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Óscar Pérez, caracterizado como Raffaella Carrá, en su casa de Mazarrón. José María Rodríguez / AGM
Por un golpe de cabeza

Por un golpe de cabeza

PROPIOS Y EXTRAÑOS ·

Óscar Pérez 'OscaRrá', profesor de inglés y doble de Raffaella Carrá, ha viajado a Italia tres veces para ver a la diva. «En la otra vida seguiré con ella», se encadena

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Martes, 8 de agosto 2017, 22:55

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Vistas con perspectiva, aquellas cintas de casete con los 'mix' del verano no resultaron nada inocuas. En las manos del niño Óscar, aún por tierras de Reus, en el mismo Tarragona, cayó 'Verano Disco Mix 85' con las canciones de Sade, Iván, Los Inhumanos y la arrolladora voz de Raffaella Carrá en 'Dolce far niente', y nada volvió a ser igual. «Yo tenía 5 años y ella solo me gustaba, pero cuando hizo el programa 'Hola Raffaella' en TVE en 1992, ya se convirtió en mi obsesión», comenta este 'profe' de inglés, con nombre de guerra, 'OscaRrá', porque así es él, una fusión del niño Óscar y la diva italiana.

«¿Te acuerdas que ella llamaba a una casa y a quien le contestaba ¡Hola Raffaella! le daba un premio? Yo rezaba para que sonara el teléfono en casa. Un día llamó a una mujer de Murcia que le dijo: 'Me llamo Fuensanta' y ella contestó '¿que fuiste santa?'», clava OscaRrá la voz de la presentadora. El estudio minucioso de voces y gestos ante miles de vídeos de Youtube han dado como resultado un doble de lo más logrado, excepto en la talla de vestuario. «Ahora me he hecho unos trajes más holgados porque con el verano engordo un poco», se permite el transformista, que removió las piedras del imperio hasta lograr una peluca como la impecable melena ochentera de la Carrá.

  • Quién Óscar Pérez Vorre.

  • Qué Profesor de inglés y doble de la Carrá.

  • Dónde Cartagena.

  • Gustos Italia y la música de Raffaella.

  • ADN Perfeccionista y alegre.

  • Pensamiento «No me asusta la muerte. Ya muerto qué más dá».

Se ha instalado de tal manera en su vida la cantante de 'Explota mi corazón', que Óscar concilia su vida laboral de día, como profesor con exámenes que corregir, con otra nocturna y glamurosa de trajes de lentejuelas y botas con alza. «Soy como ella reencarnada», se siente Óscar un álter ego de la reina 'kitsch' a la italiana. «Con 'Fiesta' se me ponen los pelos de punta, y el golpe ese suyo de melena con 'Explota explótame expló' lo bordo», no oculta su pasión, que se trajo de Reus a Cartagena con el traslado familiar. «Yo me asomaba por la ventana del ático de Los Barreros y pensaba, si la vida nos manda aquí, por algo será», reflexiona el Óscar sin peluca.

«Yo soy como Raffaella, su público es el mío. Me debo a ellos»

Donde le iba a mandar el destino es a la misma Italia, ya que el devoto 'groupie' se asoció al Club de Fans oficial de la Carrá y se unió a la convención de seguidores rafaelistas en Roma. «Había fans, pero también fotógrafos, modistos y gente que ha trabajado con ella. En España tiene pocos imitadores, pero en Italia es un furor. Ella apareció rodeada de guardaespaldas y, entre todos los admiradores, me miró a mí y dijo: 'Os quiero'. Yo tenía el corazón en el cuello, como si viera a Jesucristo», recuerda sobrecogido. Aquel cruce de miradas le dio gasolina a OscaRrá para plantarse en Milán y, en el rodaje del programa 'La Voz' en el que participa la cantante, acechar el momento de otro encuentro: «El rodaje duró ocho horas, y yo allí, sin ir ni al aseo para que no se me escapara, hasta que pasó por mi lado y yo le grité 'Raffaella, vengo de España a verte, ¡desde La Manga del Mar Menor!'. Frenó en seco, vino hacia mí y, cogiéndome la mano, me dijo: '¿Pero cuántos aviones has tenido que coger, criatura?'. Fue muy especial».

Desde la costa murciana, OscaRrá mantiene vivo el legado universal de la rubia explosiva con actuaciones en fiestas y discotecas. El transformista peina ya su peluca para la actuación prevista para el próximo viernes, 11 de agosto en Mazarrón. El niño Óscar, que de pequeño hacía coreografías de Bonie M. en su habitación, sale ahora entre aplausos como una Raffaella renacida con su Ballet Zoom. «Bueno, el mío se llama Renacer, y son muy buenos», se promociona.

A Óscar le remuerde la conciencia hasta al cruasán del desayuno por defender a la diva como se merece en el escenario. «¿Has visto cómo se conserva?», la admira, inalcanzable como el tiempo que vuela. «Me pregunto qué ha pasado, que antes tenía 17 años y de pronto me he plantado en 38», reflexiona Óscar, obligado a mantener el cutis y la flexibilidad de una diva: «Yo soy como Raffaella, su público es el mío. Me debo a ellos, y en la otra vida, si ella me deja, seguiremos juntos».

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