El disfraz, el juego y la pasión en la 'Noche de Reyes' de Shakespeare
la verdad
Jueves, 18 de agosto 2022, 23:57
Helena Pimenta lleva desde 1986 explorando escénicamente la obra de Shakespeare con la compañía Ur Teatro. «Nueve de sus obras ocuparon nuestro quehacer de creación, producción y gira. Más de mil trescientas representaciones de sus comedias y tragedias nos han permitido construir con los espectadores un lenguaje en el que entendernos y vivir a Shakespeare». Además, la que fuera directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico de 2011 a 2019 ha dirigido seis títulos más del célebre autor inglés en diferentes instituciones teatrales, «siempre con José Tomé como aliado».
'Noche de Reyes' es el último montaje de la directora, una comedia que esta noche, a las 22.30 horas, se podrá disfrutar en el Auditorio Parque Almansa de San Javier, dentro de la programación del 52 Festival Internacional de Teatro, Música y Danza de San Javier. La obra, según la define la directora, es «una de sus comedias más populares, en la que de nuevo el amor es el protagonista».
En el montaje, los espectadores se trasladarán a Iliria. El mar trae a esa tierra a Viola que se ha salvado de la muerte tras un naufragio en el que perdió a su hermano gemelo, Sebastián. «Sus ojos y su voz van a mover el mundo que allí habita, a agitarlo hasta que este pueda contemplarse a sí mismo y revivir».
Carmen del Valle -Olivia-, Rafa Castejón -Malvolio-, José Tomé -Sir Toby-, Victoria Salvador -María-, Patxi Pérez -Orsino/Sr. Andrew-, David Soto Giganto -Feste-, Haizea Baiges -Viola- y Manuel Tomé -Sebastián- será los encargados de dar vida a los diferentes personajes en una versión de Pimenta junto a Álvaro Tato -fundador de la compañía Ron Lalá-. Este último define la obra como «una celebración pagana, delirante, divertida y dolorosa del deseo y sus laberintos» con «pura pasión en vena».
Una historia que es también «pura demencia: la de los cuerpos que se buscan, los corazones que se alteran; la razón a merced del impulso insensato en que todos nos reconocemos. Esa Iliria ficticia, caliente y marinera somos nosotros cuando duermen las convenciones y despiertan las ansias». Un «carnavalesco mundo al revés donde se invierten los valores».