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Manuel Valls besa a Anne Gravoin en una cena oficial.
La cuerda sensible

La cuerda sensible

Anne Gravoin, esposa de Manuel Valls, violinista, productora y fundadora de su propia orquesta, interfiere en la agenda política por su linaje judío y sus mecenas

FERNANDO ITURRIBARRIA

Lunes, 1 de agosto 2016, 12:34

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La violinista Anne Gravoin, esposa de Manuel Valls, pone la música de la marcha triunfal del primer ministro francés en la conquista del poder. Fundadora de su propia orquesta, productora artística y arreglista de canción ligera, ha sabido tocar la cuerda sensible del gobernante nacido en Barcelona, hijo de pintor figurativo y sobrino-nieto del compositor del himno del Barça. Político y concertista forman un armónico dúo de ambiciones acompasadas al que sus detractores buscan notas desafinadas por el linaje y los mecenas de la mujer.

Anne Gravoin nació el 4 de noviembre de 1965 en Montauban, a 50 kilómetros de Toulouse, donde se había afincado su abuelo materno, un exiliado judío que huyó de la Moldavia soviética para escapar del estalinismo y cursó estudios de medicina en Estrasburgo. La nieta del doctor Corenfeld heredó la vocación musical de su padre, violinista titular en la orquesta filarmónica de Radio France. En Montauban está enterrada su madre, profesora de inglés, fallecida en 1993. En el cementerio también se encuentra la tumba de Manuel Azaña, presidente de la Segunda República española. En otro signo premonitorio, el museo Ingres de la localidad dedicó una exposición retrospectiva al artista republicano Xavier Valls en 1981 cuando Manuel, su hijo, tenía 19 años y aún no se había nacionalizado francés.

Primer premio de violín y música de cámara del conservatorio de París, la brillante instrumentista tuvo en 1992 una hija, Juliette, de un primer marido del que se divorció ocho meses después. En la década de los años 2000 su camino se volvió a cruzar con el de Valls, con quien había tenido un fugaz idilio estudiantil. Le insistió para que asistiera a uno de sus conciertos y el antiguo ligue cayó herido por el arco de la violinista. El flechazo culminó en boda el 1 de julio de 2010 en el ayuntamiento de Evry, arrabal de París del que el político era entonces alcalde.

La ceremonia fue cosmopolita. Estuvieron los cuatro hijos que el novio tuvo con su primera esposa, Nathalie Soulié, militante de las Juventudes Socialistas con la que se casó en 1987. También se desplazó su tío, el arquitecto suizo Aurelio Galfetti, y la familia catalana. Imanes de la comunidad musulmana local se codearon con hebreos de tirabuzones parientes de la novia. «Cuatro primos judíos ortodoxos de Londres vinieron a la boda. Su tía está casada con un inglés muy religioso», cuenta Valls en un libro en el que explica que «Anne es judía pero en absoluto creyente».

En un coloquio organizado en 2011 por la radio Judaica, reconoció que «por mi mujer estoy ligado de manera eterna a la comunidad judía y a Israel». El ex ministro de Exteriores socialista Roland Dumas, camarada y sin embargo adversario, le acusó luego de gobernar influido por su esposa. Lo cierto es que a partir de 2010 pasó de defender la causa palestina a denunciar el boicot de los productos israelíes y a oponerse al reconocimiento de Palestina por la ONU. Ahora sostiene que el antisionismo es «sinónimo del antisemitismo y del odio a Israel».

Pisazo en La Bastilla

El matrimonio está casado bajo el régimen de separación de bienes. Los dos son accionistas de una sociedad que es a su vez propietaria del pisazo con terraza que ocupan cerca de la plaza de La Bastilla. Pero el primer ministro solo tiene una de las cien acciones de la sociedad. Las demás están a nombre de la violinista en su tejado. Así que en las obligatorias declaraciones patrimoniales en nombre de la transparencia pasa por ser el modesto dueño de un trocito de la vivienda.

Gravoin creó una empresa y un cuarteto de cuerda con los que ha organizado grabaciones y actuaciones de cantantes tan populares como Charles Aznavour, Liza Minelli o Johnny Hallyday. También es fundadora, primer violín y directora artística de Alma Chamber Orchestra, una orquesta de cuarenta instrumentistas con la que ha actuado por el Magreb, Oriente Medio y Africa del Sur. Ministros, políticos y famosillos se las ingenian para dejarse verse en los codiciados conciertos de la esposa del jefe del Gobierno, como el que ofreció el 8 de enero con la célebre pianista argentina Martha Argerich en la Philarmonie de París.

Entre los mecenas de la orquesta la prensa ha encontrado amistades peligrosas. Es el caso de dos estrechos colaboradores del dictador congolés Denis Sassou-Nguesso. Uno es el principal proveedor de armas del régimen. El otro, encargado de dar salida a la producción petrolera de Congo-Brazzaville, fue condecorado en persona por Valls con las insignias de oficial de la Legión de Honor en 2015. A veces la agenda política interfiere. El primer ministro exigió a su esposa que declinara la invitación para actuar en Teherán el año pasado. Tuvo que irse con la música a otra parte por maniobras orquestales en la oscuridad.

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