Casa con aire tropical y memorias de verano

En el estudio Laura Ortín nos preguntamos: ¿Puede el 'estilo mediterráneo' tener una nueva lectura? ¿Puede una casa urbana ofrecer una atmósfera estival sin caer en el cliché?

Atendimos a los deseos de nuestros clientes de tener una casa fresca, agradable y confortable desde nuestras raíces pero con organización de estancias, materiales y geometrías más contemporáneas.

Como una suerte de espiral (o caracola), la casa se organiza en torno a un centro curvo que te desliza hasta las habitaciones. Este recorrido se realiza por un espacio comprimido en tono verde aguamarina que provoca un efecto expansor cuando 'sales' a las habitaciones anexas. Imagina que vas buceando por una sima (el pasillo) y sacas la cabeza en un espacio abierto (las habitaciones), esa es la sensación. Pero no por ello queremos que vayas rápido, el camino también se disfruta.

El color verde aguamarina se convirtió durante el proceso de diseño en el color fetiche de la casa, gustó tanto a los clientes que lo llevamos por todos los espacios, salpicando ciertos puntos del mobiliario para conseguir un interiorismo conectado y en diálogo.

Otra pieza clave fue ampliar la terraza con una balconera corredera curva, algo muy especial que crea un rincón exterior donde realmente apetece estar. Las plantas seleccionadas tienen un aire tropical y el techo en gresite irisado trae al recuerdo los reflejos del agua del mar.

Por último, el diseño especial realizado para la pieza artística de la pared del comedor. Sabíamos que en esa pared debía aparecer algún destello, un reflejo o punto de atracción de miradas para equilibrar el gran espacio de salón-comedor. Un punto de fuga especial. Colaboramos con Garra Studio, que diseña y fabrica una pieza 'site specific', la lámpara OH! Esta pieza juega con la percepción del que la mira, puede ser desde una mariposa, un animal marino o un corazón abierto, los reflejos y texturas crean un ambiente embriagador en todo el salón.

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