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Recogida de limones en una finca molinense. Javier Carrión /AGM
Agro

Cómo extraer ventajas del cambio climático

Un estudio de cuatro años financiado por la Agencia Estatal de Investigación trata de evaluar los posibles beneficios que pueden obtenerse en los regadíos de la Región de la adaptación a un nuevo entorno

Martes, 27 de agosto 2024, 01:19

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Todo cambio implica una oportunidad. Este aforismo de la economía también alcanza al fenómeno del calentamiento global y la agricultura, donde los males de la transformación climática que ya se están experimentando también llevan aparejados una serie de beneficios que el catedrático de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) Francisco Alcón, junto a un equipo de especialistas, trata de desentrañar en un estudio de cuatro años financiado por la Agencia Estatal de Investigación. El título del trabajo, 'Evaluación socio económica de la adaptación al cambio climático de la agricultura de regadío en cuencas semiáridas', revela que el proyecto se centra en entornos como el de la Región.

«Teníamos claro que el cambio climático es un nuevo reto al que se tienen que enfrentar los agricultores de frutas y hortalizas en la actualidad y queríamos utilizar nuestra experiencia en valoración de bienes para los que no existe un mercado, como los ambientales y sociales, a fin de estimar los beneficios reales para la sociedad asociados a la realización de prácticas de cultivo alternativas», explica el especialista en economía agraria.

Alcón colidera este proyecto presupuestado en casi 85.000 euros que concluirá dentro de doce meses. Con esta iniciativa, añade, se persigue «dar soporte a políticas que apoyen a los agricultores en esta transición».

350 millones anuales

El proyecto, en el que Alcón es investigador principal junto al catedrático de la Universidad de Murcia (UMU) José Miguel Martínez Paz, también cuenta con la participación de los investigadores Narciso Arcas, Federico Martínez-Carrasco, Alfredo Pérez, Ángel Perni y José Ángel Zabala.

Este último defendió hace dos años su tesis doctoral en la que se estima que la agricultura regional aporta beneficios ecosistémicos de 800 euros por hectárea al año.

Esta original cuantificación de «las contribuciones del sector primario al bienestar de la ciudadanía» forma parte de esa «experiencia en valoración de bienes para los que no existe un mercado», a la que alude el catedrático de la Universidad Politécnica de Cartagena, director también, junto a José Miguel Martínez Paz, de la tesis de Zabala.

Entre los beneficios no mercantiles de los cultivos agrícolas que los ciudadanos de la Región de Murcia perciben, se encuentran, de acuerdo con la tesis, la seguridad alimentaria, la regulación de la temperatura, el sustento a la biodiversidad y el entorno atractivo para actividades de ocio y recreo que se genera en torno a las diversas plantaciones que se realizan en la Región.

«Con todo ello, el valor de 'no-mercado' de los servicios ecosistémicos asciende a más de 350 millones de euros anuales, lo que se traduce a unos 800 euros por hectárea al año, equivalente al 22% del valor añadido bruto de la agricultura regional», estima José Ángel Zabala.

De acuerdo con el catedrático de la Universidad Politécnica, «los resultados de la tesis dan soporte al diseño de políticas agrícolas que aseguren la disponibilidad de recursos hídricos para la agricultura y fomenten un uso eficiente de los mismos».

A la vez, se minimizan el impacto de las actividades agrícolas en los ecosistemas que la rodean, «para que así obtengan un apoyo social generalizado».

En el proyecto que ahora lideran Alcón y Martínez Paz, en el que la variable de la adaptación al cambio climático es central, se proponen hallar los incentivos socioeconómicos que hagan posible la implementación de prácticas de cultivo en el marco de las nuevas circunstancias climatológicas. El objetivo, en palabras del experto Francisco José Alcón, es «maximizar el bienestar social proporcionado por la provisión de los servicios ecosistémicos y contra-servicios ecosistémicos de la actividad agraria en una zona semiárida».

El investigador principal detalla que, para lograrlo, evalúan los costes y beneficios, tanto de mercado como ambientales, de media docena de «prácticas de cultivo que contribuyen a la adaptación o mitigación del cambio climático a través de la reducción del consumo de agua o la pérdida de suelo, la fijación de dióxido de carbono o el incremento de la biodiversidad».

Finalmente, estas prácticas se modelizan para evaluar el impacto de la adopción de nuevas políticas de adaptación de la agricultura murciana a un futuro cambio climático.

La singularidad de esta evaluación es que está orientada a la agricultura de regadío en cuencas semiáridas, como en concreto las de la Región.

De hecho, también se desarrollan iniciativas similares en el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa), para determinar en este caso el retorno de estas políticas basándose en los resultados obtenidos por los agricultores de la dehesa, «y en Córdoba se han centrado más en el olivar», revela el catedrático de Economía Agraria de la Politécnica de Cartagena.

Hace unos años, además, el grupo operativo 'Adaptación del sector de frutales de hueso al cambio climático' concluyó un estudio de dos años sobre la incidencia del calentamiento global sobre un sector que factura en la Región varios cientos de millones de euros al año.

Producción extratemprana

La producción temprana y extratemprana de estos productos se encuentran entre las ventajas que los especialistas apuntan para los cultivos de fruta de hueso de la Región en un nuevo entorno que –no conviene olvidar– que resulta eminentemente negativo, lo que no impide tratar de darle la vuelta para encontrarle su mejor cara, como siempre ha hecho un sector acostumbrado a enfrentar contratiempos.

José Ángel Zabala y Francisco Alcón, en la Escuela de Agrónomos de Cartagena. UPCT

Los políticos, en el punto de mira

La investigación para calibrar el aporte socioeconómico de la adaptación agrícola al cambio climático que encabezan los catedráticos Francisco José Alcón y José Miguel Martínez Paz, de la UPCT y de la UMU respectivamente, tiene implícito un destinatario particular: la clase política. «La evaluación integral de las prácticas de cultivo permitirá a los decisores públicos poder tomar iniciativas informadas que maximicen el bienestar de la sociedad en general y de los agricultores en particular», resume el especialista de la universidad cartagenera.

En este trabajo participan investigadores del Área de Economía, Sociología y Política Agraria de la UPCT y del departamento de Economía Aplicada de la UMU. La información obtenida está permitiendo la elaboración de la tesis doctoral de Víctor Martínez-García, becario del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

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