Cinco miradas a la transformación de Sierra Nevada

La Fundación Pedro Cano nos invita a 'Mirar Sierra Nevada' a través de la exposición que el pintor almeriense Francisco Carreño ha montado en el que sin duda es el centro neurálgico de las artes del Valle de Ricote. Estará abierta al público en los habituales horarios de la Fundación hasta el próximo 22 de junio. Se trata de la parte práctica de una tesis doctoral que el autor ha defendido recientemente en la Universidad de Granada que combina la historia del arte, la geografía, la ecología y la creación plástica para analizar cómo este territorio pasó de ser un paraje inhóspito a representar un símbolo cultural y natural profundamente arraigado en el imaginario colectivo. La exposición reúne cartografías pictóricas, obras originales y fichas técnicas que reflejan la transformación del paisaje a través de los siglos.

Carreño ha querido plasmar óleo sobre lienzo la inmensidad de Sierra Nevada a través de cinco perspectivas distintas: la primera, de carácter humano, que evoca la luz y la calidad al más puro estilo de Joaquín Sorolla; la segunda, más científica, con un diálogo con botánicos y naturalistas; la tercera mirada, romántica; la cuarta, para plasmar la vida en la alta montaña en los tres puntos más altos (Mulhacén, Veleta y Alcazaba); y la quinta, inspirada en el Padre Ferrer, un sacerdote de Granada considerado como el primer investigador que escribió un libro sobre el impresionante monte granadino.

«La tesis, con cinco años de investigación, es la que me ha inspirado para llevar a cabo este trabajo y desde sus diferentes miradas», afirma el pintor, quien se confiesa un «enamorado» del paisaje granadino y, de hecho, dice inspirarse sobre el terreno para pintar sus cuadros. Con esta muestra «invito a reflexionar sobre la evolución del paisaje en la pintura desde una mirada contemporánea», subraya.

La exposición cuenta con al aval del maestro Pedro Cano, quien estos días acompaña Carreño en algunas de las visitas guiadas que se están organizando. «Ver a un maestro como Pedro estar a tu lado desde crío es una suerte increíble, y eso ha marcado mi vida y también mi estilo, quitándome el miedo a pintar y a expresar por medio de ella mis más puros sentimientos», remarca Francisco Carreño.

Para Pedro Cano, «estamos ante un gran artista que ya desde niño mostraba sus dotes de pintar al natural, sacándole el alma a las cosas, partiendo de una visión de la Vega granadina, con sus perfiles y describiendo a través de la pintura hasta la climatología y las plantas que habitan en el lugar».

Hace 26 años, Carreño obtuvo una beca para el primer seminario de pintura de paisaje que el ayuntamiento de Blanca organizó, y que Hernández Pijuan y Cano impartieron a cuatro manos. Según Pedro Cano, desde el primer momento encontró en la pintura del joven almeriense un indiscutible poder pictórico y una forma de afrontar el paisaje completamente personal.