Un lustro de escalada hacia la excelencia

El 3 de mayo de 2015 se sentaba Paco Belmonte por vez primera en el palco del Cartagonova. El estreno, del que ayer se cumplieron cinco años clavados, no pudo ser más negro: una derrota contra el Betis B por 0-2 que obligaba al conjunto entonces entrenado por Manolo Palomeque a ganar los dos últimos partidos de aquella Liga, en Jaén y en casa ante La Roda, para no despeñarse hasta la Tercera División. Finalmente, el Efesé sumó cuatro puntos, se agarró al 'playout' y aquel milagroso gol de Carlos Martínez en Las Palmas de Gran Canaria salvó los muebles. Un lustro ha pasado ya. Y es momento de hacer balance de los cinco primeros años de Paco Belmonte al frente del Cartagena.

«Lo que más valoro yo es que ha sido capaz de mantener ilusionada y enchufada al proyecto a la afición durante cinco años, a pesar de no haber conseguido el ascenso, algo que estoy convencido que va a llegar este año, en el 'playoff' exprés o porque suban los cuatro líderes por la pandemia», subraya el ilicitano Paco López, presidente del Cartagena entre marzo y junio de 2014 y director general con Paco Gómez desde 2008 hasta 2013.

El sucesor en el cargo de López, el valenciano Javier Marco, destaca que «la llegada de Belmonte fue, sin duda, lo mejor que le podría haber pasado al club. Él era el que más clara tenía su idea de proyecto, de todos los que vinieron a comprarnos el equipo. Acertamos dándoselo a él. Es un tipo serio, comprometido y con las ideas claras. Lo mejor es que le ha dado paz social y política al club, además de la estabilidad económica y mercantil lograda. Lo peor de todo es no haber ascendido, cuando se lo merece desde hace tres años», opina Marco, presidente del Cartagena en la temporada 2014-15.

Para Fran de Paula, «lo más positivo es la estabilidad lograda en el club, algo que parece fácil pero no lo es. Y solo hay que mirar a los equipos que tenemos alrededor y a la propia historia turbulenta del Cartagena. En lo deportivo, el mérito de Paco [Belmonte] es incuestionable. Lo negativo es no haber conseguido el ascenso todavía. Porque él no vino a Cartagena para tener al equipo en Segunda B durante diez años. Y para que el modelo de club que él tiene en la cabeza pueda seguir creciendo, necesitamos ascender ya», explica el que fuera presidente albinegro en el curso 2013-14.

En la misma línea está Mariano Sánchez, leyenda del cartagenerismo. «Mejor, imposible. Ni una pega podemos ponerle a su gestión económica y deportiva. Está realizando un trabajo formidable y lo único que le falta es conseguir el ascenso. Si mantiene esta línea, llegará», pronostica el pinatarense, quien jugó un total de 312 partidos con la camiseta del Cartagena entre 2005 y 2014.

El notable alto, rozando el sobresaliente, se lo dan también los peñistas a su presidente. «Paco Belmonte ha abierto las puertas del club al empresariado de la ciudad y ha cambiado la mentalidad de la gente. Es un cambio histórico, porque antes nadie quería arrimarse a la directiva de turno. Ahora, las empresas se acercan al equipo e invierten. Tienen seguridad y ganas de apoyar. Hay más patrocinadores que nunca y el proyecto del FCC Business es un éxito rotundo», valoran Miguel Ángel Muñoz, Pencho Angosto, Wiro Jiménez, Luis Garrido y Antonio Cepeda, dirigentes de la Federación de Peñas del club.

«No hay deudas. El concurso se sacó adelante y se cumple con Hacienda y Seguridad Social. El club paga a sus jugadores. Y paga bien. Por eso, siempre está luchando por el ascenso. Y, por eso, ha conseguido que su masa social nunca baje de los 7.000 abonados, algo que nunca antes habíamos visto en Cartagena», aplauden los líderes de las peñas albinegras.

Como aspectos a mejorar, entienden que el presidente «debería abrir más el club y que en la directiva, donde solo están él, su pareja [Ana García] y Manuel Sánchez Breis, se incluyera a gente de Cartagena con capacidad para asesorar. Y también nos gustaría que el abonado pudiera comprar acciones del club, aunque fuera solo a nivel testimonial. El verdadero valor del Cartagena está en la fuerza de sus aficionados», indican.

Belmonte, periodista de profesión, sigue sacando buena nota si se le pregunta a los que un día fueron sus compañeros en el oficio. «La gestión deportiva es muy buena, con el Cartagena ahora luchando siempre por el primer puesto. El modelo económico sostenible, con las cuentas saneadas, da sus frutos cada temporada y la buena relación con empresas y patrocinadores es evidente. Al Cartagena le vuelven a abrir las puertas en las oficinas, bancos y despachos», apunta Jorge Velázquez, de 7TV Región de Murcia.

«Me cuesta más encontrar aspectos negativos de estos cinco años de mandato de Belmonte –añade Velázquez–, pero diría que no ha sido capaz de solucionar lo de la ciudad deportiva, ha tenido en algún momento alguna salida de tono que un presidente de un club debería evitar y sigo creyendo que el Efesé está demasiado cerrado en la ciudad de Cartagena. Se hace muy poco para llevar el sentimiento albinegro a las diputaciones y a otras localidades de la comarca», afirma el periodista nacido en Pozo Estrecho.

Por su parte, Pedro Caparrós, de Gaceta Cartagonova, señala que «estamos hablando de una gestión positiva a todas luces, máxime si recordamos temporadas anteriores a la llegada de Belmonte y Sánchez Breis, a las que ya no merece la pena aludir. Todos conocemos cómo acabaron. Hubo alguna reticencia cuando vinieron y pronto disiparon cualquier duda. Salvaron al equipo del descenso, saldaron la deuda con Hacienda y Seguridad Social y las temporadas acaban sin denuncias en la AFE. ¿Qué más se puede pedir? La modernización del club es un hecho y ahora se abren puertas que siempre estuvieron cerradas. Las empresas apoyan como nunca antes. El Cartagena es hoy un club de verdad, del que nadie habla mal y al que muchos jugadores quieren venir. Belmonte y Sánchez Breis han logrado hacer del Efesé una gran tarta a la que solo le falta la guinda del ascenso. Barça B, Rayo Majadahonda, Extremadura y Ponferradina lo impidieron. Esperemos que la Covid-19 no sea el quinto enemigo», aporta Caparrós.

En resumen, de este lustro de constante búsqueda de la excelencia se pueden extraer hasta una docena de cuestiones muy positivas. De la mano de Belmonte y Sánchez Breis, el Cartagena ha tenido siempre un proyecto deportivo ganador, ha consolidado una cantera propia en Ciudad Jardín y ahora en las Seiscientas, ha multiplicado por diez sus ingresos por patrocinios (de 48.000 euros a más 500.000) y se ha llevado a cabo la remodelación del estadio y la primera sustitución del césped desde su inauguración, en 1988.

Además, han quedado saldadas todas las deudas con Seguridad Social y Hacienda, el club ha encontrado por fin un himno de la mano del alicantino Filiu, vuelven a cobrarse subvenciones municipales y la recuperación del prestigio a nivel nacional es palmaria, así como la mejora en imagen, responsabilidad social corporativa y marketing. Por último, haber recabado el apoyo de 160 empresas para el proyecto solidario FCC Business, en apenas medio año, es la culminación a una labor estupenda, cuyo éxito es incontestable.

También hay, por supuesto, algunas manchas en esta etapa. Lo peor, desde luego, es no haber sido capaz de lograr un ascenso con las grandes plantillas que cada temporada ha tenido el Efesé. Pero hay más: el tiempo va pasando y el sueño de aprovechar estos años de bonanza para construir la anhelada ciudad deportiva se esfuma. Ahora, con la crisis económica que seguirá a la sanitaria, las cosas se van a poner muy crudas. El Cartagena, por último, es incapaz de conectar con aficionados de municipios vecinos. Los Alcázares, San Javier, Torre Pacheco, Fuente Álamos y Mazarrón siguen siendo lugares mayoritariamente teñidos de grana. Hay que hacer más.