por ella misma. Con todo el material, reflexiona sobre los movimientos migratorios realizados por obligación.
Esta cinta, en la que un hombre y su hijo realizan un viaje alegórico a través de la vida junto a un pájaro parlante que habla sobre temas sociales y filosofía política, también ha servido de inspiración a Salvador Torres. El cartagenero hace protagonista a «la figura del hombre con la cabeza de pájaro, un elemento muy surrealista», como indica Carlos Salas.
Las dos variaciones de 'Medea' realizadas por el murciano Manuel Pérez ocupan un lugar destacable en el Centro Cultural Puertas de Castilla. El pintor de los árboles de colores toma esta vez de referencia la película 'Medea' (1969), basada en la tragedia clásica de Eurípides, que fue la única incursión en el cine de gran diva de la ópera Maria Callas. Dos obras de gran formato «que tienen mucho de cinematográfico», indica Carlos Salas. «Manuel Pérez tiene muy interiorizados algunos elementos característicos del lenguaje de la gran pantalla y, por ejemplo, cuando pinta rostros, normalmente lo hace en un gran primer plano, algo que nos recuerda al cine pero que no se ha visto tradicionalmente en la pintura».
Estas son algunas de las infinitas interpretaciones de la obra de Pier Paolo Pasolini, un genio que fue asesinado en 1975. Carlos Salas se queda con una frase del artista que, según el, sintetiza su pensamiento: «La marca que ha dominado toda mi obra es este anhelo de vida, este sentimiento de exclusión, que no disminuye, sino que aumenta el amor a la vida».
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