Abellán, un fotógrafo murciano en París
Conferencia. El autor conversará hoy en el Centro Párraga con Laura Ben Hayoun para dar a conocer su último proyecto, un libro de artista, 'Le Souffle', un tributo a su madre
En 2008 trabajó en París como asistente, en el departamento de producción-tráfico, para proyectos de la mítica agencia Magnum, en la «habitación fría», con todos los negativos a 15 grados. De modo que está acostumbrado a tener entre manos material de laboratorio. En la terraza del Museo Arqueológico de Murcia, el fotógrafo Juan Manuel Abellán (Murcia, 1982), artista multidisciplinar afincado en París desde hace casi quince años, se enfunda unos guantes blancos, como un ladrón de diamantes, para mostrar a LA VERDAD su última apuesta: un libro de artista –solo ha hecho siete copias–, a la venta por 2.000 euros. Una cosa verdaderamente delicada, 'Le Souffle', que hoy dará a conocer a los interesados en la charla que ofrecerá, de las 19 a las 21 horas, en el Centro Párraga de Murcia. Estará acompañado por la fotógrafa Laura Ben Hayoun (Valence, Francia, 1984), antropóloga de formación, con quien conversará sobre fotografía y 'performance'. La entrada es libre hasta completar aforo.
'Le Souffle' es un libro en el que está recogida su investigación sobre la representación de la ausencia y el rol de la memoria en el proceso de duelo a través del diálogo entre 'performance' y fotografía. Para ello, Abellán recurre a la noción de «souffle» (aliento vital), «una noción propia de la danza, con la que exploro el potencial del medio fotográfico como medio no mimético y de representación de lo vivo». Abellán compartirá en el Párraga el proceso creativo de su proyecto, cómo es esa evolución de una exposición al formato libro.
Producir cada pieza cuesta, como quien dice, un riñón. Muchos oficios involucrados, diseño, laboratorio, papel japonés de doble capa... en una obra que contiene un «leporello» [libro con forma de acordeón], un término que aparece recurrentemente en su vocabulario. Todo es hecho a mano, de modo que no ha podido hacer, por ahora, más de siete. Las imágenes que aparecen en 'Le Souffle' ya las expuso en Murcia ('Mèr(e)', en el Centro Párraga, en 2018) y en París, «pero el libro no existía en ese momento, el 'leporello' que ves aquí estaba expuesto en 4 metros de alto, en un papel japonés impreso en París, y había una retroproyección y vídeo, todo era como analogía formal». Ha tardado casi cinco años en convertir aquella exposición en un libro, con una pandemia de por medio. Un libro que se abre en tríptico, que se puede leer a la japonesa.
«Yo creo –afirma– que la fotografía en el siglo XXI puede hacer mucho más, porque todas las demás artes lo han conseguido»
'Le Souffle' es un trabajo sobre su madre, tras su fallecimiento, «pero no es sobre la muerte, sino sobre cómo la fotografía puede hablar de vida y no de muerte. Estoy intentando estar en contra de Roland Barthes y la teoría de que la foto es máscara mortuoria. Yo quiero, en cambio, 'performance'. En francés 'souffle' significa aliento vital, respiras con intención de vivir, no porque estás vivo».
Bajo ese 'leitmotiv', Abellán aleja a su madre de la isla de los muertos, como referencia clásica. Para ello en la exposición empleaba la retroproyección, y aquí son imágenes en papel cozo, cuatro fotos, y una de ellas con un código QR que lleva a un vídeo. En el Párraga había una pieza principal, un electrocardiograma de su madre que colgaba como un mandala y que en el libro de artista aparece plegado y con imágenes de su ropa volando. «Las reliquias que nos quedan cuando alguien desaparece son las fotos de familia y la ropa. Aquí la ropa es una metáfora, es como la ausencia de la presencia. Todo es verano, veraneábamos en Mazarrón, a mi madre le encantaba el mar, y yo quería recordar su aliento vital, su gesto».
En esta inmersión en el mundo de su madre, Abellán se incorpora con ella, en imágenes de diferentes edades, en transparencia, un baile entre ambos en el que dice el artista que «yo no sé si soy un recuerdo de ella o ella un recuerdo mío». Árboles, mar, vida... «No he cogido nada lúgubre, ni referencias al hospital. Muchas veces trabajé la idea de secuencia cinematográfica. En algunas imágenes hay como una sombra, algo raro, que se mueve. Es un trabajo metafotográfico». En 'Le Souffle' juega con la pintura 'La isla de los muertos', de Arnold Böcklin, en la que un balsero lleva almas a la isla de los cipreses, «solo que aquí mi madre se aleja de la isla de Mazarrón, con una leve sonrisa. Yo con mi proyecto la vuelvo a traer con la foto básicamente, cogiendo el aliento vital».
Ausencia, amor y muerte
Abellán ha podido mostrar sus trabajos anteriores en la Feria Internacional de Fotografía Contemporánea 'Paris Photo', en diversas galerías, en el Centro Georges Pompidou de París (la exposición 'Les Yeux Ouverts' ('Los ojos abiertos') y en el Festival Circulation(s) de joven fotografía europea como artista seleccionado y en residencia. En otras ocasiones, investigó sobre la danza y, de hecho, se dedicó diez años a ella como 'amateur'. «Yo quería en 'Le Souffle' hacer como en la danza, pero sin danza. Aquí todo se lee en analogía formal. La ropa es la mujer ausente, el gesto liga ausencia, amor y muerte». Todo es de alto impacto.
«Lo que me ayudó al duelo fue la 'performance' con mi madre. Era traerla de vuelta. Yo creo –afirma– que la fotografía en el siglo XXI puede hacer mucho más, porque todas las demás artes lo consiguen».
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