Los brazos abiertos. El cantante y compositor de Molina se Segura, Diego Cantero. LV

Funambulista: «Tengo un miedo irracional a volar»

ESTÍO A LA MURCIANA ·

El cantante y compositor Diego Cantero confiesa que nunca ha ido a Latinoamérica pero reconoce que ya está «decidido a ir en cuanto sea posible»

Antonio Arco

Murcia

Domingo, 16 de agosto 2020, 20:00

Diego Cantero (Molina de Segura, 1982), cantante y compositor, alma de Funambulista. Casado, padre de Irene. Suyas son canciones como 'Ya verás': «Noviembre siempre triste, ... y tu viniste proponiendo guerras». Éxitos como 'Quiero que vuelvas' salen directamente de su corazón. El también músico Andrés Suárez lo presenta así: «Gracias a todos por escuchar a los grandes».

Publicidad

–Me dijo en 2007: «Qué va, qué va, yo no me voy de Murcia a ningún sitio».

–[Risas] En aquel momento, yo lo hubiese jurado y perjurado, pero ahora sé que nunca sabes la vida dónde te va a llevar. ¡Madre mía, 2007, demasiados años!

–¿En qué ha cambiado?

–Procuro no ser tan rotundo. Tenía muy claro dónde viviría, pensaba que iba a priorizar mi bienestar en el día a día, que pasa, por ejemplo, por estar con los míos; al final, la vida te demuestra que hay que hacer apuestas que a lo mejor no te apetecen en exceso, pero que quizá le vienen bien a tu trabajo. En lo que no he cambiado nada es en la ilusión que tengo por mi oficio. Ahora mismo, estaba en el estudio igual de ilusionado que podía estarlo en 2007. Me acabo de comprar un ordenador y estoy investigándolo [risas]. En mi trabajo sigo igual: dándole, dándole y dándole sin parar.

–¿Qué hizo y acertó?

–Salir de mi ciudad [ahora vive a 14 kilómetros de Madrid], formar una familia, echar raíces en otro lugar. Me casé y soy padre de una niña que cumplió tres años el otro día. Irene se llama mi niña.

Publicidad

–¿Qué le ha traído a su vida?

–Empiezo por lo de 'para mal', porque lo negativo se lo cuento rápido: el tiempo se limita mucho, aunque aprendes a aprovecharlo más. Por lo demás, imagínese lo que es tener a Irene para alguien que se dedica a escribir y a cantar sobre el amor. Sobre el amor en el sentido más amplio: no solo a la pareja, sino también a la familia, a los amigos, a la vida, a la naturaleza, a los bares, y a muchas pequeñas cosas que se encargan de alegrarnos la vida, aunque no seamos a veces conscientes de su importancia; pues bien, esa persona que soy yo, de pronto se encuentra con una criatura como ella y esa palabra, amor, recobra un nuevo sentido hasta entonces inexplorado. Ahora mismo dispongo de menos horas, es cierto, para también le puedo asegurar [ríe] que son mucho más inspiradoras. Ahora mismo, la inspiración anda dando vueltas sin parar por mi casa.

«¿Sentirme especial? Me vuelvo un tío vulgar y corriente en cuanto me bajo del escenario»

–¿Siempre quiso ser padre?

–Quizá hace años le hubiese dicho que no iba a ser papá jamás, pero al final uno encuentra a la persona adecuada para ello; ese ha sido mi caso, y estoy muy feliz. No entraba mucho en mis planes lo de formar una familia, pero es cierto que, cuando encontré a la persona idónea, no me supuso ningún esfuerzo embarcarme en este proyecto; al contrario, todo fueron estímulos.

Publicidad

–¿Qué supuso un antes y un después para usted?

–Cuando murió mi padre, se me removieron todos los cimientos de arriba a abajo. Sentí la vulnerabilidad como jamás hasta entonces, y tomé clara conciencia de lo efímero que es el tiempo disponible, y de lo frágil que es la existencia. Por eso, decidí algo muy importante: quiero disfrutar del tiempo del que disponga rodeado de la mejor gente posible, y queriendo mucho a la gente que está conmigo, que me acompaña.

–¿Es tan buen tipo como dicen?

–Tengo fama de buen tipo, sí [sonríe], pero de verdad que no me propongo en absoluto tenerla, ni me obsesiona caer bien o lo que piensen los demás de mí. Creo que, me dedicase a lo que me dedicase, procuraría, igualmente, portarme bien y llevarme bien con todo el mundo.

Publicidad

En tragos cortos

  • Un sitio para tomar una cerveza. Libertad 8, en Madrid

  • Una canción. 'Quemando tus recuerdos', de Extremoduro.

  • Un libro para el verano. 'Todos mis futuros son contigo', de Marwan.

  • ¿Qué consejo daría? Cambia.

  • ¿Cuál es su copa preferida? La que tomo entre amigos.

  • ¿Le gustaría ser invisible? De vez en cuando.

  • Su héroe o heroína de ficción. Mary Poppins.

  • Un epitafio. «Aquí yace un hombre bueno». Es el que puse en la tumba de mi padre.

  • ¿Qué le gustaría ser de mayor? Niño.

  • ¿Tiene enemigos? Al menos, no que tengan mi teléfono.

  • Lo que más detesta. La indiferencia.

  • Un baño ideal. Calblanque. Región de Murcia.

–En estos tiempos de mala leche...

–...hay mucha mala leche, sí, vertida en redes sociales; demasiada intransigencia, demasiada polarización, y muy poco debate constructivo. Cada uno dice lo que le da la gana, sin medir las consecuencias, y parece que así se quedan en la gloria. Pero le digo lo que pienso: que al igual que yo no entro en ese clima de disputas y de descalificaciones, hay mucha gente que hace lo mismo; es decir, que somos una mayoría silenciosa los que no queremos contribuir a que abunde la mala leche. ¡Me pongo alerta en seguida con la gente intransigente! Yo me dedico a escribir canciones que hablan de emociones. En un debate con colegas, después de cenar, puedo decir algún disparate que otro sobre política o lo que sea, pero no es algo a lo que dedique mucho tiempo. A los artistas nos piden que nos posicionemos sobre muchísimos temas, y yo hago la siguiente reflexión: dedico doce horas al día a trabajar en mi estudio, así es que mi conocimiento sobre otra cosa que no sea la música, inevitablemente es bastante limitado. Si yo, que me dedico tanto a la música, tengo claro lo poco que sé de ella, imagínese el conocimiento que puedo tener sobre tantísimos otros temas sobre los que muchos se atreven a opinar tranquilamente.

–¿Qué se ha propuesto tras estos últimos meses?

–Siempre he tenido ahí una especie de cruz: una pequeña fobia, que al final se va haciendo grande, a volar. Tengo un miedo irracional a volar, a estar encerrado muchas horas. Y esto me ha limitado mucho, tanto profesional como personalmente porque, por ejemplo, jamás me he decidido a viajar a Latinoamérica. ¡Lo máximo que he conseguido es volar a Tenerife, máximo dos o tres horas volando! Durante el confinamiento, pensé en ello: podría ser que un día, aunque quisiera, ya no pueda llevar mi música a otros países. Así es que he decidido que, en cuanto sea posible, quizá coja un avión, aunque sea con miedo, y me vaya a conocer Argentina y otro montón de países.

Publicidad

–¿Y ese temor paralizante?

–Es algo completamente irracional mi miedo al avión, y más siendo tan racional, lo cual todavía es peor porque me maltrato todo el rato: 'Pero, tío, ¿a ti qué cojones te pasa?' Ni idea.

Broncas

–¿Qué no hace?

–No monto broncas.

–¿Especial se considera?

–Yo no caigo en esa tentación de sentirme especial; puedo resultar vanidoso diciendo esto, pero es la verdad. Me vuelvo un tío vulgar y corriente en cuanto me bajo del escenario; y, suponiendo que raramente caiga en la tentación de creerme que soy yo qué sé qué, se me pasa en cuanto llego a casa y tengo que sacar la basura...; por suerte, tengo una vida más allá de la música que me llena muchísimo.

Noticia Patrocinada

–Y que no muestra públicamente. Guarda mucho su intimidad.

–En general, no me gusta meterme en berenjenales, ni tampoco quiero que se me conozca más allá de la música. Soy muy normal, no tengo nada de maldito, ni siquiera tengo, afortunadamente, odiadores en las redes. Y otra cosa: tampoco considero que hayamos hecho nada histórico. En Funambulista somos gente que nos dedicamos a la música y que tenemos la suerte de vivir en un país precioso, a cuyas ciudades y pueblos nos gusta ir a entretener y emocionar a la gente. Mi oficio tiene la misma importancia que todos los demás, no es un músico más importante que un ebanista. En cuanto a lo de mostrar mi vida privada, ¿para qué? Soy muy consciente, por ejemplo, de que es un privilegio tener una casa con jardín y piscina, muy consciente, pero para mí el éxito no consiste en poder tener esas cosas. El éxito es hacer canciones preciosas, y la consecuencia de lograr hacerlas, y que a la gente le gusten, es que puede que un día, si es eso lo que quieres, puedas tener una piscina. Incluso me da un poco de vergüenza hablar de esto.

–¿A qué ha aprendido?

–A disimular lo tímido que soy.

–¿Qué es una suerte?

–Tener amigos con los que poder quedar a cambiar el mundo siete veces.

–¿De qué no nos damos cuenta?

–De lo importantes que son, y la belleza que encierran, las cosas más normales, cotidianas...; yo escribo sobre todo eso porque estoy convencido de que es así. La camisa que dejaste sobre mi sofá, antes de irte, es más importante que la Luna, las estrellas, el Universo... Son de las cosas pequeñas de las que estamos más cerca.

Publicidad

–¿Por vencido para qué se ha dado?

–Para ser jugador de baloncesto [ríe]. Se me daba bien, pero, como le comenté el otro día a un amigo, con respecto al baloncesto fui práctico. Lo dejé porque pensé: si vivo en Molina de Segura y juego en un equipo cadete donde hay cuatro jugadores que son mejores que yo, ¡creo que no tengo futuro en el mundo del baloncesto!

–¿Para qué es un lince?

–Para rodearme de la gente adecuada. Gente que no tiene trampas, en la que se puede confiar. Y eso me lleva a tener relaciones eternas con los míos: llevo tocando con los mismos músicos hace la tira de años, teniendo al mismo mánager, trabajando con la misma agencia de contratación, y así suma y sigue.

Publicidad

–¿Cuál es su cara B?

–Tengo también mi mala leche, que procuro controlármela 38 años después.

–¿Un Más Allá existe?

–Quiero pensar que sí. Soy ateo, pero juro por Dios que cinco minutos antes de morirme creeré en Él y le rezaré; por cobarde, por caguica... Envidio muchísimo a la gente que tiene fe, me da una envidia tremenda porque me gustaría tener ese apoyo tan grande.

–¿Qué animal metería primero en el Arca?

–A mi perra 'Tula'.

–¿Dónde se irá unos días?

–Al País Vasco, una semanita a un bungaló de un camping, ¡ya estoy todo el año pisando hoteles! Quiero poder estar varios días moviéndome descalzo y con el mismo bañador [ríe].

Publicidad

–¿Qué es una verdad verdadera?

–Mi zarangollo sin patata es un éxito total, no falla.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis

Publicidad