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Martirio, durante su actuación en el Festival de Teatro, Música y Danza de San Javier. pepe h
No me des tormento, dame Martirio

No me des tormento, dame Martirio

A la coplera de la posmodernidad y las gafas negras le cunde su revisión de clásicos hispanos en clave de flamenco swing

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Lunes, 13 de agosto 2018, 08:32

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Aparece Martirio con su peineta glam y sus gafas negras de diva, y es todo un reencuentro. Como recuperar a una vieja amiga, la Maribel de Jarcha, la que después coronó con tenedores y banderillas su moño españolísimo sin complejos, de una España abocada ya al 'almodovarismo', la coplera que le quitó a la mari la palidez de lirio y la volvió insumisa. Ya lo cuenta ella, que le costó convencer a músicos como Kiko Veneno de que la copla no era un producto del franquismo, que tenía recorrido si lo paladeas con cariño, le pones una hojita de hierbabuena y su sombreado de club de jazz. Ya todo inventado, ella le puso encanto.

Apareció en el escenario a golpe de esa copla-saeta proletaria que es 'Estoy mala', y el público la reconoce y la abraza desde lejos porque le cuenta con chispa y dulzura lo que a la más pintada le recorre el cuerpo cada media mañana de esas jornadas letales de cocina, trabajo y 'súper': «Que estoy mala de acostarme», vaya. Sus 'Sevillanas de los bloques' ya tienen unos añitos y mira que el personal se troncha aún con lo del 'chandal y los tacones, arreglá pero informal' -que luego queda de lujo si lo propone Alexander Wang- y, como no hemos cambiado nada en asuntos domésticos, te sale una risa nerviosa cuando Maribel Quiñones, que ha pasado por todos los estadios de pareja, desparejada y de vuelta de todo, te canta eso de que «mi marío tié la tarde libre y nos vamos al hiper».

Esa es la Martirio cercana, la que le quitó complejos al marujeo y le cantó con desparpajo y unos bloques de barrio por peineta. Un lenguaje universal le sirve para cantarle al desamor de contemplar con los ojos vidriosos el armario de Ikea vacío de un lado «con las perchas tintineando».

Y, por supuesto, nadie más en el mundo es capaz de cantar como ella 'La bien pagá' en inglés -'Paid so well'- sin perder flamencura, porque hubo un momento en que el público agradeció sacudirse con risas la caspa de la inercia nacional y desmitificar ídolos para inyectarnos algo de animosidad para lo que nos esperaba en lo que, hace 30 años, era un futuro esperanzador y hoy es un presente de plomo.

No vino sola la de Huelva. Una banda de quilates con lo mejorcito del jazz nacional, pero que saca su actitud flamenca si hace falta, le cubrió las espaldas y fue la culpable de elevar el concierto de categoría. Solo por escuchar el contrabajo de Javier Colina estaba justificado ocupar un asiento. Con él cantó a solas una delicia de canción de Sindo Garay, 'La tarde', que fue un pedazito de intimidad musical lleno de chispa y sintonía. Menos química tienen las voces juntas de Martirio y Javier Ruibal, ese espléndido compositor que rebosa autenticidad en la voz. Mejor escucharles cantar por separado que juntos, aunque si lograron complicidad en 'La flor de Estambul', sobre la música de Satie y letra del guitarrista gaditano. Supo a poco la aportación de Ruibal, que cuenta con una larga discografía y está a punto de sacar otro álbum al mercado. La noche dio además para disfrutar de Guillermo McGill en el cajón y de la fiesta latina final, que salió de las manos del pianista Jesús Lavilla.

Con desigual resultado, Martirio repasó un cancionero emocional que evoca a la Piquer y a la Vargas, a Alberto Cortéz y a Carlos Cano junto a su hijo, el aplaudido guitarrista Raúl Rodríguez. Cada vez quedan menos referentes vivos de la copla, un género en peligro de extinción, pero el público está deseoso de que le den Martirio para rato.

Así fue

  • En concierto Martirio (voz), Javier Ruibal (voz y guitarra), Raúl Rodríguez (guitarra), Javier Colina (contrabajo), Guillermo McGill (batería y percusión) y Jesús Lavilla (piano).

  • Actuación Auditorio Parque Almansa. Festival de Teatro, Música y Danza de San Javier. Sábado, 11 de agosto de 2018.

  • Calificación Ameno.

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