Álex Jiménez, el futbolista que se convirtió en popular tras colgar las botas
Disputó seis partidos con el Efesé, pero pocos recuerdan la etapa como jugador de uno de los entrenadores personales más conocidos de Cartagena
Se llama Álex Jiménez, tiene 31 años y jugó en el Efesé. Solo 6 partidos, siempre saliendo desde el banquillo. En total, 104 minutos. Fue en la temporada 2015-16, la primera de la 'era Belmonte'. Por eso, muy pocos saben quién fue el futbolista Álex Jiménez. Sin embargo, este gaditano de Sanlúcar de Barrameda que llegó a Cartagena de rebote es hoy uno de los entrenadores personales más populares de la ciudad. Acaba de abrir Espacio Moveo, en el número 12 de la calle doctor Luis Calandre, un local utilizado hasta el pasado mes de junio por Ribera Salud como centro de fisioterapia deportiva. Su persona de referencia, el conocido fisio Chema Faraco, se ha mudado a la clínica de José María Lapuerta y Álex Jiménez se ha separado de su amigo y se ha quedado con el local, para convertirlo en un lugar distinto, dedicado «al movimiento, al rendimiento y al bienestar». Allí tienen su sitio todos: deportistas de élite, futbolistas de Tercera, personas que quieren perder peso, otras que quieren muscularse, embarazadas en busca de recuperar su figura, lesionados que necesitan volver a empezar tras una operación... Solos o en grupo. Por allí pasa mucha gente cada día. Así, hoy muchos ya saben quién es el entrenador Álex Jiménez. «Por el boca a boca», apunta él mismo.
Buen conversador, resume su propia historia y su inesperada llegada a Cartagena. «Estuve en las categorías inferiores del Cádiz, de los 13 a los 19 años. No di el salto al primer equipo y Javi Manzano [quien fuera segundo entrenador de Carlos Ríos en el Cartagena que descendió a Segunda B en 2012] me dio la oportunidad de firmar por el Real Murcia Imperial, en el verano de 2014, porque conocía gente en el club. Era un buen proyecto y, además, me permitía estudiar en San Javier la carrera de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFD). Javi me conocía de la selección andaluza sub-15 y sub-17 y vine con otros tres chicos de fuera. El problema es que a los pocos días bajaron al Real Murcia a Segunda B en los despachos y todo el proyecto del Imperial se fue al garete. No llegamos a incorporarnos y me salió la oportunidad de ir al Plus Ultra, con Alberto Castillo de entrenador. La UCAM colaboraba con el proyecto y tanto Isi Ros como yo nos salimos ese año en Tercera. Yo hice 8 goles y di un puñado de asistencias esa temporada», cuenta el propio Álex Jiménez.
Sin minutos
El verano siguiente le llamó el Cartagena. «Ahí fue importante la figura de Javi Jaén, que era el que mejor me conocía. El caso es que llegué un poco para completar plantilla, como sub-23. Pero en la pretemporada volé. Víctor se enamoró de mí, pero la verdad es que en la liga me puso poco. Y tampoco me dio minutos [Alberto] Monteagudo», recuerda. Él actuaba como extremo, «aunque era el típico que prefería jugar por dentro para estar siempre en contacto con la pelota». En esa plantilla estaban Cristo Martín, Juanlu Hens, Chus Hevia, Menudo, Luque, Quique Rivero y Pepe Palau. Y en enero llegaron Indiano y Gladestony. Era casi imposible hacerse un hueco.
No triunfó en el Efesé, pero hubo una noche que cambió su vida para siempre. Tras la victoria en el derbi contra el Real Murcia del 30 de abril de 2016 (2-1, con goles de Chus Hevia y Juanlu Hens para los locales y de Chavero para los granas), salió de fiesta con sus compañeros para celebrar el triunfo y conoció a Carmen, quien desde entonces es su pareja y ahora madre de sus dos hijos, Mauro (de 3 años) y el recién nacido Alejandro. Desde ese momento, por culpa del fútbol siempre fue de un lado para otro. Pero supo que su destino final sería Cartagena. «Era buen futbolista y me queda la espina de no haber llegado más lejos y de haber colgado las botas tan pronto», lamenta. Lo dejó con 28 años, tras una temporada «de malas sensaciones» en La Unión.
El fútbol, aparcado
Después de tres cursos trabajando como recuperador con los pacientes de Chema Faraco en Ribera Salud, la pasada primavera vio la ocasión «de montar algo propio, que me llenara» y que «creo que tiene su espacio en Cartagena». Así, ha dejado sus obligaciones como segundo entrenador del filial del UCAM CF –estuvo las dos últimas temporadas con su amigo Pedro Alburquerque–, ha rechazado todas las ofertas que le han hecho este verano para ser preparador físico o segundo en varios clubes de la Región y se ha centrado «en exclusiva» en abrir las puertas del Espacio Moveo, tras una reforma integral de unas instalaciones que necesitaban un lavado de cara.
En esta nueva aventura le acompañan los fisioterapeutas Adrián Muñoz, Elena Dupuy y Álvaro Molero, los entrenadores personales José Fran Segado y Marco Sánchez y la nutricionista Lorena Luján. Arrancaron el proyecto hace poco más de un mes y la actividad allí es incesante. Mañana y tarde, en horario continuado, se suceden las clases con ejercicios adaptados a todas las edades. Poco importa en Moveo quién está en mejor o peor forma. Allí lo que importa es, como su propio nombre indica, moverse. No parar.
«Está viniendo mucha gente que ni siquiera sabía que aquí había un centro de entrenamiento. Y hablo de vecinos de la zona de la Alameda o del centro. Gente que está aquí al lado y al entrar se sorprende de las instalaciones que tenemos. Todo es nuevo, lógicamente. Y el servicio que damos es integral, porque incorporamos nutrición y fisioterapia al tema de entrenamiento funcional y recuperación de lesiones», explica Álex Jiménez, que en los últimos años se ha convertido en un auténtico especialista en la recuperación y puesta a punto de personas operadas del ligamento cruzado de la rodilla. «Es raro el día que no me entra un cruzado roto por la puerta», confiesa.
Así las cosas, nada queda ya del futbolista, aunque admite que a sus 31 años «siempre está ahí» la idea de volver a jugar. «Igual queda feo decirlo, pero yo era un jugón, un futbolista de toque. Y ya no me veía jugando en esos campos de Tercera al pelotazo. Lo mío era el fútbol 'tipo Barça' y en Tercera ya no tenía ninguna motivación. Me faltó carácter competitivo y un poco de suerte. En el Socuéllamos viví un año increíble (11 goles y 8 asistencias). Iba a más, pero cuando mejor estaba, en el Toledo, llegó la pandemia. Al final, jugué seis promociones de ascenso a Segunda B y no subí ninguna vez», subraya un Álex Jiménez que pasó por Cádiz B, Plus Ultra, Cartagena, Eldense, Águilas, Socuéllamos, Alcobendas, Azteneta, Toledo, Quintanar del Rey y La Unión, donde todo acabó. Y, la vez, todo empezó para un Álex Jiménez que sabe que hay vida después del fútbol.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión