«El cartel de la Semana Santa de Sevilla representa la belleza y la perfección», para expertos de la UMU

Manuel Pérez Sánchez es profesor titular de Historia del Arte y director del Grupo de investigación de Artes suntuarias. José Javier Aliaga Cárceles es profesor ayudante doctor del departamento de Historia del Arte y especialista en Cine. Al profesor de la UMU Manuel Pérez Sánchez le parece absurda la polémica que se ha generado con el cartel de la Semana Santa de Sevilla, ya que, según asegura, la obra cuenta con todas las bendiciones de las autoridades eclesiásticas y de la Junta de Hermandades y Cofradías de Sevilla, lo que demuestra que se trata de algo oficial.

Opina que han optado por una buena obra, y destaca el prestigio internacional del que goza su creador. En cuanto al mayor o menor apego a la ortodoxia iconográfica, Pérez Sánchez está convencido de que el cartel responde perfectamente al catecismo que actualmente maneja la Iglesia Católica. La obra representa a un Cristo resucitado, y une lo divino y lo humano. La imagen responde al concepto neoplatónico y las maneras renacentistas: su fin es representar la belleza, la perfección, sostiene Pérez Sánchez, que añade que la obra está profundamente emparentada con la de Rafael Sanzio: en ambas representaciones se elimina la sangre y se busca la belleza, la juventud, la idea de atemporalidad. Afirma Pérez Sánchez que «el cartel es impecable en su forma, y muestra la grandeza de la Resurrección», para añadir que el cartel posee una factura espléndida y juega muy bien con la luz. «No es un cartel que pueda ofender a nadie. Yo soy católico y no me ofende en absoluto».

Pérez Sánchez se refiere a que año tras año se repiten idénticos clichés en estos carteles, de ahí que cuando se presenta algo fuera de estos cánones tan rígidos se suscite el escándalo.

El profesor Aliaga apunta que el modelo iconográfico de la representación de Cristo ha cambiado dependiendo de la época. Comenta que los primeros cristianos representaron a Cristo como una persona joven e imberbe, y se refiere a que la imagen de Cristo aceptada por todos hoy como la de una persona de pelo largo y barba es de origen sirio, y se impone a partir del siglo VI. Pero existen otros modelos alternativos, como la del Cristo de juventud eterna, que no se muestra doliente.

El Cristo de la Pasión procede del Renacimiento, sin embargo, el Cristo de Rafael o de Miguel Ángel no es un Cristo doliente, sino un Cristo atlético de pelo largo y muy joven. Según Aliaga Cárceles, «las artes han legitimado los modelos iconográficos que han sido absorbidos por las sociedades en los distintos momentos históricos».

Comenta Manuel Pérez que la Semana Santa ha codificado una serie de modelos y arquetipos que cuesta mucho romper. Afirma que el público está acostumbrado a los grandes momentos de la imaginería pasionaria de los siglos XVII y XVIII, y continuada en el XIX, por lo que es muy difícil que se renueven determinadas ideas. Pérez Sánchez aboga por el no estancamiento, y cita la rompedora imagen de la Dolorosa con la que Salzillo se atrevió a introducir el color: «la gente tuvo que quedarse pasmada cuando vio a una virgen vestida de alegría», afirma.

Manuel Pérez Sánchez recuerda una polémica sobre un Cristo de la caída, obra del escultor Garrigós para la cofradía del Perdón en san Antolín, que fue rechazada por la sociedad murciana por alejarse a las imágenes impuestas por la tradición salzillesca.

González Moreno o Hernández Navarro también renovaron composiciones y se alejaron de la tradición de Salzillo. El primero rompió con el imaginero y fue a los grandes genios del Renacimiento, y cita obras suyas como el 'Lavatorio', o el paso del 'Entierro de Cristo', de la Cofradía de san Bartolomé. Pérez Sánchez aboga por que las cofradías, patrocinadoras de obras de arte, hagan apuestas por la renovación.

Ambos profesores de la Universidad de Murcia argumentan que «los grandes maestros son los que van modificando e innovando, y buscan expresar con nuevas formas conceptos que son siempre los mismos». Así lo hicieron Miguel Ángel y los grandes maestros del Renacimiento. Y Velázquez, cuyo 'Cristo Crucificado' es la representación del misterio, o Goya, que rompe dinámicas y códigos establecidos hasta entonces, siendo considerado sospechoso por la Inquisición a causa de su libertad a la hora de acometer obras religiosas.

El grupo de investigación de la UMU de Artes Suntuarias ha organizado un congreso internacional sobre 'El arte del bordado: historia, tradición y nuevos horizontes', que se celebrará en Lorca a finales del próximo mes de noviembre.

Afirma Pérez Sánchez que «el bordado en seda no solo es una tradición heredada de siglos, sino que forma parte de la propia idiosincrasia de la ciudad de Lorca y de nuestra identidad como región».

Será la primera vez que se celebre un congreso sobre el bordado en toda Europa, y en él se darán cita las personas más importantes vinculadas con el patrimonio textil europeo. Con ocasión de su celebración se recopilarán todos los documentos cinematográficos que existen sobre las prácticas del bordado en el NO-DO y otros noticiarios.

Afirma Pérez Sánchez que más que artesanía, el bordado en Lorca es un arte, y añade que Murcia es la única Comunidad Autónoma que tiene declarados una serie de bordados como obra Bic, algo que ocurre tanto con el Paso Blanco como con el Paso Azul. «Lorca no se puede entender sin el bordado y sin la figura de las bordadoras, sin los talleres, sin los cortejos de Semana Santa y su puesta en escena». La Semana Santa lorquina constituye algo único en el mundo, asegura, y el congreso consolidará el hecho de que Lorca no sólo constituye una ciudad en la que se hace un bordado extraordinario, sino también un lugar donde se investiga sobre él. El congreso contará con diseñadores de alta costura, diseñadores, profesores, creadores, responsables de museos…

El bordado en seda, además de un arte, es una economía y una forma de vida en la región. Y también posee un potencial turístico importante, ya que no existen museos monográficos de bordado en ningún lugar fuera de Lorca, por lo que se erigen en enclaves extraordinarios para la reactivación cultural en la Región, comenta Pérez Sánchez.

Comenta Aliaga que algunas de las críticas hacia el cartel han llegado por el hecho de haber utilizado el artista como modelo a su propio hijo, pero esto está en la tradición de los artistas de muchos momentos históricos: Caravaggio y muchos otros tomaban las personas de su alrededor, muchas veces eligiendo modelos para representar cristos, santos y vírgenes entre las clases más desfavorecidas.

Se ha dicho que este Cristo tiene las cejas depiladas, pero también el Cristo de Rafael las llevaba así. Todo lo contrario que el Cristo de 'La Pasión según san Mateo', la película de Pasolini, donde es cejijunto. En definitiva, comenta, son diferentes modelos que se van tomando en las artes en cada momento histórico.

Cristo ha estado presente en el cine desde los mismísimos Lumière. Afirma Aliaga que en la primera década de la existencia del cine el tema de la representación en el Séptimo Arte fue objeto de debate y reflexión. Había opiniones diversas sobre si habría o no que representarlo directamente o solo mostrar detalles concretos de su anatomía: la espalda, una ceja, una mano… o bien mostrarlo en plano general, con la cámara pudorosamente alejada.

Comenta Aliaga que algo parecido a lo que ha ocurrido con el cartel de la Semana Santa sevillana ocurrió hace casi 70 años con la película 'Rey de reyes' (1961), de Nicholas Ray, en la que por primera vez en el cine se vieron primeros planos de la imagen de Cristo. También entonces se optó por un actor joven, que igualmente fue rechazado por un amplio sector conservador porque decían que era demasiado atractivo. «El cartel me parece acertado y creo que cumple sobradamente su propósito, que no es otro que conseguir que se hable de él y promocionar la Semana Santa».

Pérez Sánchez se refiere además a lo acertado que resulta a su juicio que se haya recurrido a un pintor para ilustrar el cartel de la Semana Santa sevillana, como se ha hecho en Murcia en diversos momentos, recurriendo a grandes artistas de la tierra: Gaya, Molina Sánchez… o este año, con una obra de Santiago Rodríguez muy interesante con referencias al Art Nouveau y la cartelería de principios de siglo XX.

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