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Un momento de la representación de 'Quejío', de Salvador Távora, el viernes en el 49 Festival Internacional de Teatro, Música y Danza de San Javier. Pepe H
¡Salvador Távora, bendito tú seas!
FESTIVAL DE SAN JAVIER

¡Salvador Távora, bendito tú seas!

CRÍTICA DE TEATRO ·

Ovación de lujo para el impresionante trabajo de los intérpretes de 'Quejío', el primer espectáculo de Salvador Távora y La Cuadra de Sevilla, estrenado en 1972 y que sigue siendo una obra de arte

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Jueves, 23 de agosto 2018, 14:26

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Qué gusto poder disfrutar de esta gloriosa reposición, 46 años después, de 'Quejío', la primera locura en estado puro, como el aire purísimo, con la que Salvador Távora y La Cuadra de Sevilla dieron en 1972 el campanazo Padre, Hijo y Espíritu Santo, el campanazo en pleno corazón de una herida España, en blanco y negro, donde no se respiraba libertad. Hoy, ese 'Quejío' que encierra en sí mismo todo el dolor, el desamparo y la rabia de cuantos siguen siendo víctimas de la injusticia, que tiene mil caras y nulo corazón, sigue provocando en el espectador un campanazo en el estómago encogido.

Sucedió el viernes en San Javier: el público que no parpadea, que a veces no da crédito y que a veces se trastorna por el impacto visual y emocional de este espectáculo redondo, austero hasta el límite y conmovedor, que se convierte en un grito a favor de un mundo más humano y que termina dejando, en el público, una noche para no olvidar. Qué silencio imponente y qué ojos tan abiertos inundaban el Auditorio Parque Almansa, que asistía entregado al original desarrollo de la historia de unos pobres hombres explotados, convertidos aquí en carne vibrante de tablao en este primer y espartano espectáculo que puso en pie Salvador Távora, con el que no nos importaría para nada montarnos en un cohete, o en un nuevo Arca de Noé espacial, y viajar a algún punto excitante del Universo para quedarnos boquiabiertos perdidos con la contemplación de sus misterios más íntimos. Porque a él no hay misterio que se le resista, sobre todo teatral, y sabe como nadie provocar un saludable y emocionante delirio de los sentidos y del alma con sus montajes. Todos ellos son, por muy trágicos que sean los planteamientos de los que parten, una fiesta de emociones incendiarias, irracional, que a veces se convierten en un mar de dichosas lágrimas, o en un jolgorio en el que no hacen falta ni alcohol ni estimulante alguno para que la imaginación circule a mil por hora y la piel se te ponga de gallina de los huevos de oro, de gallina clueca, de gallo de San Pedro.

Salvador Távora es un genio de andar por casa al que algún día el público de teatro de medio mundo le tendrá que levantar un monumento en un lugar similar al Monte Calvario que localicemos en su Andalucía. Salvador Távora, maestro, te lo digo así de claro: ¡Bendito tú entre todas las mujeres y bendito sea ese teatro de fuego que brota directamente de tu vientre!

Hace ya 46 años que se empeñó en dejar al público boquiabierto, y hay espectadores de aquellos primeros tiempos que todavía no han podido cerrar la boca.

Veamos: que tire la primera piedra el guapo o la guapa, la lista o el listo que se atreva a explicar cómo es posible, con tres cantaores, un bailaor, un guitarrista y una actriz que no pronuncia una sola palabra, dejarte boquiabiertos el estómago y el corazón. Qué hermoso poema visual y sonoro -¡muy bien bailado, tocado y cantado!- es este 'Quejío' que te estalla en plena cara, te seduce, te desmorona, te conquista, te sorprende, consigue que te brote alguna lágrima de primerísima calidad, hace por momentos que te hierva la sangre y consigue que te sientas distinto a la persona que eras antes de empezar el espectáculo.

Este hombre tiene la cabeza convertida en un inmenso teatro en el que tiene cabida la existencia entera: la miserable y la divina, el valor y la tragedia, la justicia, el amor, la pasión y la belleza, todo en vivo y en directo, ¡ole, ole, ole y ole! El teatro es su apostolado y los escenarios una mezcla de Monte Sinaí y de lago Tiberiades. En 'Quejío', donde queda bien claro el mensaje de que la unión hace la fuerza, Salvador Távora da una lección del mejor teatro posible: el que es capaz de cambiarte la vida.

Así fue

  • Obra: 'Quejío'.

  • Idea original, espacio escénico y dirección: Salvador Távora.

  • Intérpretes: Manuel Vera 'Quincalla', Florencio Rolán, Manuel Márquez de Villamanrique (cantaores), Juan Martín (bailaor), Jaime Burgos (guitarra), Mónica de Juan (actriz).

  • Iluminación: José Luis Palomino.

  • Ayudante de dirección: Lilyane Drillon.

  • Representación: 49 Festival Internacional de Teatro, Música y Danza de San Javier. Auditorio Parque Almansa. Viernes 17 de agosto de 2018.

  • Calificación del espectáculo: Excelente.

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