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Foto de Fernando Navarro con la banda femenina de Totana (1885-1916). Javier Carrión / AGM
Ababol

La huella de las murcianas en la cultura tradicional

Los documentalistas María Luján y Tomás García recogen en un interesante volumen documentos sonoros de una amplia diversidad de mujeres grabados en las últimas décadas para reivindicar el altísimo valor del conocimiento popular: «Ese legado sigue marcado a fuego en nuestra identidad»

Sábado, 13 de mayo 2023, 07:58

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María Luján Ortega (Cartagena, 1979) y Tomás García Martínez (Murcia, 1980), la pareja de documentalistas más apegada a la historia local, a la etnografía y al patrimonio inmaterial y cultural en la Región de Murcia, se conocieron en 2004. «Hemos estado casi 20 años de novios. Yo estaba en segundo de carrera, cuando nos conocimos me acuerdo que tenía un examen de inglés al día siguiente», recuerda Tomás sobre aquel instante en que unieron sus vidas. «Yo escuché -cuenta María, que ya había entonces Historia del Arte cuando decidió hacer Documentación- que Tomás estaba haciendo un libro sobre Lobosillo, que está cerca de mi pueblo, yo soy de El Albujón, y así nos conocimos. De ahí hasta ahora». Aquel libro fue 'Lobosillo: Memoria etnográfica de una localidad del Campo de Murcia', proyecto coral impulsado por el antropólogo, músico e investigador Manuel Luna.

Mucho de lo que ha sucedido en este tiempo -acaban de casarse y de volver de Nueva York de viaje de novios, todavía les hacen chiribitas los ojos- está condensado en 'La voz de la mujer en la Región de Murcia (Documentos sonoros de tradición oral)', un volumen editado por Tres Fronteras Ediciones, la editorial de la Consejería de Cultura de la Comunidad Autónoma. Un caleidoscopio de manifestaciones femeninas impresas en la cultura popular murciana, en el que se analiza la huella de la mujer en la literatura de tradición oral y folclórica en la Región de Murcia.

Arriba, Tomás García Martínez y María Luján Ortega, en su despacho, en la azotea de su casa de Guadalupe, erigido como un centro de investigación. Abajo, niñas y mujeres trabajando en el albaricoque en La Algaida (Archena) y mujeres recogiendo patatas en Llano de Brujas (Murcia). Javieri Carrión / AGM | Archivos de Tomás García y de Pedro Navarro
Imagen principal - Arriba, Tomás García Martínez y María Luján Ortega, en su despacho, en la azotea de su casa de Guadalupe, erigido como un centro de investigación. Abajo, niñas y mujeres trabajando en el albaricoque en La Algaida (Archena) y mujeres recogiendo patatas en Llano de Brujas (Murcia).
Imagen secundaria 1 - Arriba, Tomás García Martínez y María Luján Ortega, en su despacho, en la azotea de su casa de Guadalupe, erigido como un centro de investigación. Abajo, niñas y mujeres trabajando en el albaricoque en La Algaida (Archena) y mujeres recogiendo patatas en Llano de Brujas (Murcia).
Imagen secundaria 2 - Arriba, Tomás García Martínez y María Luján Ortega, en su despacho, en la azotea de su casa de Guadalupe, erigido como un centro de investigación. Abajo, niñas y mujeres trabajando en el albaricoque en La Algaida (Archena) y mujeres recogiendo patatas en Llano de Brujas (Murcia).

«Hemos querido recoger -compendian- la huella oral que la mujer ha dejado en la cultura tradicional murciana en siglos pasados. Porque ese patrimonio inmaterial sigue marcado a fuego en nuestra identidad. Este trabajo es un reconocimiento a todas las mujeres anónimas por transmitir y acrecentar el conocimiento popular». Para ello analizaron documentos archivísticos, hemerográficos y orales, un estudio enriquecido por las fuentes orales y por el trabajo de campo 'in situ', contando con una amplia red de mujeres entrevistadas y cuya voz ha quedado también grabada como testimonio para la posteridad.

«Cuando entrevistas a una mujer, no estás recogiendo solo un retrato de vida, sino que estás grabando la historia de su clan, su manera de ser, sus formas de vivir, sus cantos intergeneracionales: como se constata en los estudios sociológicos, la mujer imprime carácter a su prole», afirman Luján y García. En este libro incluyen tres capítulos con grabaciones sonoras: 'Del habla al canto, del canto al juego, del juego a la danza' con canciones de cuna ('La reina mora', 'Este niño tiene sueño', 'Lucerico de la mañana', 'A la rurrú', 'Mi niña bonita'...), juegos infantiles ('A la una la mula', 'Tengo tres ovejas', 'A la guan chu zri', 'Al pasar la barca', 'El cocherito leré...); 'Música de tradición, voces con arte. Actrices y cantaoras murcianas', en cuyas grabaciones aparecen malagueñas, parrandas, seguidillas, toques de postizas, coplas de animeras, saetas, cantos colectivos a vírgenes, jeringonzas, cantos de trabajo, cantos de trilla, cantos de siega...; y 'Literatura de tradición oral. Troveras y poetas murcianas', donde figuran por ejemplo refranes, adivinanzas, romances, coplas populares, cuentos, felicitaciones, brindis, oraciones religiosas, poesías, fábulas...

Fuentes documentales.

'Grupos para el ritual festivo'

'Grupos para el ritual festivo'

Libro editado por la Consejería de Cultura en 1987.

'Antología de la literatura de cordel en la Región de Murcia'

'Antología de la literatura de cordel en la Región de Murcia'

Libro de Juan González Castaño y Ginés José Martín-Consuegra.

'Las cuadrillas de Murcia'

'Las cuadrillas de Murcia'

Uno de los volúmenes consultados para la investigación.

Un «trabajazo», reconocen, que depara a los lectores sorprendentes hallazgos. «Hay que transcribir mucho, son muchas entrevistas. Todo está grabado y archivado», resaltan. Ambos son muy reivindicativos con algo que apenas se valora en la Región de Murcia: los archivos sonoros. «En Valladolid tienen la Fundación Joaquín Díaz, y del último trabajo que han realizado tenemos 10.000 documentos sonoros de tradición oral, de toda Castilla y León, y en formato abierto. Está en Urueña, la villa del libro, el pueblo con más librerías de España. Es una entidad cultural española sin ánimo de lucro dependiente de la Diputación de Valladolid, cuyo objetivo es potenciar el conocimiento, la valoración y la difusión de la cultura tradicional. Hay trabajando etnógrafos, antropólogos, documentalistas, fotógrafos, periodistas... Nos llevan años luz», afirma Tomás García.

«El Archivo Municipal de Cartagena puso en marcha el 'Archivo de la palabra', y organizaron talleres en las casas de la cultura para realizar unos registros», recuerda María Luján. «Pero el Archivo Municipal de Murcia y el Archivo General de la Región de Murcia tendrían que tener más profesionales trabajando en esto. Igual que se donan documentos impresos podría hacerse con los documentos sonoros», opina García.

«En Valladolid hay 10.000 documentos sonoros de tradición oral de Castilla y León en formato abierto, nos llevan años luz»

El doctorado de Tomás García en 'Técnicas y métodos actuales en información y documentación' y, sobre todo, la tesis doctoral defendida en 2012, bajo el tema 'Fuentes informativas para el estudio de las fiestas tradicionales de invierno en el sureste peninsular (1879-1903), dirigida por la doctora María Dolores Ayuso García en la Universidad de Murcia, fue la catapulta para muchos otros proyectos. «Fueron cuatro años a tope», recuerda García. «Me consulté entero el 'Diario de Murcia'. Y a raíz de ahí salieron los discos de 'Mujeres con raíz', los tres cedés de la Cuadrilla Murciana, 'Los sonidos de la tradición', 'Instrumentos para la fiesta'... Nos han ayudado muchísimos colectivos».

Lo revolucionario de 'La voz de la mujer en la Región de Murcia (Documentos sonoros de tradición oral)' para María Luján es «que nos ha permitido poner los pies en el siglo XXI, y en cómo se investiga el pasado en este siglo XXI, porque hay que mirar atrás y conocer lo que nos cuentan las abuelas, pero también intentar mantener la tradición, y eso es lo que hemos querido conseguir. ¿Cómo aprenden hoy los niños el cancionero infantil? ¡Gracias a las maestras! ¿Cómo un joven de 17 años de hoy puede conocer el folclore? ¡Las nuevas tecnologías!».

Uno de los regalos de Primera Comunión que recibió Tomás García fue un walkman y una grabadora. «Mis primeras grabaciones ya las hice con esa grabadora de la Comunión y son de 1998. Con 17 años yo ya grababa con cintas TDK que compraba en la ferretería de Guadalupe. Como no teníamos dinero, las pilas las reutilizábamos. Y hemos perdido mucho material a la hora de digitalizar, porque no corría el mecanismo o no se oye bien». Este trabajo que ahora presentan en Tres Fronteras incluye cien cortes de música antigua y grabaciones desde finales de los 90, de campo en el siglo XX con grabadoras modernas, «y grabaciones profesionales con mujeres que hemos metido en estudios de grabación». De modo que tenemos material de los últimos 25 años con informantes de toda la Región de Murcia. «Hemos ido a la aldea de La Rogativa, al Campo de Cartagena, a Caravaca... Tenemos contactos por todos los sitios». Un trabajo que exigía contrastar la información proporcionada por las fuentes. «Y era muy importante huir de lo rancio». De hecho, el volumen, diseñado por el estudio Paparajote, con fotografías, poemas y canciones, además de códigos QR para acceder a los archivos sonoros, es un acierto.

Arriba, Salvadora Matallana al baile con las postizas en Cehegín. A la izquierda, colección de cedés de los investigadores. A la derecha, uno de los códigos para acceder a los documentos sonoros. Tomás García / Javier Carrión / AGM
Imagen principal - Arriba, Salvadora Matallana al baile con las postizas en Cehegín. A la izquierda, colección de cedés de los investigadores. A la derecha, uno de los códigos para acceder a los documentos sonoros.
Imagen secundaria 1 - Arriba, Salvadora Matallana al baile con las postizas en Cehegín. A la izquierda, colección de cedés de los investigadores. A la derecha, uno de los códigos para acceder a los documentos sonoros.
Imagen secundaria 2 - Arriba, Salvadora Matallana al baile con las postizas en Cehegín. A la izquierda, colección de cedés de los investigadores. A la derecha, uno de los códigos para acceder a los documentos sonoros.

Del teatro al trovo

De lo más antiguo conservado con la grabadora de la Comunión, por ejemplo, García cita unas oraciones a las ánimas benditas y unos romances de Josefa Ruiz Nicolás. «¡Tomás es como un archivo!», asegura María Luján, cuya casa en Guadalupe, con amplios espacios, se erige en un verdadero centro de documentación. Hay referencias a mujeres de la Región de Murcia que han destacado en la dramaturgia (Carmen Conde, Fuensanta Muñoz Clares, Diana de Paco, Raquel Garod, Natalia Yurena Rodríguez...), en el teatro (desde Marta Nieto a Margarita Lozano, Finita Imperio, Charo Baeza o Elvira Albero Pineda), en la poesía (desde María Cegarra, Carmen Conde, Josefina Soria, Dionisia García, María Teresa Cervantes y Concha Fernández-Luna a Beatriz Miralles de Imperial, Cleofé Campuzano, Annie Costello y Marina Alcolea), en el trovo (de Ana María Escarabajal y Dolores Terrer a Marisa Pérez Molino, Patricia Navarro, Natalia Martín Galindo e Isa Martínez), en el cante (de 'La Satisfecha' y Concha La Peñaranda a Encarnación Fernández), en el folclore (de Carmen Soto Jiménez 'La Tía Carmen La Pereta' a Carmen María Martínez Salazar, Mari Cruz Sánchez López o Consuelo González López)... «Es que hace un siglo había mucho teatro popular en los pueblos, y la gente aprendía en el seno de la hermandad, de la cofradía... Por ejemplo, se reunían para hacer el Auto de Reyes Magos, y eso con los años ha dado lugar a actores y actrices muy reconocidos. En la huerta de Murcia, en Churra, Javalí, Rincón de Beniscornia... son muy importantes. Ahora ya hay una profesionalización», celebra María Luján.

«En el 97 había aún mujeres mayores que recitaban romances del tirón recordando a ciegos que vendían pliegos de cordel»

La investigación para el libro concluyó en 2016. «Hay mucha literatura que se ha perdido, y eso es una pérdida para todos. Fábulas, oraciones, romances... porque ya no tenemos esa memoria. Mujeres de hace un siglo sabían recitarnos retahílas, cuentos...», lamenta la documentalista. El trovo hoy está en ebullición, hay escuelas de trovos en determinados centros culturales de Murcia. «Creemos que el trovo se ha salvado», dice Tomás García: «La gente de 70 años ya no recuerda los romances. Pero en el 97, cuando hice algunas grabaciones, había mujeres mayores que nos recitaban romances del tirón, porque recordaban a los ciegos que todavía iban en los años 50 cantando y vendiendo los pliegos de cordel». Esto ha sido investigado por Francisco Flores Arroyuelo y uno de sus discípulos, Emilio del Carmelo Tomás Loba, quien con Paco López Mengual rescataron muchos de esos antiguos romances.

Mención aparte merecen las oraciones de protección para las tormentas y rayos, las oraciones de buena muerte, para curar mordeduras y para encontrar objetos perdidos, que a buen seguro inspirarán otro número de Ababol.

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